21. Angustia

1.8K 232 40
                                    

Volví a mi piso lo más rápido posible. No sabía cómo sentirme respecto a lo que había pasado. Había perdido a Lena. Seguía sin poder creerlo. Sentí como las lágrimas amenazaban con caer por mis mejillas. Esta vez no opuse resistencia a estas, no tenía la suficiente fuerza como para hacerlo. La había perdido... y con ella una parte de mí.

Había estado llorando ya por dos horas. No quería que Lena se enterara de mi trabajo de esta forma, ella realmente era muy importante para mí. Deseaba poder contarle toda la verdad, contarle que sí, que nos conocimos cuando la estaba investigando pero que no pude seguir con eso porque la conocí de verdad. Que realmente me enamoré de su bondadosa alma. Pero no podía hacerlo ahora, tenía que darle algo de tiempo.

Me levanté sujetando a Streaky el cual se encontraba en mi regazo consolándome y me metí en la ducha. Entonces, dejé mis pensamientos volar y mis lágrimas también. Por muy claro que tenía que Lena no era una asesina, ella se había involucrado con las dos últimas víctimas del caso "Enhyndrina". Había registrado su casa, allí no había restos de ninguna serpiente ni nada sospechoso. Pero Alex me había dicho que la mordida no era de serpiente, entonces solo buscábamos el veneno. Si en su casa no estaba, solo quedaba otro sitio dónde mirar. L-Corp. Su despacho estaba limpio, lo había registrado a fondo y no había nada. Solo quedaba su laboratorio, al cual no sabía cómo llegar.

Salí de la ducha, me sequé y me metí directamente en cama. No me apetecía nada vestirme, solo quería estar en cama. En realidad, no, en realidad quería verla, quería estar con ella, quería que me perdonara; pero tenía que pensar muy bien lo que iba a decirle y cuando.

Sentí los nervios en mi interior. No quería irme, pero no tenía otra opción. Observé cómo la nave de Kal-El despegaba y me acerqué corriendo a la mía seguida de mi padre.

Mi madre estaba allí. Miré a los dos sin saber qué decir. Los iba a echar tanto de menos. ¿Por qué ellos no vienen conmigo? ¿Por qué no puedo quedarme con ellos?


- Las coordenadas están sincronizadas con las de Kal-El, para que así lo sigas hasta la Tierra. – dijo mi padre.

- No tengo miedo, padre. – contesté. Mi padre se fue y me quedé a solas con mi madre. Ella se acercó a mi y me cogió ambas manos.

- El viaje es largo, pero estarás dormida la mayor parte del tiempo y nosotros te acompañaremos en tus sueños. Vas a ir a la Tierra para cuidar de tu primo Kal-El. En la Tierra, a causa del sol amarillo, tendrás unos poderes increíbles en ese planeta y harás cosas extraordinarias.

- No le fallaré a Kal-El o a ti. – se acercó a más a mí y me dio un beso en la frente.

- Te quiero, Kara. – una lágrima comenzó a caer por mi mejilla. De repente, un meteorito cayó demasiado cerca nuestra causando un temblor. – Tienes que irte ahora.


Me giré hacia la nave. Tenía que irme. Miré atrás a mis padres y volví a abrazar a mi madre mientras ambas llorábamos. Corrí hacia la nave y me subí en ella. Era muy pequeña, pero tenía que hacer esto por ellos. Iba a ser valiente, a ser fuerte, por ellos.

En cuanto subí, la nave se activó inmediatamente y comenzó a flotar. Salió volando unos segundos más tarde y lo último que pude ver fue cómo mi planeta, Krypton, explotaba.

Me desperté sofocada. Hacía mucho que no recordaba el día que me fui de Krypton. Pude sentir un nudo en mi estómago. Nunca había recordado a mis padres tan bien como en este sueño.

Sabía que mis sueños estaban relacionados con mis sentimientos, pero nunca había visto tan claro lo que querían decir cómo este. Era sencillo: había vuelto a perder otra persona a la cuál quería. Primero mis padres y ahora Lena. Pero estaba vez yo podía hacer algo, podía arreglarlo y podía protegerla.

Smart Investigations [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora