Mi madre descansó un poco su narración para respirar y tomar agua. Nosotros dos se lo agradecimos, o al menos yo, porque ya necesitaba estirarme e ir al sanitario. Si bien ambos queríamos saber todo lo que pasó cuanto antes, no era posible sintetizar diez años de experiencias y recuerdos, en solo unas horas de plática, menos, agregando los años de infancia de mi padre. Esto último fue inesperado. Saber que mi papá pasó por todo eso cuando tenía la misma edad que yo, conocer a mis abuelos paternos. Todo es mejor de lo que imaginaba que sería.
-¿Y entonces mi papá comenzó a entrenar béisbol?- Preguntó Eatan impaciente, sin comprender el descanso que significaba el repentino silencio.
-No – contestó mi mamá sin la necesidad de mas palabras.
-¿Pero y luego que pasó? Volvió a preguntar mi hermano.
-Tranquilo, les seguiré contando la historia, solo deja que me refresque la garganta, y que pueda acomodar mis pensamientos. Es una historia larga, ¿Sabes?
Eatan escondió la cabeza entre los hombros. Y se quedó en silencio todo el tiempo que tardo mi madre en ir y regresar, mientras tanto, yo aproveché para ir a la cocina a prepararme unas frituras de maíz con sal. Cuando llegué con el tazón lleno ya había regresado mi mamá; y se veía lista para seguir hablando. Me volví a sentar en el mismo lugar en el que había estado hace un momento, y estiré las piernas para colocar el tazón. Mi hermano tiró un zarpazo y no dudo en atiborrarse el puño sin siquiera preguntarme si podía agarrar.
-¡Gracias!- me dijo masticando con la boca abierta. Solo lo ignoré.
-¿Están listos? ¿Quieren que siga con la historia? o ¿Prefieren que se las cuente otro día?
-Sigue con la historia –le dije.
-¿Pero no habías quedado de ir un rato al parque con David?
-No importa, puedo jugar con él mañana, pero no se si pueda esperar mas para seguir escuchando sobre mi papá. Sí David se enoja, le compraré un refresco la siguiente vez que lo vea. No te preocupes por eso, igual que Eatan quiero saber que pasó después.
Mi madre se sorprendió un poco con mi respuesta, no pensaba que le tomaría tanta importancia.
- Muy bien. Seguiré donde me quedé. Después de que Mike le contara a Jaime y a Guadalupe sobre la condición de su papá, pasaron varios días, de hecho creo que llego a cumplirse un año. Sus abuelos comenzaron a consentir a Roberto, y a pedirle cada vez menos esfuerzo por su parte. Pensaban que sin la presión de decirle que hacer u obligarlo a ir a la escuela, pronto mostraría mejoras en su ánimo. Y ciertamente lograron un cambio en él, aunque no era la mejora que esperaban. Con tanta atención y afecto hacía él, la depresión sin duda se disipo en el aire, ahora lo habían convertido en un niño dependiente y muy miedoso.
"Todos los problemas que se le pudieran presentar, eran resueltos por sus padres o por sus nanas, él ni siquiera tenía que pensar en nada. Solo se despertaba cuando quisiera, y en automático su vida y futuro ya estaban resueltos. No sé cuánto tiempo pasó así. Con tutores personales que lo ponían al corriente en sus estudios, y con nanas que no lo dejaban un segundo solo, dejo de convivir con niños de su edad. Todo su círculo social estaba adentro de su hogar.
"Pero de entre todas las personas que vivían como servidumbre en esa casa. Uno de los jardineros tenía un hijo de la misma edad que el pequeño Roberto. Y a decir verdad, era el único niño con el que tuvo contacto en todo ese tiempo. Al principio Guadalupe se mostro reacia a que uno de los empleados viviera en la mansión teniendo un hijo, y mas aun, porque podía llegar a darse el caso de que ese niño pudiera insultar a Roberto en algún momento. Fue Jaime el que aceptó que no había ningún problema en que vivieran en su casa, y convenció a su esposa, con mucho trabajo, de que otro niño sería beneficiario para su hijo.

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Pitch
ActionLa fama y el dinero no son suficiente placebo cuando tú mente está llena de ira. Aveces lo mejor es dejar todo, y entregarte por completo a la venganza.