II-Desamparada

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II-.2do Capítulo: Desamparada

Canción: Fingías-Paloma Mami. 

-Niños vengan aquí—Digo, mientras me encuentro muy animada sacando un pastel del horno, lista para colocarle el relleno que será chocolate. Solamente que tuve un contratiempo, fue que los niños se han ido; son muy traviesos. 

-Bua, bua, bua—Se escucha que los pequeños lloran, enseguida el miedo se despierta en mi interior, mi pecho se estruja cuando ellos se caen, lloran o les ocurre algo. Voy a verlos, y encuentro en el piso desmayado a mi pequeño Liam y Lía lo mira con ojitos llorosos, no puedo creerlo, él luce pálido, sus labios han perdido el color y está frío. 

-Preciosa, tranquila tu hermanito estará bien, vamos al hospital—Digo y beso su cabezita, cargo a mi niño y busco alcohol, algodón y mi celula. Llamo a emergencias, y a Justin que es mi mejor amigo, se ha encariñado con los niños, salimos juntos, pero no ha pasado a nada más.

-Alo, ¿Cuál es su emergencia?—Dice un robot. 

-Emergencias, mi bebé de un año, se desmallo hace dos minutos, vivo en la urbanización New Eliz, está a cinco minutos de un hospital llamado: Hospital Río Eliz—Digo preocupada, estoy ansiosa.

-Ok, en minutos iremos por usted-Responde una mujer, supongo es una secretaria y cuelgan. Seguidamente me intento comunicar con Justin, es un pilar fundamental justo ahora. 

-¿Si?, princesa ¿Cómo estás? ¿Qué ocurre?—Dice Justin con dulzura. 

-Justin, mi bebe se desmayó hace minutos, llamé a emergencias pero no han llegado. Ven pronto-Expreso entre preocupación, mientras lloro desconsoladamente.

-Ya voy, preciosa. Mantén la calma—Susurra. El tono del celular se desconecta, significa que ha colgado. Rezo a Dios por mi familia. 

Mi pequeño tiene el pulso acelerado, su corazón late muy rápido, beso a mi pequeña y la mantengo en calma en mi hombro, mientras que sostengo a Liam en mis brazos, todavía adormitado. Estoy en la puerta esperando con mi celular, llaves y mis hijos.

Llega la ambulancia, me monto con mi niño en brazos, le colocaron suero, el pequeño reacciona pero ha perdido la memoria y cayó en coma. Me mantengo por mi hija, en el camino le mando un mensaje a Justin.

-Estamos en vía al hospital que queda cerca de la casa. Dirección: Hospital Río Eliz.—12:03 pm. 

Llegamos al hospital, allí llevan a mi bebe a observaciones, solo me quedo afuera con mi niña que está triste y no para de llorar, solo dice: Douis, Bebe, Tiste... Y no se como calmarla, he intentado todo, no quiere dormir con mi pecho, ni quiere que le canten. Llega Justin, y me saluda con un abrazo, del que no deseo separarme, mi pequeño allí desmayado sin memoria y sin estabilidad, su abrazo, ahora mismo, es lo único que me calma.

-Tranquila, princesa. ¡Va a pasar éste momento! —Expresa con calma Justin y besa mi frente... Sostiene a Lía, se la lleva en brazos para calmarla; desapareció con ella, la trae dormida trás unos minutos. La coloco en mis brazos acostándola y acaricio su cabello que ha crecido hasta sus hombros y es liso. Justin sostiene mi mano, mientras que esperamos a que nos den noticias de mi hijo.

-¿Interrumpí tu trabajo?—Pregunto preocupada. Limpio las lágrimas de mis ojos.

-No, para nada. Tú eres mi familia, y lo hice porque me necesitaban.-Explica él y se acerca a mi cara, estamos a solo centímetros.

-Pero, yo no entiendo porque tu lo haces, si yo no te debo nada—Expreso contrariada por la situación.

-No es porque me debas, pero tu me necesitas, además lo hago porque me importas. Eres una gran mujer, con una capacidad que inspira.—Masculla cerca de mis labios, cada vez más cerca, incluso puedo escuchar su corazón.

-¿Yo te importo, en tan poco tiempo ?—Interrogo curiosa, me hace sentir mucho más relajada tener su presencia en mi vida. Sin embargo, me alejo un poco, aunque no lo puedo hacer porque tengo a Lía, lo que hace que se me dificulte el movimiento.

-Sí, Mía tu eres importante para mi y no como una amiga. Si hace unos meses me hubiesen dicho que tú sólo ibas a ser una amiga común, no me lo creería, todavía no lo creo, porque eres más que una amiga, una compañera de lágrimas, risas, aventuras y trabajo. -Manifiesta, pero se acerca más a mi, trato de apartar mi cara, pero es muy tarde, acorta la distancia entre nosotros, para besarme.

-Mía, yo te amo—Cuchichea entre besos, que demuestran mucha pasión, locura, felicidad. Muchos sentimientos en un beso, él y yo en un beso es magnífico. Pero no puedo en este momento, justo ahora que allí adentro está un pequeño guerrero, mi hijo.

-Disculpame, pero no puedo ahora que mi hijo está allí adentro, besarme con un chico que acabo de conocer.—Expongo para que quede claro entre nosotros. 

-Tranquila... te entiendo tienes razón—Responde, asintiendo con la cara, tan solo besa mi frente. Pasan dos terribles horas, en las cuales me preocupaba, cada vez más. Hasta que salió un doctor que dice: Familiares del bebé Liam, entonces me relajo un poco más. 

-Nosotros, doctor—Dijimos Justin y yo al unísono, nos levantamos con premura y llegamos hasta el doctor. 

-Bueno... el niño está estable, pero me temo señorita que su hijo tiene leucemia y está en la peor etapa, ya lleva tiempo con la enfermedad.—Dice el doctor, seriamente. -Necesito que pasen a mi oficina para hablarles del caso.—Enunció el doctor, caminando hacia las oficinas. Lo seguimos, sintiendo que el mundo se me caía, caminé hasta unas sillas y allí juraría que casi me derrumbaba. 

-Señorita, necesitamos que mantenga la calma, no todo se resuelve llorando... Su hijo está en peligro, y necesita una donación de médula ósea, necesitamos hacer pruebas, para saber si su hijo tiene compatibilidad con alguno de sus familiares.—Revela el doctor, analizando unos papeles.

-Todo lo que sea por mi pequeño—Demuestro entre sollozos en la camisa de Justin, él me abraza por la espalda.

-Tranquila, Mía. Ésto va a pasar pronto y se va a resolver. —Manifiesta Justin calmándome, besando mi frente, repetidas veces.

-Pueden pasar a verlo.—Anuncia el doctor, caminamos a una sala, donde nos vestimos con trajes azules, nos dieron muchas indicaciones, que debemos seguir obligatoriamente.

Entramos a una habitación colorida, y mi pequeño está recostado en una cuna blanca de hospital, lo tienen sedado por un remedio que lo hace dormirse, ya que nos dijeron que está muy alterado, no quiere comer, ni hacer nada, le tomo su pequeña manito, y la beso.

-Preciosa, los ayudare en todo lo que necesiten—Formula Justin, besando a mi hijo en la frente.

-Estoy muy agradecida, con ustedes—Expreso y me arrojo a sus brazos, sólo quiero apoyo y solidaridad. Ésta es una prueba que nos mandó Dios, estoy segura que saldremos victoriosos, pero nos comienza una larga batalla que nos hace ser unos verdaderos guerreros, necesita fuerza, perseverancia y mucha fe. ¡Creeré en Dios! :) 

- V A L ESCRITORA TE HABLA:

¡G R A C I A S por leer ésta maravillosa historia! Se me estruja el corazón, pues viví una experiencia similar a ésta dura enfermedad, una batalla para verdaderos guerreros que aprenden a sobrevivir.  

  

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