《¿Enamorar a un hombre y luego romperle el corazón?
Una locura. Y lo es más el pensar que todo comenzó por una tonta apuesta.》
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「Esta novela es una adaptación. No es de mi autoria. Todos los derechos reservados a l...
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El día jueves quería volverme loca con tanto trabajo y tanta tensión sobre nuestros hombros. Llegaron nuestros Jefes, los superiores desde Milán. Toda la oficina era un loquero. Las secretarias corrían para ordenar todos los archivos, los contables no hacían otra cosa que sacar balances. Nosotros debíamos tener todos los programas listos para ese mismo día.
—Buenos días.—Jungkook hacia alarde de su elegancia y estampa. Siempre me había encantado como se vestía, su forma de combinar.
—Hola,—dije saliendo de su escritorio—¿Por qué esa cara?
—Porque hoy llegan nuestros Jefes.
—¿Y?—pregunté, esa mañana llevaba puesto un vestido en tonos rojos, con zapatos de tacón y cabello suelto. Retoqué mi vestimenta.
—Y ayer me llamaron los Jefes.—se sentó en la silla giratoria y yo me apoyé en el escritorio de roble importado.
—¿Y...?
—Y bueno,—vi que tenía el cuello de la camisa doblada—dicen que tengo que tener una novia... ya sabes, status...—miró hacia abajo.
—Pero eso no es problema para ti, todas las chicas de la oficina mueren por ti...—sonreí y comencé a arreglarle el cuello.
La puerta se abrió antes de que él dijera nada y entró Bobby, seguido de tres hombres altos de tez clara y vestidos muy formalmente. Jungkook se levantó de inmediato de su sillón y me miró para que me diera la vuelta. Moví la cabeza en forma negativa y él me cogió de la cintura e hizo que volteara.
—Hola, Jungkook...—saludó Bobby—Lisa preciosa, te presento al Señor Carraghan, Farach y Biaggio.
—Mucho gusto Señores. Soy Jeon Jungkook.—estrecharon la mano.
—Un gusto Señor Jeon.—saludó uno de los hombres—¿Y la señorita es...?
—La Señorita es...—Jungkook me observó dulcemente.
—Lalisa Manoban.—me presenté.
—Un gusto Señorita Manoban.—estrecho mi mano.—Soy Carlos Biaggio.
—Bueno, Señor Jeon me parece de muy buen gusto su novia, se ve que es una chica bastante inteligente.
—¿Novia?—pregunté mirando a Jungkook.
—Claro, sino de que otro modo el Señor Jeon...—hablo Biaggio.
—Dígame Jungkook.—interrumpió él.
—Bueno..., Jungkook tendría su mano sobre su cintura.—bajé mi mirada y era cierto no me había dado cuenta.
—Muy cierto.—respondió el hombre el cual apellidaba Farach
—¿O no es así?—preguntó el que debía ser Carraghan, cuando ambos nos miramos.
—Oh, claro que si... ¿verdad amor?—dije, y Jungkook me quedó mirando.
