VII- Capítulo Siete : Esperanzas
Llegó el día, el momento que tanto esperamos. Mi pequeño estuvo dormido, solo tomaba agua, frutas picadas y verduras, solo eso. Estuvo sin jugar. Sin mucha actividad mental. Mientras que yo preparaba su maleta, mi cartera con todo lo que podía necesitar. Mi princesa estuvo sonriente estos días, salió con Nix quien la consintió y le demostró mucha atención, aproveché para ponerme al día con los papeles que necesitaría.
Estuvimos ingresando a la clínica exactamente a las 7:02 pm, mi niña se quedó con Nix en su casa, ella me la cuidaría. Mi pequeño estaba dormido con la anestesia, le colocaron un calmante para que no sintiera nada de lo que le pasarían. Alexander estaba ingresado, pasaron unas horas de mucha tensión en la sala. Allí nos encontrábamos por parte de mi niño: Justin y yo. Y por parte de Alexander su secretaria, una mujer mayor, una chica embarazada y sus dos hijos pequeños.
Salió el doctor con el rostro cansado, nos mencionó que todo estaba en calma, sin embargo habría que tener sentimientos positivos ya que mi pequeño tenía las plaquetas bajas. Las horas pasaron, mi pequeño salió con la carita tensa, lo llevaron a su habitación en donde estaba sedado para despertar en unas cuatro horas. Alexander estaba dormido con calmantes también.
Entre en la habitación, todo el mundo estaba esperando en la sala de espera, ansiosos por entrar a ver a Alexander y a Liam, algunos trajeron regalos, cuando fue mi turno, me coloqué todo el traje azul, aproveche los cinco minutos, muy bien. Observe a mi pequeño dormido, luego desvié mi cabeza hacia Alexander, que lucía bonito adormitado.
-¡Eres hermosa, Mía!- Susurró cerca de mis labios. Una de sus hábiles manos, me tomó por el cuello, fundiéndonos en un beso, pasional, demostrando sentimientos especiales, las mariposas típicas de una adolescente enamorada, se instalaron en mi estómago, decidí darle paso a su lengua para entrar en mi boca, sabía a vino, nuestros alientos se mezclaron, fundiéndose en uno solo, su amiguito estaba erecto, me senté en la camilla una vez que nos separamos
-Esto se siente especial, pero no se si sea correcto-Dije en un tono de voz bajo, en el que solo él y yo podíamos escucharnos.
-No te he olvidado- Dijo, tan solo cuatro palabras, para acortar la mínima distancia de nuestros labios, nuestras lenguas danzaron, unimos nuestros alientos. Fuimos interrumpidos, por un estornudo en la habitación, mi pequeño había despertado, me aparte de Alexander apenada.
-Mami- Dijo mi pequeño feliz, su rostro estaba completamente iluminado, no podía creerlo. Lo abracé con sutileza, como si fuese un muñeco delicado.
¡Alexander!- Exclamó con una sonrisa feliz, el pequeño. Se intentó levantar para verlo mejor, pero no pudo, solamente se conformó con escucharle, ambos se quedaron en una conversación divertida.
-Cielos, tenemos dos pacientes bastante activos-Dijo un doctor sonriendo. Sin duda, era una operación en su totalidad realizada, teníamos que esperar unos meses, ver cómo reaccionaba el cuerpo de mi hijo, esperar con ansias era todo lo que hacíamos.
-¡Gracias, doctor! Sin usted, no estuviésemos en este lugar, en esta operación. - Dije llorando entre los brazos del doctor, abrazándolo.
-No tiene nada que agradecer, señorita Mía. Estoy muy orgullosa de ese pequeño que tiene, ese niño es un ángel, ha iluminado la vida de cada doctora, enfermera, todo el personal ha soltado comentarios excelentes del pequeño. - Manifestó el doctor lentamente, halagando a mi hijo, haciéndome soltar más lágrimas.
-¡Felicidades, Liam! Eres un gran hombrecito, te felicito. - Expresó el doctor, acariciando la cabecita descubierta de rastros de cabello de Liam.
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Buscando a A
RomanceMía, la chica más linda de la universidad, la más ansiada por los chicos en una cama, estudiosa y dedicada, ejercita su cuerpo muy bien y sabe cómo cuidarse. Pero incluso las chicas más lindas, tienen un secreto. Mía, tiene un futuro por delante, pe...