REGRESAR ATRÁS O CUMPLIR LA PROMESA

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—Profesora —Snape intentó estar lo más sobrio que podía después de hacer que con magia silenciosa se alce de la alfombra todo los pedazo de vidrio.

—¿Qué le sucedió a Granger? —su rostro estaba preocupado.

—Todo fue controlado —Snape fue cortante y llevó a la mujer al pasillo para explicarle todo, sin contar más de lo que debía, sobre toda esa situación donde algunos gases los había drogado a ambos.

*

Después de hablar con Minerva y explicarle el procedimiento que utilizó con la joven, Snape de sentía avergonzado mientras el tiempo pasaba en silencios amargos de recriminacion ante su estúpida falta de control porque no estaba seguro de lo que le había llevado a ese desliz. En cambio ella y su voz le había dejado una huella de posibilidades donde sentía algo más allá de admiración.

Los días seguían uno tras otro sintiéndose mal consigo mismo y sin saber qué hacer para recobrar tranquilidad ya que no podía dejar de pensar en los besos que le dio, ella en el cuello y rostro y él en sus labios como si fuera alguien que tuviera derecho.

¡Por su puesto que no lo tenía! ¿Por Qué había hecho eso?

Dos semanas aproximadamente, y se alejaba veloz ese incidente que no podía olvidar, eso le dolía a Snape porque no hubo ningún reclamo o explicación de lado de ella.

¿Debía llamarse cobarde por no confesar lo que sucedió ahí? ¿Y qué tal si ella sí lo recordaba?

***

Llegó un día donde varias jóvenes practicaban un duelo amistoso afuera del castillo. Hermione les veía porque no tenía ganas de ser parte de este evento.

—¿Qué dices si lo intentamos? —animó Ginny observando ese duelo cerca del lago, era viernes.

—No lo sé —Hermione cruzó los brazos y sostuvo su bolsa de cuadernos que recogió del suelo y se lo colgó en el hombro. Se mantuvo ahí quieta mientras veía a las hermanas Patil.

Snape estaba parado exactamente detrás de este montón de jovencitas sin estas se dieran cuenta.

—Debe enderezar la postura —gritó con autoridad ignorando por completo que esas jovencitas usaban sus varitas afuera del castillo. Se situaba a unos tres metros de donde estaba ella.

Hermione giró veloz y no pudo evitar verlo pues su sola presencia ahí era tan fuerte como su mirada o la forma de sus silencios. Se le quedó viendo más de la cuenta pues estaba ahí y no decía nada a los chicos que alentaban la pelea indefensa. Hasta que su sorpresa de falta de disciplina cambió a una sonrisa relajada hacia él por ver sus gestos en su rostro como si disfrutara la agilidad del duelo en esas dos joevencitas de apellido "Patil"

Ginny se le quedó viendo y le preguntó:

—¿A quién miras así? —giró la pelirroja para comprobar que no estaba su hermano por ahí.

Granger despertó como de un trance y miró a su amiga a los ojos con una sonrisa que parecía relajada.

—Snape está ahí y no les dice nada —espetó incrédula.

—Porque es quien supervisa el duelo y a quien se le pidió permiso para esto —Wesley respondió como si ella no supiera nada—, ¿Dónde has estado? Estás distraída desde hace dos semanas, te hablé hace dos días de esto.

—Ah, con razón no los encontraba en la sala común o en el comedor después de la comida —Hermione se quedó unos minutos hasta que un compañero la desafió.

—Granger —gritó el joven de diecisiete años de edad, alto y blanco con ojos negros y cabellos marrones como los de ella. Este era de la casa de Ravenclaw.

VENENO Y TÉ-MORE  (SEVMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora