×Capitulo 6×

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×Namjoon×

Abrí mis ojos con pereza al escuchar la alarma.

Estoy muy, muy, muy, muy, muy cansado.

Demasiado.

Apoye mis manos en el colchón, intentando levantarme. Fallando completamente al volver a desplomarme en la cama.

Jimin y Yoongi se fueron ya entrada la noche, pero mi madre se quedó aquí para seguir preguntando.

Anoche fue realmente agotador. Entre los múltiples regaños de Yoongi, los de Jimin, luego mi mamá llegando e interrogandome sin piedad. Y para variar las pocas horas que me quedaron para dormir fueron desperdiciadas. Me estoy hartando de las pesadillas.

Y mi madre tampoco desperdicio un segundo para reclamar por sus plantas sin regar.

Insistió mucho en mi labio roto, aunque no le hice mucho caso. Le dije que me había chocado con la puerta del autobús (otra vez) para dejarla más tranquila sobre el motivo.

Después de eso simplemente tome una ducha y me fui directo a la cama. Con un solo pensamiento.

Seokjin no abandonó mi mente desde que salimos de la universidad.

Tenía una sensación extraña que me recorría de pies a cabeza cada vez que recordaba su rostro preocupado. Raramente, extrañaba en demasía la calidez de su cuerpo, en los escasos momentos que estuve entre sus brazos, me sentí extremadamente seguro.

Harto desordene mi cabello. Estar pensando tanto en él me estaba mareando. Así que decidí iniciar por fin con mi rutina mañanera.

Es unos pocos minutos ya estaba desayunando tranquilamente en la mesa del comedor.

-Adiós amor. Recuerda las plantas. Y por favor ten más cuidado, no quiero verte con más moretones...- un beso fue a parar en mi mejilla y otro en mi frente-. Te amo. Por favor cuídate mucho cielo.

Asentí, regalando le una de mis mejores sonrisas.

-Yo te amo más, estaré bien-.

Escuché otro " te amo" escapar de los rojos labios de mi madre antes de verle perderse por la puerta.

Suspiré, terminado mis tostadas para llevar el plato al fregadero y ordenar mis libros para hoy. Por fin estaba a buena hora, y no iba a bajar la guardia. Guarde todo en mi bolso, echándole un último vistazo a mi vestimenta de hoy.

No tenía muchas ganas de vestirme esta mañana, así que lleve una simple musculosa negra y unos pantalones sueltos de color marrón, junto a mis típicas convers negras. Revolví mi cabello para ayudarlo a la tarea de secarse; tome mis llaves, asegurándome de que nada se me olvidará y salí.

Hice mi mini ritual de pasar doble seguro y camine tranquilo a la parada. Era viernes, así que no había casi nadie esperando el bus; me senté en una de las bancas a esperar.

En unos dos minutos ya estaba allí.

Las puertas se abrieron frente a mí.

-Una es mejor que ninguna- comento irónico el conductor, le sonreí en respuesta, dándole el dinero y disponiéndome a buscar asiento.

Por suerte estaba medio vacío, así que no tendría el mismo problema que ayer.

Camine en el estrecho pasillo, deteniendome al sentir como jalaban levemente la tela de mi camisa.

Seokjin fue con quién me encontré. Supuse que quería que me sentará a su lado, según sus ojos de cordero degollado.

-Buenos días Seokjin...- intenté sonar lo más normal posible, ignorando el fuerte latido de mi corazón. ¿Qué mierda me pasa?

La Melodía del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora