Capítulo 13

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La fiesta con Bobby duró como hasta las tres de la mañana

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La fiesta con Bobby duró como hasta las tres de la mañana. 

Bobby me llevó al apartamento y esperó a que entrara. Había pasado la noche más aburrida de toda mi vida... Tiré las llaves por allí, había pasado una velada única. Y lo único que quería era descansar. Me dolían los pies y estaba agotada, pero aun así me coloqué esa mascarilla que las chicas me enseñaron a preparar; ellas dijeron que me la tenía que quitar dentro de dos horas de aplicada. Así que me puse a arreglar todo el desastre que había quedado encima. Pasaría algo de una hora y ya estaba todo limpio y en su sitio. Me recosté un momento en el mueble y comencé a ver televisión. Para variar en la tele no había absolutamente nada bueno que ver. Gran novedad. Miré la hora, tan solo había pasado hora y quince minutos desde que me había echado esta cosa en el rostro. Tendría que esperar.

—Lisa, abre la maldita puerta.—escuché que decían mientras tocaban desesperadamente—Linda, vamos... sé que estas allí.

Me di la vuelta en el mueble y caí de bruces. ¿Me había quedado dormida? ¿Cuánto tiempo? Me levanté y trate de abrir la puerta, pero me choque con la mesa de centro, con el sofá y con la misma puerta cuando la logré por fin abrir.

—Au...—espetó Jungkook mientras yo seguía con los ojos semi cerrados y todo mi cuerpo detrás de la puerta—¿Por qué no contestas las llamadas? ¿Estás molesta conmigo?—me jaló del brazo e hizo que saliera de atrás de la puerta. Abrió los ojos—¿Qué te paso en la cara?

—¿En la cara?—aún estaba somnolienta.

—Sí, estas verde...—rio ligeramente, seguro no quería herir mis sentimientos.

—Dios...—abrí los ojos—La mascarilla....

Salí corriendo al baño, dejándolo allí en la puerta de mi casa. Junté un poco de agua, tratando que esto saliera de una vez pero estaba completamente adherido mi piel.

—¡Oh! ¡Vamos tienes que salir!—dije mirándome al espejo—¡Sal! Dios...

—Nena déjame ayudarte.—Jungkook apareció en el umbral de la puerta, sonriendo como siempre pero su voz era sumamente dulce—No quiero que seas la mujer de Hulk.

—Que gracioso.

—Es mi don, ya sabes...—dijo llevándome a la cocina, y cogiéndome de la cintura me levantó para que me sentara en el mesón, al lado del grifo para lavar los trastes.

Parecía que no hubiera pasado nada hace veinticuatro horas.

—¿Tienes un paño o una toalla?

—En el segundo cajón de la gaveta.—señalé con el dedo el lugar y crucé las piernas en los muslos a pesar del vestido negro corto que llevaba encima.

—Ahora vuelvo.—puso su índice en mi nariz y fue a buscar el paño—¿Te estás tomando muy en serio la apuesta verdad?

—Como todas las apuestas que hacemos, Jungkook.—abrió la gaveta y buscó un paño completamente blanco—¿Por qué blanco?, se va a pegar el color.

—No lo va a hacer.—sonrió y luego avanzo hacia el grifo, abrió la llave y mojó un poco el paño—¿Realmente te importa ganar?

—Aja.—respondí mientras el cogía mi mentón.

—Has para atrás tu cabello.—eso hice—¿Y por qué?

—¿Por qué qué?—pregunté.

—¿Por qué te importa tanto?—limpió delicadamente mi mejilla.

—Jungkook, ¿Estás hablando en serio?—me observó—Ganas más dinero que yo, no me viene mal tener un poco de dinero extra y lo sabes.

—¿Es solo eso?—preguntó después de reír.

—Aja.—dije segura mientras él seguía entretenido limpiando mi rostro.

Sabía que le estaba mintiendo, la apuesta era solamente para demostrarme que era una mujer, y que podía serlo... Y muy en el fondo de mi corazón, allí donde la gente nunca ve, me sentía bien con el cambio.

—¿Dónde estuviste anoche?—preguntó.

—¿Por qué?—me observó como si no me conociera y eso hizo que mi mirada bajara unos centímetros.

—Porque teníamos que ir a la casa de Jin.—mojó de nuevo el paño, para poder seguir quitando aquella crema verde que tenía encima.

—Dios, lo olvidé...—puse mi mano sobre su mano y lo miré—Lo siento Jungkook, se me olvido por completo... Salí con Bobby y me deje de lado el tiempo.

—¿Así que saliste con ese tipo?—me pregunto un poco serio.

—Aja... fuimos a una discoteca, ya sabes.—quería ver su cara. 

Simplemente eso...

—¿Y qué paso?

—Bueno, nada.—me mordí el labio inferior.

—¿Cómo que nada y te muerdes el labio?—continuo limpiando mi rostro, queriendo aparentar tranquilidad.

—A decir verdad si pasó algo.

—¿Qué?—se podría escuchar en su voz, enfado y frustración en muy altas dosis, pero todas enfundadas en una máscara de tranquilidad que ni él mismo creía. Baje la cabeza.

—Me besó.—dije con un hilo de voz.

—¿Cómo?—pego el grito en el cielo—Dime que no es cierto linda...—suplicó.

—Sí, Jungkook, ¿puedes creerlo? Me besó...—sabía que no era cierto pero quería ver que producía en él. Uno de sus puños, fueron a dar al fregadero rompiendo un plato que estaba allí por accidente.

—¿Qué rayos te pasa?—dije alterada.

—Nada... Lo siento...

—Vamos Jungkook, a mí no me mientes.

—No me gusta para nada ese tipo, lo sabes.—la ira estaba reflejada en sus ojos. 

Lo observé extrañada. 

—Lisa, dentro de la apuesta, no te puedes enamorar, ¿entendido?

—¿Por qué? ¿Qué pasa si me enamoro de Bobby?

—Me muero.

—¿...Qué?—no entendí lo que me quiso decir.




————♤♡♤————

¡¿Cómo que no entiendes Lalisa?!

- Beastly.


𝐋𝐚 𝐀𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚║𝐥𝐢𝐳𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora