X-No soy, somos

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X- Capítulo Diez- No soy, Somos

Desperté desorbitada, estaba pérdida en donde estaba, luego vinieron a mi mente, imágenes de nuestra auténtica noche, él me besó lentamente para despertarme, me encontré con sus hermosos ojos brillantes por la luz del sol, que se colaba por la ventana de la habitación, estaba rodeada por una mínima capa de tela, un cobertor que cubría mi desnudez.

-¡Buenos días, señorita de Wends! –Dijo, besando mi cuello.

-Hola, corazón-Dije, reímos un poco por los tan originales apodos.

­-¿Quieres desayunar?-Dijo, enarcando las cejas, de manera pervertida. Yo asentí con la cabeza. Nos dimos un corto beso.

-Cielo, tu eres realmente hermosa. –Expresó alegremente. Me coloqué su camiseta, esperé unos segundos que para mi mente se hicieron siglos; él entró solamente en ropa interior, observé su abdomen atlético.

-¿Disfruta de su paisaje?-Preguntó riendo.

-Sí,mucho. Realmente me encanta.-Confesé, siguiendo las risas. Colocó una bandeja en mi cama, besó mi mentón y comenzó a pinchar con el tenedor la fruta, introdujo en mi boca algunos trozos y los otros los compartimos, besó mis labios algunas veces.

-¿Quieres ducharte?-Preguntó, mientras acariciaba mi cabello. Asentí con la cabeza.

-Si me gustaría hacerlo con cierta persona, preciosa.-Dije apenada, mordiendo mi labio inferior. Caminamos hacia la ducha juntos, él se incorporó atrás mío, me masajeo un poco, nos enjabonamos, luego salimos de la ducha abrazados, lo arrojé a la cama, soltando una risita.

-No seas así, te voy a hacer cosas malas-Dijo, enarcando sus cejas.

Me presto una ropa que era de Melody, ella solía quedarse los fines de semana; una vez vestida, peinada y maquillada, bajé las escaleras, encontrándome con una hermosa estampa: mi prometido con sus hijos en su abdomen, jugando. Realmente me sentía feliz. Ellos se reían a carcajadas, además una risa como la mis hijos, en ese momento, eran una de las pocas veces, en las que el corazón se me removía y me venía la melancolía.

-Cariño, ¿Qué haces ahí parada? - Pregunta Alexander con una sonrisa sincera en sus labios mojados. Me acerco a ellos lentamente, me siento a su lado, él me acerca con uno de sus brazos, aprisiona con sus dedos mi cintura, nuestros rostros a centímetros se observan, se analizan detalladamente y se acercan, pero no sucede nada más, dos pequeños celosos, pelean por lo que es suyo, el rostro de Liam esboza un mohín enojado y se arroja a mi cuerpo, el de Lía esta rojo, sus labios forman una línea recta y significa que está enojada.

-Es mía- Menciona Liam celoso- Es mío-Dice Lía celosa. - Lo más gracioso, es que ambos mellizos, lo han dicho al mismo tiempo. Deposito un beso robado rápido en los labios de Alexander. Ambos pequeños gruñen y todos reinos al final.

Nos preparamos para salir como una familia unida. Termino de peinar mi cabello, maquillo un poco mis ojos, para darles brillo. Cuando termino de estar preparada, abandono la habitación y bajo las escaleras despacio, me encuentro con las tres personas que más amo, vestidos todos del mismo color, incluso les contrasta, Alexander se acerca a mí, abre su boca sorprendido, al tenerme contra su pecho, cierra su boca y esboza una enorme sonrisa, deposita un beso en mi frente, mi hija me mira de reojo sin enojarse, sus mejillas están rosadas, sonreímos para irnos a disfrutar lo que queda de la tarde.

-No soy uno. Ahora somos dos en uno. - Dice Alexander con cariño, deposita un beso en cada una de mis mejillas.

-Te amo tanto.- Digo besando sus labios de manera desesperada, como si no hubiese un mañana. 

 

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