8.

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Narra Alba

Me había costado bastante conciliar el sueño. Aún no me creo que me atreviera a besar a Natalia. Está claro que estoy bien pillada de ella, pero aún no sé cómo se lo tomó ella. Hoy, en cuanto me he levantado, le he mandado un mensaje para ver si podíamos vernos. Al cabo de un rato, me saltó una notificación.

X: querida hija mía, acabo de salir, espero verte pronto

Me quedé paralizada. Sabía perfectamente que ese mensaje correspondía a mi padre. No puede acercarse a mi por la orden de alejamiento, pero se también que eso no lo va a parar hasta que consiga lo que quiera.
Justo entonces, Natalia me llamó.

Conversación:
Natalia:hola Albi
Alba:hola Nat, dime
Natalia:querías que hablásemos, si quieres nos vemos en una hora en mi piso
Alba:perfecto, ahora te veo
Natalia:vale, pero Alba, ¿estás bien? Te noto rara
Alba:si, tranquila ahora te cuento
Natalia:vale, hasta ahora
Alba:adiós

Narra Natalia

Sabía que a Alba le pasaba algo, no era normal el tono que tenía cuando a estado hablando conmigo. Ni cuando hemos tenido algún pique me ha hablado de esa manera.
Mientras esperaba a que Alba llegara, me puse a tocar algo con la guitarra, era una de las pocas cosas que podía hacer que me relajase, la música.
No me di cuenta del tiempo que había pasado hasta que escuché el timbre de casa sonar.
Abrí y pocos minutos después tenía a la rubia en mi casa. En cuanto salió del ascensor se tiró a mis brazos, a punto de empezar a llorar. No pude hacer otra cosa que no fuera corresponderle el abrazo. Cuando se calmó un poco, pasamos al salón y nos sentamos.
-¿Estás bien?-fue lo primero que pregunté
-Si tranquila, un mal día sin más.
No me terminaba de convencer su respuesta, pero ya hablaríamos de ello con más calma.
-Bueno, en ese caso, dime de qué quieres hablar-dije para cambiar de tema.
-Cierto, tenemos algo pendiente. A ver, Natalia, voy a ir directa al grano-asentí dándole paso a continuar- ¿te molestó que te besara ayer?
-Vale, esto sí que no me lo esperaba, a ver, no me molestó, es más, a mi me gustó e incluso lo repetiría pero Alba, me gustas, y creo que no es algo que no supieras ya, así que si eso lo hiciste para jugar conmigo, te agradecería que no lo repitieras, no quiero volver a pasarlo mal-dije lo más directa posible.

Narra Alba

Vale, estaba con los sentimientos a flor de piel, y la persona que me gusta, me acaba de decir que le gusto. Las lágrimas estaban a punto de salir.
-Nat, no te habría besado si tú a mi no me gustases. -dije a punto de empezar a llorar.
-Cariño... no me llores que lloro yo también-dijo Natalia a la vez que me quitaba las lágrimas de la cara.
Me salió abrazarla y así lo hice.
- Natalia, no sé si estoy preparada para presentarte como mi pareja-dije sin ser capaz de hacerlo a la cara.
-Tranquila, aún no lo somos, ahora mismo vamos a tomarnos las cosas con calma ¿vale? Dejemos que todo fluya, haz aquello que te apetezca en el momento.
-Vale, gracias-dije dándole un beso en la comisura de los labios.
Estuvimos un rato abrazadas sin decir nada. Natalia respetaba mi silencio mientras dejaba suaves caricias por mi espalda y pequeños besos de vez en cuando en sobre mi cabeza. Estuvimos así hasta que tuve el valor suficiente para volver a hablar.
-Natalia...
-Mmmm...
-Tengo algo importante que decirte.
Se incorporó rápidamente para poder mirarme a la cara.
-¿Ha pasado algo?
-Mi... mi padre ha salido de prisión, y tengo miedo de que me encuentre.
-Alba... yo... la verdad es que no sé qué decirte... pero ten en cuenta que en todo lo que pueda te voy a ayudar y apoyar. Siempre.
-Muchas gracias Nat
-No tienes por qué darlas
No sabía cómo darle a entender lo agradecida que estaba de haber encontrado a alguien como ella, así que hice lo que me había dicho antes, me dejé llevar por lo que sentía en ese momento y la besé. Fue un beso cargado de emociones, agradecimiento y cariño. Al separarnos, apoyé mi frente en la suya y noté como me quitaba las lágrimas que caían nuevamente por mi rostro, que no me había dado cuenta hasta ese momento.
Me separé de ella y me volví a abrazar a su cuerpo. En sus brazos me sentía segura y feliz. Era mi lugar favorito, mi refugio.
-Albi, tengo una pregunta, pero si no quieres responder lo entenderé, no tienes por qué hacerlo.
-Dime
-¿Por qué estaba tu padre... ya sabes... en la cárcel?
Me lo esperaba, es normal que tenga esa duda después de decirle que acaba de salir de allí. Me tomé mi tiempo, porque la verdad es que no es una historia agradable.
-Qué si no quieres, no tienes por qué decírmelo de verdad-volvió a decir
-Lo sé, pero aún así lo voy a hacer. Natalia, antes de nada quiero que sepas que no es una historia agradable y que eres la primera persona con la que hablo de esto desde el juicio. A ver... estoy bastante nerviosa-Natalia me cogió la mano dándome a entender que estaba ahí conmigo y que tenía todo su apoyo- Natalia, esta historia empezó hace ya mucho. Yo no tenía los cuatro años aún. Mi madre enfermó y mi padre para evadirse de los problemas se fue de casa, dejándonos a mi madre y a mi solas. Al cabo de unos meses, mi madre murió y yo hice lo que ella me enseñó que tenía que hacer antes de morir. "Alba, si algún día ves que no me despierto, tienes que prometerme que no te pondrás nerviosa, tienes que ser fuerte y llamar a este número: 112. Venga, repítelo conmigo.-todos los días hacíamos lo mismo- un día mi madre no despertaba y me puse muy nerviosa, pero conseguí hacer lo que me había enseñado. Me llevaron a una casa de acogida hasta que localizaron a mi padre y después me llevaron con él a pesar de que yo no quería."

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Mañana se continúa la historia.
¿Qué os parece hasta el momento?🧡

Historia...  ¿nuestra?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora