Habíamos planeado viajar para final de verano a donde todo comenzó, la decisión no se había tomado solo por placer. Tay no había visto a sus padres todos estos años, aunque hablaban con frecuencia, pero nunca era lo mismo, además estábamos acudiendo a una invitación por parte de la ASASAC (Asociación Astronómica de Colombia), para conocer las nuevas tecnologías que se estaban diseñando y probando fuera del país para mejorar la investigación espacial. Todo simplemente se alineo para viajar y no íbamos a desaprovechar la oportunidad; lo que más nos emocionaba era que iba a ser una sorpresa para los chicos que habían dado por hecho que este año también estaríamos hasta arriba adelantando temas académicos, razón por la que durante estos cinco años no habíamos vuelto al lugar, pero lo que estaban pasando por alto era que ya estábamos pronto a graduarnos.
Nuestro aterrizaje sería un día antes de la celebración del cumpleaños del padre de uno de los chicos, el mismo cumpleaños que dio lugar al asado que nos permitió conocernos.
Habíamos estado corriendo de un lado a otro comprando cosas para llevar y alcanzar además a reclamar la credencial que nos permitiría tener acceso al evento, entre el trajín no habíamos tenido tiempo para vernos por lo que terminamos encontrándonos de nuevo la misma mañana en que tocaba abordar.
Ago. 1, 2030
Al llegar, muy a nuestro pesar, nos tuvimos que separar de nuevo porque por su parte se hospedaría en la casa de sus padres y yo por mi parte me quedaría de nuevo en la casa en donde me hospede la primera vez, debido a que la persona con la que viaje hacia años había adquirido la casa después de establecerse en el país y cuando le comente que venía hasta aquí me propuso quedarme en la casa como cuidadora y a si ahorraría el costo de alquiler, por su parte podía irse tranquilo sabiendo que en su casa había alguien conocido mientras regresaba de sus vacaciones en Colombia. Aunque Tay insistió en que nos quedáramos en un mismo lugar, ya sea que yo fuera a casa de sus padres o que tomáramos en conjunto una casa alquilada, mi respuesta siempre fue que era un buen momento para que compartiera y disfrutara el tiempo con su familia mientras yo me ponía al día con algunas cosas que quería hacer aquí, y claramente eso no iba a ser posible si estábamos en un mismo sitio porque insistiría en acompañarme hasta si decidía lanzarme de un risco.
— No encuentro error en tu lógica —concordó —yo realmente lo haría —rio enseguida —aunque, ¿tengo posibilidad de convencerte de que no te lances y mejor nos quedemos abrazándonos toda la vida? —agrego tonteando.
— La tienes —seguí el juego —es más creo que me inclinaría por tu elección.
— Perfecto —dijo tomando mi rostro para besarme —entonces nos abrazamos toda la vida.
— Pero por ahora, toma tus maletas que tus padres están ya abajo.
Había dado mi palabra a los padres de Tay para ir a cenar cada vez que pudiera, aunque su madre me había advertido que tendrá que avisar porque por más que le agradaban las visitan y mi presencia, la ponían de los nervios las visitas sorpresas. Sonreí de acuerdo con su ocurrencia.
Era la primera vez que hablábamos más allá del saludoen persona debido que cuando la relación entre O.A y yo empezó a avanzar,estábamos lejos para recurrir a salidas con mis ahora suegros; todo lo contrario,a como se dieron las cosas entre Tay y mis padres. O.A, no solo los conocía, habíacompartido con ellos de manera profunda en comidas, viajes en vacaciones,incluso había acudido a dormir en casa algunos fines de semana. La lejanía nohabía impedido que surgiera una conexión entre los padres de Tay y yo,básicamente porque al igual que con los chicos, hablábamos de vez en cuando porvídeo llamada y en una de esas termine compartiendo con la madre de O.A laposibilidad de que apadrinaran los estudios de un par de niños en mi país, larespuesta fue un sí, sin dudarlo ya que eran socios y promotores de unafundación, esa pequeña acción había desembocado en el refuerzo de nuestrarelación.
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QUIZÁ EN OTRO UNIVERSO © [Terminada]
Ciencia Ficción- El anillo de la astronomía, justo el que yo te hubiera dado también -comento en un susurro refiriéndose al aro dorado que de pronto sentí caliente en mi dedo, sin llegar a quemar, solo un leve calor que daba gusto sentir y supuse se debía al propi...