Magnus Bane solo quería vivir.
Alexander Lightwood solo quería huir.
Pero el destino se encargaría que ninguno de los dos pudiera lograr su cometido.
¿Serán capaces de afrontar las consecuencias de sus actos?
Este capítulo se lo dedico a la reina más hermosa que existe en el reino de los cielos.
Mami te amo muchísimo, y aunque ya no estés conmigo, eres mi fuente de inspiración día a día.
Feliz cumpleaños. Tu niña te recuerda día a día.
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-Hoy es la última cirugía de Magnus. Con ella determinarán si pierde o no su pierna –anunció Asmodeus mientras se tomaba un café que Catarina le había preparado.
En aquel momento se encontraban en la modesta casa del hombre, que había llegado para descansar después de pasar tres días en el hospital. Y allí no se encontraba solo Catarina y Ragnor, también estaba Tessa Gray y Will Herondale, su novio.
-Nosotros intentamos reunir hoy más dinero –musitó Catarina abriendo su mochila para sacar un sobre–. Pero no logramos reunir mucho, las personas cada vez colaboran menos.
Asmodeus suspiró tomando el sobre.
-En serio me da tanta vergüenza con ustedes. Están tan comprometidos con ayudar a mi bebé, incluso el muchacho... Alexander.
- ¿Alexander? –Preguntó Catarina y nuevamente quedó desconcertada.
No lo recordaba.
-Tendría que ver su cara –señaló Ragnor.
Will frunció los labios en un gesto pensativo.
¿Alexander?
¿Sería Alexander Lightwood? Pero no, inmediatamente descartó esa idea. Alec ni siquiera hablaba con Magnus. Apenas sí lo tenía en cuenta. Muchas veces había escuchado que el novio de aquel chico se burlaba del moreno y Alec no hacía nada para defenderlo.
