Abrió la puerta de un solo golpe e ingresó con el cuerpo pálido y sin vida de el castaño.
Sus jadeos de preocupación rodearon el lugar y su aura pesada y desesperada comenzó a oscurecer el ambiente.
No quería perderlo...
Dejó ese pequeño y exánime cuerpo reposado sobre el sillón, no le importo cuánta sangre comenzó a derramarse penetrando así con su potente color parte de su ostentoso sillón, nada de esa mierda importo. Jimin tan solo se preocupaba por esos dos cortes que comenzaban a robarle la vida a ese precioso chico.
Se hincó aún lado de el cuerpo agonizante y lo despojó de las prendas que cubrían su torso, soltando un quejido ahogado al percatarse de la profundidad de las yagas.
—Mierda... Jungkook no me dejes así...—Jimin balbuceó y tomo la aguja e hilo con sus manos temblorosas, sabía bien cómo curar este tipo de heridas, mil veces las había curado en su propio cuerpo sin ayuda alguna, pero viendo el cuerpo casi muerto y tan frágil de el menor temía tanto el hecho de cometer algún error.
Comenzó a sellar las heridas, la aguja perforó con minucioso cuidado la pálida piel de el menor y poco a poco esas profundas yagas fueron cerrando, impidiendo así que la oscura sangre continuara escapando.
Pero Jimin bien sabía que eso no era todo, el menor había perdido mucha sangre y ahora su vida pendía de un delgado hilo, era como una estupida ruleta rusa... Hay muchas posibilidades; podría abrir sus ojos en unas horas y volver a la vida, o simplemente y en el peor de los casos jamás despertar, cosa que hacía a el peli negro estremecerse.
—¡No!—Su corazón casi dejó de latir al percatarse de como el menor dejaba de respirar repentinamente.
Rápidamente llevó sus manos a su pequeño cuello y notó lo inflamada que comenzaba a estar su garganta.
Su respiración se había cortado... estaba muriendo.
Jimin entró en pánico, el miedo lo abrumó y casi se cae de lleno al suelo, todos esos sentimientos que hace años que no sentía comenzaban a revivir en el con tanta rapidez, como una furiosa tormenta...tenía tanto miedo.
Recostó a Jungkook por completo en el sillón y rápidamente colocó el talón de su mano sobre el pecho de Jungkook, específicamente sobre el esternón y prosiguió en colocar su otra mano abajo de la otra.
Su desesperación era palpable en el aire, casi hasta se alcanzaba a percibir ese agrio sentimiento al respirar, Jimin no quería aceptarlo, pero Jungkook se había vuelto importante para el, de alguna manera ú otra el era su prioridad ahora y no tenía idea de que haría si fallece frente a él.
Todo es tu maldita culpa....asesino
—No morirás—Espetó Jimin mientras comenzaba a hacer las pequeñas compresiones torácicas—¿No te lo permito me escuchas?... no quiero que mueras y joder juro que no morirás.
Comprimió su pecho inerte aproximadamente unas 40 veces, y el menor no parecía querer reanimarse, su respiración no volvía a cobrar vida y sus preciosos labios antes rosados ahora comenzaban a volverse oscuros,casi grises.
¿Porque fuiste tan cruel?, en tus manos calló un ángel y le robaste sus alas, ahora confórmate con verlo volver al cielo, el lugar en donde pertenece y tú... puedes pudrirte en el infierno.
—N-no...—Jimin decidió no rendirse y volvió a ello—P-porfavor Jungkook—el mayor liberó algunas diáfanas y dolorosas lágrimas mientras comprimía su pecho otras 30 veces.
Sollozó para sus adentros al no ver ninguna reacción y se abrazó a ese cuerpo debilitado y frío, perdido de vida y faltó de color...
No quería aceptarlo, no quería que la hermosa esencia y belleza de ese niño se alejaran de él, ese ángel ahora era parte de su vida y no quería volver a estar solo... porque si, siempre estuvo solo, fingiendo que no necesitaba nadie, pensando que él amor es una mierda y que son solo palabrerías falsas. Mierda...nunca fue nada de eso, el amor es tan real, tanto que llega a doler y por esa razón Jimin escapaba como loco de este, temiendo por volver a sufrir y encarar lo que la cruda realidad de él mundo es.
El es la realidad de el mundo, Jimin lo es... cruel, vil, descorazonado y eso es lo que merece, merece el peor destino y la cruda y eterna soledad.
