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Ago. 2, 2030 – noche tras llegar a casa

Había cortado el beso recordándole que debía llamar a sus padres para evitar preocuparlos por la falta de su presencia esa noche. Sin rechistar tomo su celular saliendo al balcón mientras yo me dispuse a enviar un mensaje a mi madre en respuesta al que me había escrito hacía unas horas atrás.

Fui de primera a la cama sin descubrí aun el edredón en espera a que Tay llegara, mientras tanto mataba el tiempo revisando redes sociales, en un momento me enganché por completo al tema del que todos hablaban ahora mismo, leyendo las mil opiniones respecto a unas fotos, hasta que sentí a O.A quitarme el celular de manera gentil para dejarlo encima de la mesa de noche. Cuando se aseguró de silenciar el aparato y bloquearlo se subió a horcadas sobre mi cuerpo para luego descender a mis labios, pronto el aire nos hizo falta y entonces ataco mi cuello.

  — Tay —llame —aun con su cuerpo encima del mío —no quiero que hagas esto por buscar arreglar una situación de la que ni siquiera hemos hablado —me había costado hablar ahora que su lengua se había unido a su beso.

No hizo caso a mi queja y sentí como ahora usaba también sus dientes para dar pequeñas mordidas, si seguía así no podría negarme, por lo que tome la poca fuerza de voluntad que me quedaba para sacar de manera delicada su rostro del lugar donde se aferraba.

  — Amor —solté cuando obligué a que nuestros ojos se encontraran sin saber exactamente que más decir.

  — Quiero tenerte completamente —hablo, mirándome de una manera profunda —sin que allá ninguna duda de por medio.

  — ¿Y las hay?

  — ¿Cómo actuaste hoy no responde tu pregunta? —lo dijo con veneno.

  — No se responde una pregunta...

  — Con otra pregunta, se el resto —me corto, mientras se quitaba de encima mío.

Aunque tenía claro que su molestia era más grande de lo que baraje en la fiesta al ver la confusión en su rostro y ver después como se alejaba de mi lado, me atreví a acercarme para abrasarme a su cuerpo.

  — Buenas noches gigante azul inalcanzable —comente de manera tonta para llamar su atención.

  — No lo creo, mira como si me dejo alcanzar de ti, como me tienes detrás de ti en todo el universo —puntuó esta vez permitiéndose acercarse a mi —buenas noches cuerpo celeste de los mil universos —agrego tras mi silencio.

Rei por lo absurdo que había sonado, quizá fueraa causa del alcohol que aun controlaba parte de sus pensamientos; agradecí quesolo con su respuesta el ambiente tomara la tranquilidad que necesitábamos paradormir, solo me permití tomar siete minutos (el tiempo que me tomo quedarmedormida), para repetirme que la manera en que había actuado hoy era absurda yseguramente al día siguiente Tay me lo hiciera entender un poco mejor.

QUIZÁ EN OTRO UNIVERSO © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora