"Capitulo 9=Memorias tatuadas"

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Jimin enjuagaba el cuerpo de el joven chico, toda su blanquecina piel estaba repleta de lo que eran las secuelas de una despiadada violación, chupones morados, marcas, rasguños, mordidas... todo eso tapizaba todo su corrompido cuerpo el cual de a poco fue purificado parcialmente por las manos ahora delicadas de Jimin.

Por alguna razón el pecho de el mayor vibraba en arrepentimiento y lo último que quería hacerle al inocente ser en sus brazos era causarle más daño.

Pero como dice el dicho, lo hecho hecho esta y las marcas en el cuerpo de el joven chico permanecerían por varios días, si no es que semanas y eso conllevaría a que Jungkook no volvería a dirigirle ni la más mínima mirada y mucho menos una de esas cálidas sonrisas que había visto en él antes de tenerle cautivo...

El mayor arropó el mullido cuerpo entre sus brazos y le colocó ropa nueva, unos largos pantalones invernales, una camiseta de lino con botones dorados, un chaleco de cuero y un saco abrigador. No quería que este pase mas frío en el sótano

<<¿Y si nunca despierta?>> Se preguntó Jimin mientras dejaba el cuerpo aún inconsciente de el chiquillo sobre su cama, le miró por varios minutos creyendo que en realidad este seguía en ese estado ya que no quería regresar a su cruda realidad.

Y no lo culpaba, quien quisiera vivir en una realidad así de descarnada y amarga, cautivo en un frío sótano bajo la constante vigía de un asesino y además también siendo victima de una violacion.

Pero que mierda...

Porque daba tantas vueltas a lo mismo, ¿porque el arrepentimiento estaba carcomiéndole las entrañas?, no debería importarle ni en lo más mínimo...

Jimin gruñó y se reprendió mentalmente, se había tomado tantos cuidados con el, lo ducho, lo arropó y lo vistió con abrigadoras prendas de ropa... que bobería.

—Soy un idiota...—Jimin se levantó de la cama y observó la pacífica expresión de el castaño.

El mayor apretó sus nudillos y respiró profundamente, su cuerpo se llenó de una carga pesada la cual exigía ser liberada, sin embargo tomó todo su autocontrol y fue directo hacia el cuerpo de el menor, lo cargó en su hombro y fue directo hacia las profundidades de su mansión.

No soportaría verle mas, el hecho de ser incapaz de matarle le revolvía el estómago y no quería debatir más en contra de su trastornada mente, lo mejor sería encerrarle de nuevo y abstenerse a únicamente llevarle pequeñas raciones de comida y agua, así talvez llegaría un punto en el que lograría perder ese horrible sentimiento de arrepentimiento que le impedía constantemente quitarle la vida de una vez por todas.

Jimin estaba seguro de algo, no dejaría que Jungkook juegue más con el, lo mataría y no le permitiría ser su nueva debilidad...

Porque el amor es una mierda disfrazada de historias con finales felices, todas simples falacias esperanzadoras... el amor no es nada de eso, el amor solo destruye y no estaba en sus planes volver a repetir la historia.

—╼⊳⊰ 𖤍 ⊱⊲╾—

Sábado 16 de diciembre

Los ojos de el castaño se abrieron y su cuerpo tembló al sentir un frío recorriendo su espina dorsal, todo era oscuro... volvía a sentir las paredes húmedas a sus espaldas y  todo era un constante silencio.

Volvía a estar en el sótano.

Palpó su cuerpo con sus manos y notó que estaba vestido con ropa nueva... tocó su cuello y algo dolió, como si tuviera diversos hematomas.

Memorias llegaron a su mente como un rayo, recordaba perfectamente como Jimin lo había golpeado hasta dejarle botado en el suelo con sangre escurriendo de sus labios y sus costillas doloridas, casi rotas, agitó su cabeza ya que todo después de ese suceso estaba muy nublado, como si su mente prefiriera retenerse a recordar lo siguiente a sabiendas de el impacto que podría causar.

Y con toda razón... apenas Jungkook aludió lo que en la noche había ocurrido, su cuerpo tembló y no pudo evitar contener las arcadas, fue corriendo hacia el diminuto e insignificante baño que tenía el sótano y vomitó con ganas, su cuerpo y mente no querían aceptarlo, no querían reconocer la verdad... que fue violado.

Jungkook sollozó en el baño y cayó rendido al suelo mientras las repulsivas memorias azotaban su mente, todo ocurría como un filme frente a sus ojos, tan real que hasta llegaba a sentir el dolor de nuevo, toda la agonía... recordaba la manera brusca en la que lo penetraban como si fuera un ser insignificante y como aquellas manos lo apretaban como si este fuera de su propiedad.

—N-no...—Jungkook llevó sus manos a su rostro y lloró, lloró tanto con la esperanza de que de esa manera lograra purificar su profanado cuerpo.

Deseaba que todo hubiera sido un mal sueño, pero no era así, el dolor en su cuerpo le confirmaba la desalmada manera en la que le habían robado su virginidad y lo peor... había sido un hombre el que lo había doblegado.

Un repugnante asesino...

Jungkook camino con dolor hacia la esquina de la oscura habitación y se abrazó a si mismo, acarició sus rodillas y sus piernas, abrazó su cuerpo y comenzó a cantar una muy conocida canción de cuna.

Su mente trajo a su memoria los bellos recuerdos de su madre cantándole aquellas hermosas canciones al oído, mientras sus atildadas manos le acariciaban para tranquilizarle cuando tenía miedo en los días ruidosos de tormenta.

Se sentía justo así, temeroso, temía tanto por que la puerta se abriera en cualquier momento dejando entrar a aquel Jimin despiadado y de mirada oscura... se sobrecogía con la simple idea de verle frente a él de nuevo, susurrando aquellas impúdicas palabras mientras sus sucias manos le tocan mórbidamente y con total deseo.

Deseo que por obviedad no es ni será compartido jamás por el menor, el único sentimiento que ambos comparten es el odio... ambos se odian por destruir la vida de el otro.

Jimin le detestaba por el simple hecho de hacerle someterse y acongojarse, cosa que no había ocurrido desde hace tantos años, desde que era un simple niño visionario... tan crédulo e inocente.

Y Jungkook por obvias razones, tales como el hecho de impedirle su libertad, robarle a su madre y su hermana, por golpearle, por humillarle y por quitarle su virginidad...

El de cabellos castaños no deseaba nada más que huir de esa mansión, solo quería correr hacia los brazos de su madre como un niño pequeño después de ver un supuesto monstruo bajo su cama, añoraba tanto que lo llene de caricias y que le cante dulcemente, repitiéndole hasta el cansancio que todo el mal se había acabado y que ahora estaba a salvo.

No notó cuando pero ya había comenzado a sollozar de nuevo, no tenía idea de como es que sus lágrimas seguían cayendo... siempre se la pasaba de esa manera, llorando desconsolado y estaba seguro de que pronto las lágrimas se acabarían y solo podría contener su dolor en su cuerpo.

Debía escapar... debía hallar una manera, realmente no tenía nada que perder, Jimin ya le había robado todo lo que podía robarle, había roto todo en el y no había nada más que le importara además de Elizabeth y Suri.

Esa noche se juró a si mismo que lograría escapar de una manera u otra, pero lo haría y el sol volvería a iluminar su rostro dándole un respiro de esperanza.

Oh... cómo añoraba ese día...

Assasin's PuppetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora