10. Intrusión

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Me sentía abrumada por todo lo que había pasado. Yo no quería que pasara eso. Yo sólo quería ayudar a aquella persona. No, yo no quería que acabara así, pero ellos no lo entendían.

Las lágrimas corrían por mis mejillas. Me encontraba pérdida en un callejón de la pequeña ciudad de Midvale. Había salido corriendo sin mirar a dónde me dirigía y me había perdido. Me encontraba sola. Sola de verdad. Sola en este callejón. Sola en aquella casa. Sola en este mundo. Mi única responsabilidad en este mundo era Kal-El, pero él ya podía cuidarse solo. No tenía nada qué hacer aquí. Lo había perdido todo.

Estuve llorando en aquel callejón toda la tarde. Sentada el suelo contra la pared y con las rodillas en mi pecho. Cuando levanté la cabeza pude haber que había oscurecido. El miedo comenzó a aparecer en mi interior. Estaba perdida y era de noche. ¿Cómo iba a volver a casa?

Más lágrimas comenzaron a aparecer en mis ojos. No tenía que haberme escapado. Tenía que haberme quedado en mi habitación. Era verdad lo que me habían dicho: nunca pensaba. Debía pensar más mis acciones, no dejarme llevar. Pero mi corazón me decía que tenía que ayudarles. ¿Por qué evitar ayudar a gente que lo necesita si tengo los medios para hacerlo? ¿Por qué ellos no podían entender eso?

Me sequé las lágrimas cuando un sonido llamó mi atención. Me levanté rápidamente asustada mientras miraba de un lado a otro. Vi como a mi izquierda algo comenzaba a moverse. Avancé poco a poco hacia la derecha pegada a la pared, hasta que un pequeño rayo de luz lo iluminó. Un gatito se encontraba detrás del cubo de basura. Comenzó a maullar de una forma algo triste. Me acerqué lentamente a él para no asustarlo.

Entonces pude verlo bien. Era un pequeño animalito negro y asustado. En cuanto me vio, se acercó a mi pierna rápidamente y se quedó ahí. Me puse de rodillas y comencé a acariciarlo.


- No te preocupes. Yo cuidaré de ti. - dije mientras lo cogía y lo colocaba entre mis brazos. - Sé que tu cuidarás de mí también, pequeño.


Me quedé pensativa mirándolo. Necesitaba ponerle un nombre. ¿Qué nombre sería el apropiado para un gato tan bonito y valiente?


- ¡Ya sé! ¡Es perfecto! Vámonos a casa, Streaky.


Comencé a andar con Streaky en brazos. Con él me sentía más segura, más valiente. Con él sabía que podía llegar a casa. A medida que avanzaba podía reconocer mejor los sitios y un agradable olor llegaba a mis fosas nasales.

Me desperté por el olor del desayuno. Me giré y vi a Streaky tumbado a mi lado.


- Tú siempre protegiéndome.


Me levanté y caminé hacia la cocina donde me encontré con mi hermana. Pude ver que había ido a comprarme el desayuno ya que seguramente en mi piso no había mucha comida.


- Por favor, dime que si escaneo esas bolsas voy a ver sticky buns. - digo emocionada.

- Es tú día de suerte.

- ¡Siiiií!

- He ido a la tienda y te he comprado cuatro sticky buns y potstickers.

- ¡Te quiero, Alex! - digo mientras voy corriendo a abrazarla.

- Y yo a ti, tonta.


Comenzamos a comer y a hablar de cosas sin importancia hasta que recordé la conversación que había tenido con Lena ayer.


- Alex..., ¿recuerdas que me pediste investigar a James?

- Sí. He leído tu informe, pero no había nada relevante para el caso.

Smart Investigations [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora