–¡Namjoon ya ven a desayunar!—.
Escuché gritar a mi madre desde la cocina. Terminé de guardar mis libros en el bolso, lo coloque en mi hombro y tome mi teléfono, calzando mejor mis zapatos antes de apagar la luz del cuarto y cerrar la puerta.
–¡Ya voy!— grité de vuelta, bajando de a dos los escalones, topandome en primer plano con la mirada acusadora de mi madre.
Tal vez me había pasado un poquito de los típicos "cinco minutos más".
–Kim Namjoon. La próxima vez que te quedes dormido te voy a hechar un vaso de agua fría en la cara—.
Amenazó, mientras con una mano acomodaba su saco y con la otra ponía mi desayuno en la mesa.
–Mamá por favor. Solo fue esta vez. Estuve hasta tarde explicándole a Jimin como hacer el informe— y era verdad, Jimin era algo así como mi mejor amigo. Y siempre fue extremadamente distraído, o más bien despreocupado.
Me sente en una de las sillas del comedor para empezar a devorar apurado mis cereales.
–Pues dile a Jimin que la próxima vez él mismo va a tener que venir a despertarte—. Con una servilleta la alterada mujer a mi lado limpio los pocos cereales que derrame sin querer; rodé los ojos de solo imaginar a Jimin hechando me un vaso de agua en la cara. Eso no iba a pasar.
Terminé mis cereales, colocando todo lo que ensucie en el fregadero, mientras limpiaba rastros de cereal de mis mejillas.
–Adios amor. Nos vemos en la noche— un sonoro beso fue depositado en mi mejilla.
–Recuerda que tienes que regar las plantas, ¡Y no quiero a tus amigos aquí hasta tarde!— grito por última vez mi madre antes de que la viera cruzar la puerta. Escuché como encendía el auto, para después oir el rechinar de las llantas contra el pavimento.
Por mucho que me criticara, ella también se había quedado dormida.
Había sido una noche larga para ambos.
Tome mis llaves de un pequeño recipiente de cerámica, repasando todo lo que tenía que llevar ese día a la universidad en mi mente.
Salí de la casa, ya después de asegurarme de no haber olvidado nada, cerrando la puerta con doble llave como siempre lo hacía. Soy un poco paranoico.
Empecé a trotar a la parada del autobús. Acelerando más el paso cuando le ví llegar y recoger a las personas puntuales, que si estaban allí a tiempo.
–¡Espere!— apenas alcance a parar las puertas antes de que estás se cerraran.
–Esta es la cuarta vez en la semana Namjoon. Ya cómprate un despertador— el conductor del bus volvió a abrir las puertas para dejarme pasar; agradecí el hecho de que me conociera tan bien. Hace ya cuatro años que tomaba la misma ruta; así que no me sorprendió su reprimenda.
–En verdad lo siento. Intentaré que no vuelva a pasar— hice una pequeña reverencia un poco apenado, entregándole el dinero que le debía.
–Eso espero— tomo el dinero para después revolver mi cabello, el cual debido a mi ducha, que casi no fue una ducha, seguía húmedo.
Él sonrió de una manera muy particular que no puede evitar corresponder.
Camine entre las personas, ya no había puestos libres así que me tocaría ir de pie. Ya me había pasado, así que no me era gran problema.
Era un recorrido de unos veinte minutos hasta la universidad, los cuales iba a aprovechar para sacar mis audífonos y escuchar un poco de música.
–Esto está en... ¿Español?— mire de reojo mi celular, alzando una ceja. Siempre que le prestaba a Hoseok mi teléfono terminaba con música extranjera. No es que me molestará, pero ahora quería escuchar algo que pudiera entender.
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La Melodía del Silencio
FanficKim Namjoon nunca fue de muchas palabras. Muy por el contrario a sus amigos y familia, que lograban llenar el vacío que a veces creaba su falta de conversación. A ellos no les molestaba. Y a él tampoco. Se había acostumbrado al bullicio, al sonido d...