Bondi Band ( otra oportunidad )

Tierno

—Aún no entiendo porque reaccionó así — dijo Laila.

Ella, Nina y David estaban afuera de la enfermería esperando a Octavio.

—Si, no suele ser "violento" — dijo Nina mirando a David buscando una respuesta.

—Estoy igual que ustedes. Aunque creo que tu "nuevo amigo" se paso de la raya. Mensiono a la madre de Tony y el como que... Estalló—trato de explicar David, aunque estaba tan nervioso que su voz temblaba.

—Voy a buscarlo, debo hablar con él— dijo Laila decidida.

—¿Qué le decimos a Octavio? — preguntó Nina.

—Qué fui a hablar con Tony ¿Qué más? — dijo Laila algo confundida por la pregunta.

—No creo que se lo tome muy bien— dijo David.

—Solo... Esperen aquí— Laila se fue.

Con ayuda de su bastón comenzó a buscar a Tony por los pasillos.

En el baño de hombres.

—Pareces feliz de verme— dijo la bruja blanca con un tono juguetón.

—No eres buena leyendo a la gente— dijo la Tony cruzando los brazos —¿Qué quieres?

—Amenazarte, es divertido— dijo la bruja sacando una sonrisa de diversión —Quiero que te transformes y robes algo para mi y a cambio yo no revelare tu secreto o el de tus amigos, porque asumo que son los mismos.

—¿Qué? — DIJO Tony algo confundido.

—Es solo un pequeño trabajo. Pero si te niegas puedo decirle a Macard y a Miss C-Lebrity ahora mismo, seguro se mueren por saberlo— amenazó la bruja blanca mientras se prepara a para chasquear los dedos.

Tony cruzó los brazos, pues no sabía si confiar en ella o no —No les dirás, me necesitas ¿No? No perderias la oportunidad de que haga algo por ti por revelar mi identidad.

La bruja río— Olvidé lo grande que es tu ego. No te preocupes, si no me crees puedo arreglarlo —la bruja chasqueo los dedos.

Ambos aparecieron en el salón del maestro Macard.
Tony miró sus manos, eran traslúcidas.

La bruja blanca tenía un papel en la mano que decía "Tony Bovari es el cantante misterioso"

Macard estaba en su escritorio leyendo un cuento de Edgar Allan Poe.

La bruja camino rápidamente a el dispuesta a poner la nota en su escritorio, se veía muy decidida, Tony creyó que pararía pero ella dobló la nota y la puso justo frente a Macard, quien seguía metido en el libro, no podía verlos.

—¿Aceptas? — preguntó.

Tony miró atentamente a Macard, quien alzó ligeramente la mirada del libro al notar el papel en su escritorio.
Este dejó el libro a un lado y tomó el papel.

—Uy, ya quiero ver su cara— dijo la bruja.
Todo parecía estar en cámara lenta para Tony.

—¡Está bien, acepto!

La bruja sonrió y volvió a chasquear los dedos.

Ambos aparecieron de nuevo en el baño, ella tenía la nota en la mano

—¿Qué quieres que robe?— dijo Tony.

—Veamonos afuera del edificio Cuent a las 9 pm, esta noche, te espero— la bruja desapareció después de eso.

Tony dejo salir un suspiro.
Salió del baño y trató de olvidar lo que había pasado.

—¡Rockstar! — escucho la inconfundible voz de Laila detrás de él.

Tony volteo lentamente hacia ella.

—Respondeme, Tony, porque o habló contigo o habló con otro extraño tipo que por alguna razón huele igual a ti — dijo Laila cruzando los brazos.

—Soy yo, Prin... Laila— dijo Tony un poco más serio.

—Ouh— dijo Laila, era extraño que no la llamara por su apodo —¿Vas a decirme que te paso?

—¿Crees que soy un cobarde? Porque eso dijo él— dijo Tony.

—Yo no diría eso— dijo mientras sonreía —Eres egocéntrico, muy presumido, el rey del drama oh vanidoso, eres muy vanidoso, eres a veces tierno, pero cobarde no.

—No se que sentir al respecto, Laila— respondió Tony rascándose la cabeza.

Laila sacó una leve risa y se dirigió a Tony —¿Desde cuando te importa la opinión de los demás? ¿No eres "el diamante italiano", Perfecto y único?

—Tal vez solo me importa la tuya— confesó haciendo que Laila se ruborizara un poco.

—Ah, solo prométeme que no volverás a hacer algo así— dijo cambiando el tema.

—Bien, lo prometo— dijo procurando sonreír aunque sabía que ella no lo sabría.

—Ok, entonces... volvamos con los chicos— dijo Laila caminando hacia el frente esperando escuchar las pisadas de Tony detrás de ella y así fue.

La tarde pasó con algo de normalidad, trataron de evitar el tema de Octavio a toda costa, pero era algo incómodo.

En el bondi.

Tony no dejaba de mirar la hora en su teléfono esperando que las nueve no llegaran, pero el reloj parecía estar en su contra, pues en un parpadeo dieron las 8:40.

—Ay, ya es muy tarde, mi mamá me va a matar— dijo David muy alarmado al ver la hora.

—Es verdad, ya deberíamos irnos, de todos modos la torpe alarma no...

"¡Ring!"
Sonó una rara campaña en todo el bondi espantando a todos.

Azim rápidamente reviso la consola —Supervillanos en el centro, parece serio, es como un lagarto gigante.

—No queda de otra— dijo Tony.

—P-Pero mi mamá.

—¡Booondi band!— gritaron todos para luego transformarse.

—Ay, está bien, ya que— dijo David algo nervioso para luego transformarse.

Los chicos se dirigieron rápidamente al centro con ayuda del bondi y bajaron con toda la intension de acabar con el villano y en eso dieron las nueve en punto.
Sonó fuertemente la manija de un reloj seguido del repicar de una campana y de inmediato Tony apareció en el techo del edificio Cuent.

—¿Pero que...

—Ay, que bueno que llegas, creí que cancelarías— le habló la bruja blanca como si fuera una simple cita casual de amigos.

—¿Qué hiciste?

—Ouh, un viejo truco, descuida, tus amigos estarán bien por un rato y descuida el villano solo es tu iguana.

—¿Monty?— dijo algo preocupado.

—Ah, te preocupas demasiado. Ahora, a lo que venimos, necesito que robes algo muy significativo para mi que está en esta dirección— le entrego un pedazo de papel que hizo aparecer mágicamente. Tony lo tomó de mala gana.

—Si quieres que lo haga dime que busco y donde es esto.

—Debes traerme un pedazo de la piedra rosa que Macaria posé en su... intento de casa.