"Capitulo 20=Sueños traicioneros"

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Jueves 5 de marzo

Quizás estaban yendo muy rápido, Jungkook miraba atrás y se sorprendía al notar que lo que antes fue una jodida prisión para el, ahora se había convertido en algo que sin dificultad alguna podía llamar hogar, lo que en un día fue su temible secuestrador ahora era su cálida compañía, el solía ser un esclavo, una víctima que se sentía preso y sumido en el constante temor, pero actualmente se sentía en paz y tranquilidad.

El tiempo parecía haber volado, ya había transcurrido casi un mes desde la gran tragedia de la acontecida muerte de la madre de Jungkook, y la cruda verdad es que no había noche ó madrugada en la que no llorara a costa de su devastadora partida, sin embargo, Jimin le había ayudado a superarla, no de el todo, pero al menos en gran parte; ya había logrado saturar sus heridas para que estas no sangrasen más, no obstante,  las visibles cicatrices jamás se irán y Jungkook tenía muy en cuenta que deberá aprender a vivir con ello.

El menor suspiró y se removió en la silla, Jungkook se encontraba en el balcón techado de la mansión, en compañía de el peli negro mientras ambos admiraban el silencioso bosque que se comenzaba a colmar de el presuroso pero denso diluvio que en esa noche estaba recayendo sobre el pueblo.

El silencio era abismal pero no llegaba a ser incómodo, en realidad, les servía a ambos para pensar, cada uno en diferentes aspectos pero estaban tranquilos, cómodamente felices con la cercana presciencia de el otro.

—¿Que dice el periódico hoy...?—Jungkook rompió aquel leve mutismo y Jimin apartó sus ojos de el papel entre sus manos.

—Namjoon ordenó otra búsqueda de brujas... sigue bastante nervioso y con la guardia en alto desde el supuesto suicidio de Miles en su almacén, el sabe que no fue algo tan simple como eso y teme por su vida

Jimin en ese momento recordó a cierto mayordomo castaño y de hombros anchos que contaba con el poder justo y necesario para derrumbarlo si se lo proponía, pero no, Jimin confiaba en que este le tenia el suficiente miedo para no abrir su boca y por Dios que sea así...

—Totalemte normal—Jungkook negó, seguía sin parecerle correcto que Jimin continuara aferrado en sus aficiones enfermas é incorrectas, matar a inocentes personas, era su vicio y el menor ya se había rendido en cuanto a cambiar a esa depravada  parte de el—¿No planeas asesinarlo a el ó si?

—No es necesario, por ahora no—Jimin habló con soltura, jamás pensó que llegaría a dialogar sobre ese tipo de temas con alguna persona de Burgsville y de esa manera tan tranquila y cotidiana.

—No lo hagas... es un pilar importante en el pueblo, ¿que será de nosotros si el muere?, el pueblo se volvería un caos—Jungkook abrazó sus piernas y tembló levemente, el frío a costa de la lluvia comenzaba a incomodarle.

—Tal vez ellos se vuelvan un caos, pero tu y yo podemos irnos de aquí, este pueblo siempre ha estado enfermo y que mejor que escaparnos—Jimin le miró con una sonrisa y el contrario tan solo negó indiferente.

—No me escaparé a lado de una asesino... ¿que si algún día atentas contra mi?—Preguntó en voz baja y froto sus piernas buscando algo de calor—Además jamás abandonaría a mi hermana, lo sabes

—Lo se... tan solo fue una idea

—Pues no lo repitas—Jungkook le miró por unos segundos y volvió su vista a la oscuridad de el bosque.

—Perdona...—Jimin prefirió no objetar nada más, ya había logrado obtener gran parte de la confianza de Jungkook en ese glorioso mes y no pensaba perder ni un poco de esta—¿Quieres una manta?... estas temblando

—No, mejor iré adentro, quiero algo de chocolate caliente—Jungkook se levanto de la silla y sus piernas temblaron aún entumecidas a expensas de haber pasado varias horas sentado—¿Te preparo un poco?

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