Smart Investigations [Supercorp]

22. Rojo

El ardor se empezó a esparcir por todo mi cuerpo. Me miré las manos y pude ver como mis venas destacaban con un color rojo intenso. Y mientras temblaba por el dolor, mis pensamientos comenzaron a fluir y mi estado de ánimo cambio de repente.

Me levante muy segura de mí misma. No me podía permitir caer por una persona. Yo era Kara Danvers, yo era invencible en este mundo, nadie podía derrotarme y ¿me permito derrumbarme porque alguien me ha sacado de su vida? No, eso no va a pasar. Lena no sabía a quién se había perdido y yo se lo iba a demostrar.

Aparté los trozos de la caja fuerte y bajé hacia la puerta de la casa. Salí y entonces la vi. Lena acaba de llegar a casa. Noté como sus ojos se abrieron y se me quedaba mirando enfadada. Observando más su expresión, pude distinguir que tenía los ojos llorosos. Ella había estado llorando. Como yo lo había hecho. Ella aún era débil. Yo ya no lo era.

- ¿Qué haces tú aquí? – exclamó enfadada Lena.

Comencé a caminar sin contestarle y sin mirarla. Ella me seguía con la mirada y cabreada. No tenía ninguna intención de hablar con ella ahora. Quería hacerla sufrir, nadie me podía echar de su vida como si yo no fuera nada. Ella no sabía quién era, pero tal vez podía averiguarlo de la peor forma.

- Kara, ¿quién te crees que eres para allanar mi casa y pasar de mí?

Me paré en seco dos pasos detrás de ella. Me giré lentamente hasta encararla. Podía notar la furia que crecía cada vez más en su interior a través de sus ojos. Esto iba a ser realmente divertido.

- ¿Qué quién soy? Tú no tienes ni idea de quién soy. – Me acerqué con paso decisivo a ella y la miré fijamente. Levanté mi brazo lentamente y coloqué mi mano en su cuello. Acaricié sus labios con mi pulgar siguiendo este con mis ojos. Entonces, volví a mirarla. – Y créeme, no quieres saberlo, Luthor.

- ¿Qué te hace pensar que no lo sé ya? – dijo estirando su cuello hacia atrás. – No te tengo miedo, Danvers.

- ¿Cómo es que la niñata mimada Luthor ha prestado atención a algo más que a su propio ombligo?

- No tienes ni idea de lo que estás hablando, Kara. – Eso le había afectado.

- ¿Ah? Así que los rumores son ciertos... Tu familia no te quería. Solo te has aprovechado de una vida que no era tuya...

- ¡Cállate!

- ¿Y total para qué? ¿Para acabar con la vida de la gente?

- ¡¿Qué?!

- Te he investigado Lena.

Ella se echó para atrás rompiendo el contacto que había entre nosotras. Mi mano se quedó en el aire como si de alguna forma fuera a volver a mí, pero sabía que no. La había destrozado.