Capítulo XXIII

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¿Han pensando alguna vez... como sería estar en la mente de una persona loca?

Loca en su totalidad, con las voces, las arrancada de piel por voluntad propia, el desespero...

Puedo ayudarles, si, puedo...

"Hazell..."

Un golpe más contra la pared.

"Nos necesitas..."

Continua el dolor.

"No queremos irnos..."

Lo vuelven a repetir.

Y asi están, una y otra y otra vez, diciendo lo mismo, suplicandome, causandome dolor, suponiendo que aun siento tal cosa. El haber visto tal recuerdo fue lo que yo deduzco, como el comienzo del fin. Tan solo pensar en Celsline me enferma, al dormir escucho los gritos y llantos. Es atormentador.

Volví al encierro en mi habitación, nuevamente nadie a aparecido, supongo que ya estan enterados que estoy en medio de una crisis, y nadie quiere hacer enojar al arma cuando está en medio de una crisis.

Crisis... Cambiemoslo a pesadilla.

"Por favor"

Golpeo mi cabeza.

Ahora que conozco cual es el origen de los runix, las voces se han escuchado cada vez más, como si ahora pudiera conocer cada cosa de ellos y pudiéramos convivir desde entonces. No he llegado al punto de balancearme con mis piernas sujetadas, aunque no debería estar lejos de hacerlo.

"Nos haces bien..."

Les hago bien. Lo que ellos ven como hacer el bien es que yo no he asesinado a gente inocente como otro de sus portadores. Pero ellos no me hacen bien a mí. Bajo la mirada a mis brazos, notando los moratones, comenzaron a aparecer luego de que la mayoría de los Runix's se presentaran en mi cabeza, hablandome al mismo tiempo.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás.

No dejo de pensar en la reina, ellos no dejan de mostrarme imágenes de ella llevandoselos antes de recitar el conjuro, arrastrandolos lejos de su familia, cada cierto tiempo la veo a ella cubierta de sangre, de su sangre, sonriendo hacia el cielo.

Cada cierto tiempo un toque de energía me hace ir hacia adelante con fuerza, la cadena de moretones se marca poco a poco y permanece ahí un buen tiempo. Los líquidos sanadores no hacen acto de presencia hasta que las voces bajan, tan solo un poco.

"Eres solo un niño estúpido..."

Cierro mis ojos.

Como olvidar que escucho voces ajenas a mi conocimiento. Deduzco que son recuerdos de alguna de las almas Runianas, no le presto atención.

Lo que viene ahora me lo espero mucho antes de que suceda

"¡QUEDATE!"

Aprieto mis labios.

Y llega la puntada.

Suelto una queja.

Mi cabeza se despega de la pared y vuelve a ella con fuerza. Siento el líquido caliente bajar por mis nariz, de mis ojos bajan las lagrimas, cierro mis manos en puño, logrando clavar mis uñas en mi piel, siento que lo estoy haciendo con fuerza pero no hay dolor alguno.

No evito soltar el sollozo.

Cada vez es peor, no soporto la presión, es como si todas las almas se liberaron con el recuerdo, luchan entre ellos, gritan, hacen un alboroto que me lleva a la muerte... Es asi como lo siento.

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