—Ni lo sueñes... no permito que mueras
Si Jimin se caracterizaba por algo era por su tremenda determinación así que por ningún motivo dejaría que la muerte se lleve a su castaño, el susodicho miró los labios contrarios, tan resecos y casi desvanecidos y sin más dilaciones unió su boca a la de el, cubriendo la nariz contraria en el proceso y expulsando una gran bocanada de aire.
Se alejó y observó a su menor con atención.
Un respiro...
El pecho de Jungkook se reanimó de repente comenzando a subir y bajar, bastante entrecortado y débil, tan frágil como un cristal, pero estaba respirando, estaba vivo y eso era lo único que importaba.
—Gracias... gracias—Suspiró entre diminutas lágrimas, acariciando la fría frente de su menor
Jimin sintió sus mejillas húmedas, sus ojos estaban cristalizados y su manos temblorosas, como si estuviera reviviendo uno de sus peores miedos y hace tiempo que eso no sucedía, podía asegurar que la última vez que había derramado lagrimas fue cuando su madre murió, quemada frente a él.
Desde ese suceso, ni una lágrima se escapó de sus ojos, se juró ese día que la compasión jamas volvería a su corazón y su principal ideal se convirtió en esforzarse a cada segundo para hacer pagar a el mundo por lo que le arrebató.
La humanidad es una desgracia, el tan solo era un niño inocente que sufrió a causa de su maltratador padre, sufrió el abandono de este, paso por hambre y sed junto a su madre y la vio morir, todo frente a sus ojos y en su presencia.
La humanidad lo hizo así... el estupido odio y venganza lo convirtieron en lo que es.
Y ahora... la historia se repetía, su corazón ahora volvía a bombear con fuerza e insistencia por una persona.
Jeon Jungkook... su pequeño juguete sin querer se convirtió en su razón de ser y vivir.
—╼⊳⊰ 𖤍 ⊱⊲╾—
Miércoles 25 de diciembre
Había pasado un día entero desde que Jimin finalizó de vendar y desinfectar las heridas de el chico, era el medio día y Jungkook aún no daba señales de querer despertar.
Jimin permaneció todas esas horas sentado frente a aquel cuerpo inconsciente, no se levantó de allí ni siquiera para comer algo, su mente se encontraba lo suficientemente nublada por el bienestar ajeno de el castaño que su propio mismo.
El mayor también había dedicado todo ese tiempo a ver el irrefutable daño que le había causado al menor, todo era visible, observó por horas su cuerpo, tan delgado y fino cómo una hoja de abedul, sus ojeras, su piel blanca y lívida, todo eso en conjunto eran consecuencias de sus actos inhumanos.
Él lo dejó con míseras raciones de comida, lo encerró por semanas en completa oscuridad y en pésimo estado, lo golpeó, lo humilló, lo amenazó repetidas veces y hasta lo violo sin piedad... era un desgraciando y ahora lo aceptaba y se arrepentía de cada cosa, se odiaba tanto por haberle hecho daño a ese pequeño ser que solo irradia luz, siempre tan inocente, tan servil y puro.
El jamas mereció nada de esto...
Jimin apretó sus puños con molestia, quería golpearse a él mismo, sufrir todo lo que Jungkook sufrió porque sin esto su corazón no encontraría descanso, la culpa lo carcomía como el feroz fuego consume la madera seca, realmente jamás se había arrepentido tanto por algo, pero ahora tan solo deseaba arrodillarse frente a ese ángel sin alas hasta que este le brindara su maravilloso perdón.
Pero eso... era demasiado, demasiado pedir por tanto daño hecho, daño que seguro era irreversible y estaba penetrado en la mente de el castaño.
—Porfavor pequeño... despierta—Jimin tomó la tersa mano de el menor y la acarició con minucia delicadeza
La mirada nublada de el mayor se perdió en el pecho de el castaño, su tórax subía y bajaba con lentitud, como si estuviera sumergido en un sueño hermoso, sin duda alguna se encontraba en el paraíso porque no quería salir...paraíso en el que seguro el nombre de Park Jimin no se encontraba en ninguna esquina, ese nombre seguro está prohibido y solo se encuentra con los demonios que se aparecen en sus peores pesadillas.
Eso es Jimin para Jungkook... un horrible demonio que le arrebato todo, de lo poco que tenía ahora ya no le queda nada.
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Assasin's Puppet
FanfictionPark Jimin un joven adorado por muchos y odiado por pocos, con una imagen limpia para los demás y manteniéndose siempre en un alto puesto social en la corte de Burgsville, un pueblo sombrío que lleva siendo atormentado por numerosos homicidios sin r...