Cap. 13 Alma rota.

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El desayuno al fin había concluido y los ninjas de Konoha solo esperaban a su compañera, que previamente había sido llevada a la habitación de la ojioliva.

El Kazekage solo veía a su mejor amigo, mientras este evadía su mirada con cierto nerviosismo.

—Naruto, ¿Hay algo que deba saber antes de que vuelva Temari con Hinata-san?

—Eh...¿C-Como qué?

—Como la quemadura en la mano de Hinata-san y la historia de los centinelas.

—Bueno...

—Listo, eso te será útil por ahora Hinata, así no te lastimará el sol.

—G-Gracias...

Las féminas bajaron las escaleras y todos vieron a Hinata vistiendo un kimono corto con cintas marcando su cintura, unas medias de red y unas sandalias con plataforma; pero había algo más en aquel conjunto, las curvas de la ojiperla no permitían al kimono cerrar de la parte superior, por lo que Temari opto por envolver los pechos de la Hyuga en un vendaje que solo resaltaba su presencia.

—¿Segura que está bien que yo use su ropa?— pregunto Hinata notablemente avergonzada por su aspecto.

—Claro, después te acompañare a comprar ropa más adecuada <<¿Cómo es posible que a ella le apriete ese kimono?... yo lo use solo una vez, porque lo sentía muy flojo en los pechos...tiene más de lo que yo creía, subestime su cuerpo por toda la ropa que habitualmente usaba.>>

—P-Prometo cuidarla

—¿Hina, no te pedí que te relajaras? Ahora ven, te atare el cabello para que no te acalores.

Hinata completamente sonrojada, sintió la mirada de su amado hiperactivo, que la veía con singular atención.

<<N-Naruto-kun m-me está viendo ¿m-me veré mal?>> Pensó la ojiperla apretando los ojos al igual que sus manos a la altura de su pecho.

—Bien, esta listo, ya pueden irse y Hinata.

—¿Si?

—Te encargo a mi hermano, es testarudo, pero no dejes que se sobre esfuerce.

—¡Si!

—¡Temari! —reprocho el pelirojo un tanto avergonzado por los comentarios de la mayor.

—Bien, pues me voy. —salió con rapidez la ojioliva.

—Vámonos Hinata-san.

—S-Si

—Oye, Gaara, ¿y nosotros que? Debemos acompañar a Hinata al menos en su primer día ¿no? Así se sentirá más cómoda ¿verdad, Hinata? —cuestiono el rubio, con obvias intenciones de ir detrás de la ojiperla.

—¿Te incomodo Hinata-san?— pregunto el chico de mirada turquesa a la peliazul que solo lo veía.

—No, Gaara-sama. — respondió con normalidad la ojiperla, pues se había acostumbrado a la presencia masculina gracias a los Uchihas.

—Entonces tu presencia es innecesaria, Naruto. Ve a descansar o da un paseo por la aldea. Nos vemos después.

El pelirrojo no dijo más y se marchó junto a la ojiperla que de cerca lo acompañaba.

[...]

La tarde había trascurrido con calma. Gaara tuvo un par de eventos en los que debería estar presente y Hinata lo acompaño a todos y cada uno de ellos, sin perder pista o nota de las necesidades del Kazekage.

Lo último, fueron los exámenes para las jóvenes promesas ninjas de la arena, donde el Kazekage solicito una silla más para él, pues le había cedido el asiento a la ojiperla, que avergonzada se negaba a tomarlo.

⚠️🚫CANCELADA🚫⚠️Where stories live. Discover now