IX- Capítulo Nueve-Propuesta Romántica
Caminé por el parque, corriendo por mi hijo. Estaba realmente feliz, verlos crecer sanos era lo que me hacía bien, después del susto que pase con Liam, no quería estar enojada, del mal humor por tonterías. Alexander, no ha vuelto a llamar, ni ha mandado mensajes, después de esa noche tan sensacional, no hemos vuelto a vernos, los pequeños dentro de poco comenzarán el maternal, estoy emocionada.
Recibí una llamada de Alexander. Al ver su nombre en la pantalla, mi rostro se iluminó. Conteste rápidamente, con un poco de torpeza, por mi nerviosismo.
-¡Buenos días, señorita Mía! -Articuló con voz masculina de trabajo.
-¿Sí? Alexander. –Respondí. Me sentía apenada, escuchar su voz me hacía sentir nerviosa.
-Necesito que vengas a mi oficina-Manifestó, siguiendo con voz varonil. Luego, nombró una dirección que anoté.
-Está bien, nos vemos. Iré con mis hijos.-Anuncié, caminando a buscar a mis hijos, los tomé en brazos, empezaron a llorar por no querer irse del parque. Les susurré que iríamos a ver a papá, entonces se quedaron tranquilos.
Nos dirigimos en un taxi a la dirección, me sorprendí al entrar en una zona de alta clase, nos pidieron permisos para entrar, me sentí apenada por no pertenecer a esa clase, aunque tras dar vueltas al asunto, éramos todos humanos, no somos unos más superiores que otros.
Entramos en un edificio de muchos pisos, bastante alto, la gente estaba vestida formalmente, nos hicieron tomarnos fotos, para poder entrar con identificación, me dirigí hacia el piso tres, los niños estaban tranquilos, por suerte. Entramos en un piso, totalmente alfombrado, arreglado con todo lo último en lujos, las personas me miraban de arriba abajo, decidí preguntar a una chica pelinegro, por Alexander.
-¡Buenos días! ¿Dónde se encuentra Alexander?-Expresé con mi mejor voz.
-¡Buenos días! ¿Tienes cita con él?-Preguntó, mirándome de arriba abajo.
-No. Él me mandó a llamar.-Musité, mirando a todas partes, queriendo que el mundo me tragara. Tomó el teléfono e hizo una llamada rápida.
-Puedes pasar, caminas por el pasillo, a la derecha y cruzas a la izquierda.-Ordenó amablemente.
-¡Gracias! -Agradecí, bajé a los pequeños para poder caminar con más facilidad.
Caminé tal como la secretaria me explicó, llegué a una puerta de madera, toqué dos veces, hasta entrar. Me encontré con Alexander totalmente vestido de gala, se veía hermoso, con un traje formal que le quedaba perfecto.
-¡Buenos días, Alexander!- Pronuncié entrando, al verlo en la computadora. Se veía muy interesado en lo que hacía.
-Alexander-Gritaron los pequeños, sus voces resonaron en la oficina, ellos corrieron a él, éste los besó en la frente y sonrío.
-¿Cómo están los niños más hermosos?-Preguntó, dándoles caramelos, ellos sonrieron y agradecieron.
-Siéntate, Mía-Indicó, me incorporé en un asiento reclinable, muy cómodo.
-Bueno, cielo. Te cité, porque necesito tu ayuda. Necesito comprar acciones en New Emprisses Suittes, para eso me obligaron a que tengo que estar casado, además salió una supuesta noticia en la revista Hola, cariño estamos en problemas-Dijo, estrechándome unas revistas, salía como título: "El Empresario más codiciado de New York, tiene hijos" Nuestra pregunta es: "Tiene ya una esposa, prometida, cónyuge" decía como subtítulo, acompañado de unas fotos de su salida con los niños.
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Buscando a A
RomanceMía, la chica más linda de la universidad, la más ansiada por los chicos en una cama, estudiosa y dedicada, ejercita su cuerpo muy bien y sabe cómo cuidarse. Pero incluso las chicas más lindas, tienen un secreto. Mía, tiene un futuro por delante, pe...