Acechador

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La noche se iba poniendo sobre el bosque espeso de Denver, un viento invernal recorría la carretera solitaria, llevaban dos horas y media ahí y ni un solo auto parecía acercarse, cada vez se sentía más lejano el destino final.

Apenas llevaba 2 kilómetros y sentía como sus pies ardían y los sentía tan pesados, definitivamente tenía que hacer más ejercicio.

Aún que quería detenerse a descansar un poco sabía que no podía, dejar sola a Millie en una carretera desierta la convertiría en un blanco fácil para algún asesino con hacha o un degenerado, pero las circunstancias no daban para más. Solo pedía que sus piernas no flaquearan y lo hicieran llegar rápido.

Cambiar una llanta no le pareció tan difícil a Millie, un poco de fuerza por acá, física aplicada por allá. Pero lo primero que haría al llegar sería un manicure.

Las horas pasaban y no había señales de Finn.

Ya había obscurecido por completo y no lograba distinguir nada a dos metros de ella, la luz de la luna se fue por completo y unas cuantas gotas empezaron a caer, convirtiéndose rápidamente en una tormenta, parecía que el cielo caería sobre ella.

—Estupido Finn, ¿en donde rayos te metiste?—
Y como si fuera una invocación el gran estruendo de un rayo hizo que brincara de la impresión.

Espero cinco, diez minutos y aún no aparecía.
Y si le ocurrió algo? Y si se callo por un acantilado? No lo pensó más, tomó su abrigo, tomó el de Finn, la lámpara de emergencia y salió en busca de ese tonto.

El frío recorría su cuerpo y sus botas se llenaban de agua, por suerte su abrigo era impermeable y trato de cubrir el de Finn para que no se mojara tanto.

No veía más que una mancha borrosa frente de ella, la lluvia era tan espesa y la neblina no ayudaba, más de una vez tuvo que levantarse un poco el gorro para ver mejor.

No temía a perderse pues solo había un camino que seguir pero si le temía a lo que pudiera encontrarse en el.

Algo crujió atrás de ella, volteó rápidamente a alumbrar lo que fuese pero se encontró con la nada, siguió su camino un poco desconfiada, siempre con la sensación de que alguien la seguía.

Tuvo que detenerse porque la lámpara comenzaba a fallar pero cuando lo hizo sintió algo que se movía por sus pies.

Millie salió corriendo lo más rápido que pudo pero podía escuchar como la seguían.

—Dios, Dios, o no Dios por favor— repetía a modo de rezo.

—Finn!— gritó, esperaba que podría escucharla pues su miedo no le permitía más.

Sus rezos fueron escuchados pues chocó de frente con este.

— Millie? Qué haces aquí?—

— Finn por favor ayúdame me vienen siguiendo!—

Ella lo abrazó, cubrió su cara en su pecho.

Aún que estuviera sorprendido él la rodeó con su brazo, trato de ver hacia en frente pero no había nada.

— que es lo que te persiguió Millie?—

— No lo se, no lo pudo ver pero tocó mis pies—

Cuando ella volteó, lo volvió a sentir en sus pies. Grito tan fuerte que espanto a Finn haciendo que los dos cayeran al piso.

— Me tocó otra vez el pie!—

Ella prácticamente estaba subida en el y encogía el pie para que no la alcanzara, Finn volteó a ver sus pies y no pudo controlar una carcajada enorme que salía desde el fondo de su corazón.

—Ya viste lo que es? —

Millie volteó y pudo ver un pequeña bola de pelos mojada jugando con sus agujetas desamarradas.

—Que es eso?—

—Es un gatito Millie—

•~•~•~•~•~• ok un capítulo un poco diferente, quería meterle un poco de diversión, lo siento si les parece tonto. Un poco de relleno porque odio forzar a los personajes y que se amen en 2 capítulos. •~•~•~•~•~•~•~•~•~•
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Secretos |~| Fillie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora