XVI-BODA

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¡Me levanté para el día de nuestra boda! Mi hija estaba muy feliz. Desayuné rodeada de mis hermosas damas de honor y mi hija. 

Me duché para empezar el día con buen pie, miré a mi hija y sentí que era lo mejor que había en hecho en mi vida: mis dos criaturas y conocer a Alexander, enlazarme con él y procrear. Me coloqué mi conjunto de encaje, mi bata que decía miss para una foto, nos vinieron a maquillar, peinar y ponernos más bellas, hicieron una breve sesión de fotografía, luego me puse mi vestido número uno, me tomé una fotografía con mi celular para el recuerdo, me sentí plena, feliz. 

Sostuve a mi hija entre mis brazos antes de irnos en el auto con mis madrinas hacia la iglesia. La abracé y le dediqué unas palabras: 

"Hija, hoy me casaré. Deseo que el día tu lo hagas, te sientas plena, feliz y decidida con tu decisión. Cuando conocí a tu papi, me hacía sentir muchas cosas bonitas y todavía las continuó sintiendo, ese resulta el sentido. Te amo muchisimo, hija. Tú, tu hermanito y tu papá son mi mundo, mi universo." -

Mi corazón se achicó, ella susurró: "Te amo, mami" y me besó. Emprendimos nuestro viaje a la iglesia. 

Narra Alexander 

Mi boda. ¡Dios! ¿En que momento pensé que me iba a casar de pequeño? ¡Nunca! De adolescente, tampoco. Sin embargo, cuando conocí a Mía, mi mundo cambió, los días se volvieron por y para ella y nuestros preciosos hijos. El tiempo que se fue de viaje me brindó la alegría de vivir tiempo con mis nenes y de formar una familia con Mía, porque la amaría mucho más. 

Estuve con algunos compañeros de la empresa en una despedida de soltero. Los preparativos de la boda los organizó todos ella, sólo puse mi opinión para algunos detalles que ella quería y dejó en mis manos arreglar lo del paquete del viaje, la luna de miel, el destino lo elegimos juntos, algo bastante cliché, trillado, pero por favor, si no resulta romántico la locación, es que tienes el corazón como una roca, elegimos juntos París. 

Pasé tres días sin saber de Mía y mi preciosura Lía, quienes estuvieron de viaje por la despedida de soltera de Mía, si bien percibí por los estados de Whatsapp y Instagram Stories que se lo estaban disfrutando, se veían felices. Mi hijo y yo nos quedamos viendo películas, hablamos de las cosas que le gustaban, nos reímos, le conté historias de cuando era niño y él se disfrutó ese tiempo padre-hijo. 

El día de la boda no tardó en llegar, nuestra bendición sería ese día. Elegir el traje con mi hijo fue maravilloso, nos medimos muchos trajes, y finalmente elegimos el que necesitábamos, fuimos a jugar fútbol, compramos una pelota de basket, hicimos muchas cosas juntos. 

Desperté y lo primero que vi fue a mi hijo dormir plácidamente, se veía como un ángel, era mi ángel porque sobrevivió a circunstancias, era valiente. 

-¡Buenos días, papá! -Expresó Liam. 

-¡Buenos días, hijo! -Susurré. Lo abracé y le agregué: -Si algún día te casas, ojalá sea con una chica que se amen, se respeten y estén decididos a triunfar juntos. Nunca olvides que te quiero y mi mundo serán tu mamá, tu hermana y tú. 

-¡Ojalá así sea, papá! -Correspondió mi hijo. Nos abrazamos. Nos vestimos, luego vino el que sería padrino de la boda, nos marchamos en el auto. 

( P E N S A M I E N T O S de Alexander) Llegamos a la iglesia, mi pequeña revolución estaba inquieto, corría por toda la iglesia persiguiendo a la mascota de uno de los invitados y estaba sudando. Faltaban cinco minutos para la boda, cuando dijeron que había llegado la novia, en ese momento mi corazón empezó a latir sin freno, empecé a ponerme nervioso, y pensé como lucirían mis dos hermosas mujeres. 

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