¡EL LIBRO ES SUYO! ⚫♠️💕🏰

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Duele, cuando curas lentamente las heridas del pasado pero hay dos difíciles niveles para sanar, las cicatrices recientes y las que tienen profundas conexiones con el alma, esas que te marcan, las que te cambian.

El hombre que guarda silencio entre pociones y oscuridad, entre frío y temor, ahora sólo espera que los días sanen algo más que sus recuerdos graves, temores de aprender a olvidar, temor de haber conseguido dar fin a una mordedura más grande que unos colmillos de serpiente, cuello que recibe la consecuencia en sacrificio por voluntad propia, sin embargo no podía contra esa mordida en su carne a pesar que fue sólo en el oído y con una sutil voz.

Su voz y ahora...

La soledad...

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El baúl café caoba que estaba en su habitación apoyado en la esquina junto a los otros recuerdos de la escuela, guardaban dos objetos valiosos; un regalo, el primer obsequio que el hombre le dio impulsado por un sueño algo que ya estaba en sus manos en secreto pero algo más, una cinta muggle grabada de una manera muy peculiar la cual escuchó tan sólo un par de veces. Esta tenía recuerdos vagos de un adolescente volviéndose hombre al tomar un camino desviado.

"Cuando te persiga el enemigo y muestre su última cara ahí voltea y apunta donde más podría doler, pronuncia sin remordimiento y destroza sus músculos, las humillaciones no serán más tu debilidad sino el poder que está cerca en la oscuridad.
Pierde todo entonces, elimina lo único que tengas cerca, no dejes huellas de cariño ni lazos que extendidos sacuda tu cuerpo ¡Te odio, Gryffindor porque me quitaste mi copa! Te odio porque no pones tus ojos en mis hechizos, voy a ganarte, el silencio me aturde y el frío me motiva, qué posibilidades tengo de perder si ahora el enemigo de mi rival es mi amigo, me adiestra, quiere ser un protector... Apunta, destroza su cuerpo, pinta el mío con oscuridad, la luz me ha dado la espalda todos estos años desde que nací... Sectumsempra por si hieren a traición, mira sus ojos, míralo hasta morir..."

Su voz era vivaz, fuerte, alguien que sostenía su sangre a la fuerza dentro de su cuerpo, había dolor, había amargura y rencor.

Snape ya no era el de su oscuro pasado, sus palabras eran sabias sus acciones cuidadosas, ahora al no poder hablarle o acercarse la presionaba, la presionaba con una continuación que no sucedió, llegaba a ella de muchas maneras; a veces la ventana recibía su respiración cerca con una línea recta tan recta como el carácter del pocionista, cuando bajaba hasta la sección de notas y revista del ministerio los memos en forma de avioncitos voladores en el aire formaban su capa negra ondeante y cada hombre con un levita parecía tener su misma semisonrisa. Lo peor eran las notas, notas que no tenían firmas pero sí sus letras:

"Tú eres mía, vuelve conmigo."

Qué casualidad que las encontraba cerca de ella, a veces en el suelo y otras muy bien acomodadas en sus cosas.

El hombre era un descarado.

"Me rogarás mañana para tomar tu mano."

"¡Quieres besarme, quieres que te abrace!"

"Aún no hemos terminado, no vas a deshacerte de mí. Yo te diré cuando se acabe."

"¡Te odio, mi amor!"

Para ella todo eso era osado y leerlo en el trabajo le hacía doler el estómago, Snape no la dejaba en paz, la mortificaba, no pedía verse en esos pergaminos rotos con apuro, eran sólo reclamos, era provocación astuta y no cedería, ya no cuando él quería.

VENENO Y TÉ-MORE  (SEVMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora