《¿Enamorar a un hombre y luego romperle el corazón?
Una locura. Y lo es más el pensar que todo comenzó por una tonta apuesta.》
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「Esta novela es una adaptación. No es de mi autoria. Todos los derechos reservados a l...
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A la mañana siguiente, no fui al trabajo; me reporté como enferma.
Hoy iba a ser un día diferente, iba a aceptar todas y cada una de las propuestas que hicieran mi vida tranquila y feliz. Desayuné en el café del tío de Taehyung, tenía la cabeza baja y los ojos hinchados, por haber llorado toda la noche. Estaba irritable; cansada y aun herida de muerte.
¿Cómo podía Jungkook decirme todo lo que me dijo? ¿No me conoce? ¿No sabe quién soy realmente?
El usual timbre de mi móvil me despabiló y el identificador de llamadas palpitaba y palpitaba. Todo el mundo me volteaba a observar por lo que decidí ponerle vibrador, una vez hubiera terminado esa llamada. Hoy no estoy para nadie... Y menos para Jungkook.
—¿Por qué tan triste?—levantaron mi mentón con una mano lentamente, cuando miré a la persona, vi los ojos preocupados de Tae—¿Qué te pasa, princesa?
—Nada, Tae.—traté de sonreír, pero me fue prácticamente imposible.
—Vamos, cuéntame. ¿Somos amigos o no?
—Sí, sabes que si...—limpié mis lágrimas—Pero no importa, es algo pasajero, no te preocupes.—sonreí.
—Ven pequeña.—me abrazó y acariciaba mi cabello, así como siempre lo había hecho Jungkook cuando lo necesitaba.
Y ahora como lo necesito, necesito a mi amigo, al que siempre está a mi lado, aquel que con una sola palabra o muchas veces sin necesidad de ellas, hace que se restaure mi corazón. Pero no podía. ¿Cómo hacer para hablar con tu mejor amigo, contándole un problema cuando él es el principal culpable de tu dolor? ¿Cuándo no confía en ti?
—Tranquila linda... Todo va a estar bien.
Sollocé en silencio apretándome contra su pecho. Se parecía tanto a Jungkook, tanto en su forma de ser, no creo que sea como me dijo ayer. Sin embargo, no era él.
—Gracias, Tae.—dije levantándome, a los minutos. Tenía el pecho de la camisa mojado—Lo siento, mojé tu camisa.
Sonrió amigablemente—Eso es lo de menos, ¿Estás bien?
—La verdad no... Ayer me pelee con Jungkook.
—¿Qué paso?
Nos pasamos toda la mañana conversando de lo que había pasado ayer. Le confesé que sí, que tenía razón, estaba coqueteando con Jungkook en el restaurante. Le pedí millones de disculpas por eso, sabía que lo tenía que hacer. No era lógico ir con alguien y seducir a otro.
—Entiendo.—dijo muy animado. No le importaba en lo más mínimo el negocio, simplemente se ocupaba de mí y de lo que necesitaba—¿Un café?
—Si, por favor... y si tuvieras un cigarro te lo agradecería más.
—Ok.—le pidió a uno de los mozos, que por favor trajera dos cafés y una cajeta de cigarros.
