Jueves 2 de abril
Era frío, distante, con mirada temerosa y titubeante. Jimin odiaba eso, había pasado ya más de una semana desde el incidente de el almacén de arte y a Jungkook siempre se le veía apenado, muy lejano y sin querer conversar apenas más de un par de palabras.
—¿Ya saliste a ver el jardín? Está repleto de flores—Jimin sonrió y miró a Jungkook preparar la comida de esa tarde.
—Uhm... seguro es hermoso—Dijo con indiferencia, bastante inmerso en su trabajo.
El peli negro bufó y se apoyó en la barra de madera con ayuda de sus antebrazos, su mirada postrada fijamente en ese castaño que tan solo le ha evitado esas largas semanas.
Y es que Jungkook no temía de Jimin como el mismo creía, en realidad temía de el mismo y de las extrañas sensaciones que desde hace tiempo habitaban en su interior.
Desde aquella madrugada en la que había encontrado aquellas cartas y el gran lienzo, no dejó de pensar en ello, día y noche las palabras que había leído en aquellos pergaminos se repetían en su mente como una grabadora que constantemente parecía torturarle.
Y sin pensarlo y sin su consentimiento Jungkook había desarrollado sentimientos de amor y cariño por y hacia Jimin, por su asesino y la persona que indudablemente arruinó gran parte de su vida, y aquello le hacía temblar de terror, tan solo quería dejar esos extraños sentimientos a un lado, ser libre y no sentirse tan dependiente hacia ese maldito peli negro.
—Puedes ir a la sala... terminaré la comida pronto—Dijo el castaño algo tajante y sintiéndose intimidado por la constante mirada de Jimin postrada sobre el.
—En realidad no me iré, necesito aclarar unas cuantas cosas contigo—Jimin se acercó a el contrario y le arrebató el cucharón metálico que usaba para remover la sopa—Jungkook, he notado que te has vuelto bastante distante desde aquella madrugada y no es lo que quiero, no quiero que estes incomodo con mi presencia como ahora lo estas...
El mayor suspiró y se alejó unos cuantos pasos de el menor al sentir su indisposición. Tampoco quería verse insistente, tan solo quería arreglar las cosas y que volvieran a aquellos magníficos días en los que había al menos una pizca de confianza en su diaria convivencia.
—No se de que me hablas, he estado igual que siempre—Jungkook se cruzó de brazos como si aquello fuera signo de veracidad en sus palabras.
—Para nada, boberías, cada día estas tenso, evitas mi mirada y si puedes hablas apenas dos palabras...¿Que te aflige Jungkook?—Jimin negó y se decidió en tomar el riesgo de acariciar la suave mejilla de su menor y grata fue su sorpresa en cuanto esté acunó su rostro en su palma.
—Es solo que... te mentí Jimin—Jungkook suspiró y sus labios se apretaron—Yo si encontré muchas cosas en tu almacén, leí y vi muchas cosas—Sentenció en seco
Jimin casi ríe al oír su palabras, no era información que antes no sabía, era obvio que Jungkook había encontrado de todo en aquel almacén y sí, antes el mayor logró acongojarse con la idea de que el menor descubriera sus más oscuros secretos pero ahora le importaba muy poco, es más, hasta se sentía listo para confesar todo de una jodida vez.
—No dices nada que antes no sabía Jungkook... ¿esa era toda tu preocupación?
Jungkook quería negar, quería expresar todo lo que en ese instante estaba sintiendo, su corazón latiendo a mil por segundo, su piel erizándose ante las caricias de Jimin o la manera en la que sus pupilas se dilataban con extasía al ver los labios carnosos de Jimin moverse al hablar.
—Si es todo—Jungkook asintió con muy poca seguridad.
—¿Estas seguro bonito?—Jimin sonrió de lado y el contrario tan solo se congeló en su lugar al oír ese sobrenombre.
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Assasin's Puppet
Fiksi PenggemarPark Jimin un joven adorado por muchos y odiado por pocos, con una imagen limpia para los demás y manteniéndose siempre en un alto puesto social en la corte de Burgsville, un pueblo sombrío que lleva siendo atormentado por numerosos homicidios sin r...