Mi madre hizo otra pausa, realmente la historia era muy larga y parecía que aun faltaba mucho por contar, tal vez una tarde no era suficiente para saber todo sobre mi padre. Sin embargo estaba feliz, todo lo que nos acababa de contar era simplemente increíble, quería escuchar la historia completa, pero eran tantas palabras las que tenía que procesar mi cerebro, que me comenzó a doler la cabeza, además de que ya me hormigueaban las piernas.
-Chicos, lo siento, no pensé que esto fuera a tomar tanto tiempo, ya son las cinco de la tarde. Yo creo que lo mejor es parar aquí la historia por hoy, ya mañana les cuento otra parte. ¿Les parece bien? Me duele la garganta de tanto hablar.
No hubo objeción ni de mi hermano ni mía, ambos estábamos intrigados con la historia, pero nos dolía el cuerpo de estar tanto tiempo en una posición.
-Al principio les quería dar el regalo hasta terminar de contarles toda la historia, pero ya me di cuenta de que eso va a tomar demasiado. Mejor se los doy de una vez.
-¿Qué regalos?- Pregunté.
-¿Son regalos por habernos quedado callados?- Dijo Eatan
-No, estos son regalos especiales que les manda su papá.
En ese mismo momento se me humedecieron los ojos, no sé porque razón, si no me sentía triste, pero las lágrimas ya caían sin encontrar freno y me escurrían hasta el cuello. Traté de hablar para mostrarle a mi madre la emoción que me daba saber sobre el regalo de mi padre, sin embargo, en cuanto abrí la boca, solo salió un agudo grito de ella. La garganta se me cerró por completo, y no pude decir una sola palabra. Ahora en verdad estaba llorando. Las lágrimas se convirtieron en lagañas, y mi voz en sollozos. Mi madre seguramente esperaba una reacción similar, porque nos miraba con una sonrisa llena de bondad.
Me limpie la cara con mi camisa y traté de recuperar el aire.
-¡Rayos! Creo que me emocionó mucho la noticia.- pude decir por fin, mi voz aun era muy aguda.
-No te preocupes Oliver, yo sé que esto les emociona mucho –asentí-. Bien ¿Entonces están listos para que abra la caja?
-¡Claro que si! Ya estoy impaciente –gritó Eatan.
El estaba muy tranquilo, y eso se me sorprendía. Normalmente el hubiera sido el del llanto, o el que tuviera la voz cortada con la noticia, pero se veía con un semblante integro que no había derramado ninguna lagrima. Pensé que tal vez no era tan sensible como yo lo visualizaba, o que realmente eran más las ganas de obtener un regalo.
Mi madre abrió el baul, romantice la escena que estaba por ver pensando que saldría una nube de polvo blanco que nos cegaría por un instante, pero el interior estaba finamente limpio y acomodado. Era obvio que ella había pasado tiempo en dejarlo presentable. Dentro, había una manopla de piel, un bat profesional de roble, una gorra de San Diego Padres, una pelota amarillenta y una carta con un timbre postal de la bandera de estados unidos. Eatan, que hasta entonces había mostrado una sonrisa intacta, se quebró repentinamente entre sollozos y lagrimas.
-Mi papá nos mandó una carta ¡Estoy muy feliz!- Suspiró y se le quebró la voz igual que a mi. Me alegré de lo que dijo, y de que no estuviera en la sala solo por el regalo que le prometió mi mamá.
-La carta enseguida se las leo, pero antes de eso, quiero que cada uno escoja lo que prefiere. Manopla o bat.
-La manopla- gritó Eatan rápidamente, pensando que yo también lo pediría y la tomó cuanto antes del baúl. En realidad yo esperaba que lo hiciera, porque no quería pelear con él si ambos elegíamos el bat. Lo que si representaba un problema, era el saber quien se quedaría con la pelota, ya que ambos la necesitábamos.

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Pitch
AksiLa fama y el dinero no son suficiente placebo cuando tú mente está llena de ira. Aveces lo mejor es dejar todo, y entregarte por completo a la venganza.