Pitch

Capitulo 9

Otra vez, otra vez estoy vivo. Y no sé si tengo mucha suerte por estarlo, o si por el contrario, es tanta mi mala suerte que sigo vivo solo para que uno de mis enemigos me mate. No lo sé, no hay miedo en mi sangre, y tengo un tiempo indefinido de vida para averiguarlo. Pero sea como sea estoy vivo, aunque a muchos no les agrade, en especial a todos esos perros de la PETIT ELITE.

¿Qué como conozco ese nombre? Bueno, la verdad conozco "Todos" los nombres que tienen algo que ver con Petit Elite. Desde la señora que barre las oficinas, hasta los tres cabezas del grupo. Esos hijos de puta millonarios, creen que solo porque pertenecen a cierto grupo social, pueden hacer lo que quieran sin tener ninguna penalización. Pues no se preocupen desgraciados, que no pienso matar a ninguno de ustedes, pero si hacerlos pagar.

Y estoy seguro que la verdad pública les hará mucho más daño que la muerte. Para mala suerte de ustedes, yo la sé toda, y no solo eso, también tengo las pruebas de ello. Así que disfruten, ahorita que pueden. Porque la navidad de este año la pasaran en una celda gris. Y no es amenaza, es una promesa.

Lo primero fue acabar con sus hombres, los que lavan la ropa sucia, esos a lo que ustedes y yo conocemos como Todos los horrores, pues ellos, señores, están en su totalidad muertos. David era el último, y prefirió el suicidio. Era un bastardo desalmado, aunque he de decir que sin la información que el poseía, no hubiera sido capaz de dar con ustedes. Ahora lloren por las noches, mientras piensan que su familia y todo el mundo se enterara de lo que han hecho. Tranquilos, no será hoy, no será mañana, pero pronto sucederá. Tienen mi palabra.

Pero para que todo eso suceda, debo continuar con esta narración. Para que la información esté al alcance de todos, y pueda ser leída por la policía, los jueces, los involucrados, los testigos, los curiosos, y los medios de comunicación. Pero en especial "Todas" las jóvenes que han sido afectadas por la PETIT ELITE, o en su defecto los familiares de las que ya no pueden leer. Porque cuando sepan que hay, y hubo casos similares, seguramente denunciaran todo ese abuso. Y cuando eso pase, los responsables serán debidamente juzgados

Porque si no conocen el inicio de todo, no serán capaces de comprender la magnitud de la tragedia.

////////////////////DIECISEIS HORAS ANTES////////////////////////////////

Habían pasado tres días desde que Peste llevó a Oliver al refugio del migrante. Y dos días con quince horas de la intervención quirúrgica que Karen le practicó en la pierna. Oliver descansaba inconsciente sobre la cama libre en el dormitorio general, en donde el ruido brincaba de cama en cama y los barullos de los trotamundos formaban ríos desbocados de modismos extranjeros. En su brazo izquierdo había un catéter con suero salino, y otro más con analgésico conectado a una de sus venas para mantenerlo hidratado y con las suficientes vitaminas en el cuerpo.

Cerca de él, y sin preocuparles un poco la condición en la que Oliver se encontraba, dos jóvenes jugaban futbol con una toalla envuelta como pelota. Se pasaban el balón falso, y hacían algunas dominadas con ella antes de regresarla a su compañero. Pero en uno de los pases, el balón no llegó a su destino, y se impacto contra el vidrio de una de las ventanas. El ruido de los cristales rotos vibro tanto en los tímpanos de Oliver, que abruptamente despertó y abrió los ojos, pero la intensidad de las lámparas en el techo era tanta, que sintió que se le quemaban las retinas y cerró los parpados con violencia. Tardó un rato en recuperarse del destello, pero cuando lo hizo, abrió los ojos nuevamente, pero esta vez colocó su mano derecha para disminuir la intensidad.

-¡Oh vaya! Parece que nuestro invitado especial ha decidido despertar- Dijo Karen de forma muy familiar. Oliver se sorprendió y trató de girar la cabeza para ver a la mujer que dijo eso.