CAPÍTULO SIETE

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Hoy es jueves, maldito jueves. Al inicio de la semana estaba deseando que ésta pasara despacio para que no llegara este día. Pero se ve que cuando quieres que pase algo despacio pasa demasiado rápido. El mundo va del revés. He estado todos estos días preocupada y rayada por el hecho de ir hoy a la excursión. Estoy muy nerviosa y los dedos que tengo encima de mi vena del cuello me indican que me va a dar algo de lo rápido que me va el pulso. Ayer he estado pellizcándome los brazos toda la noche por el miedo que tengo de ir. A causa de eso tengo ahora los antebrazos hechos polvo. Eso quiere decir que no me voy a poder pellizcar mientras este de excursión. Me agobio aún más pensando en ello. A parte tengo que vigilar muy bien de que nadie se dé cuenta de mis heridas. Me encuentro en la puerta principal del instituto esperando a Huda. Me prometió que iba a venir de las primeras, pero sigue sin llegar y cada vez me estreso más. Quiero que venga ya. No quiero que lleguen ELLAS y me digan cosas. Esta semana tampoco me han dicho nada, cosa que me tiene alucinada. Pensaba que África iba a venir por mí y matarme el lunes. Pero sigo esperando su ataque, estuve todo el fin de semana muerta de miedo recordando la cara que me puso el viernes pasado. Guido tampoco me ha molestado estos días. Creo que es bipolar, a veces me exige hablar con él y otras veces pasa de largo sin decirme nada. Me vio el lunes entregando la inscripción para la excursión en secretaría y no se acercó para molestarme de nuevo, pero se me quedó mirando como si estuviese sorprendido. Supongo que es raro que vaya, todo es culpa de Huda. Encima no volvemos hasta el sábado por la mañana, esto va a ser un infierno.

Cada vez van llegando más alumnos, por lo que aparto la mano de mi cuello. Creo que iremos unos ochenta en total. Va haber dos autobuses porque en uno solo no cabemos todos. Espero subirme en el que no vayan el grupito de ELLAS. Llegan los autobuses y no hay rastro de Huda. Si no viene voy a dar media vuelta para volver a mi casa. He venido por ella porque le hace feliz que la acompañe. Salen del instituto tres profesores, los que van a ir con nosotros. Uno de ellos es Eugenia, a saber de qué humor estará durante estos días. Estos se montan primero indicándonos que guardemos nuestras maletas en el maletero y que vayamos subiendo en orden sin hacer mucho jaleo. Todos han traído una maleta ¿Qué tanto llevarán para dos días? Yo sin embargo llevo una mochila con todo metido allí. Parece que esté vacía, pero en realidad lo he doblado todo estratégicamente para que me ocupe el menos espacio posible. Echo una mirada a mi alrededor y no hay rastro ni de ELLAS ni de Guido ni de Huda. Agradecida de no haber coincidido con ellos, giro sobre mis pies y cojo camino de vuelta a casa de manera sigilosa sin que se den cuenta los demás. Entiendo que ya no va a venir porque estoy intentando llamarla y me sale que no se encuentra disponible. No sé que le estará pasando, pero seguro que se ha dormido o algo. Intento que mis pensamientos no vayan a más. No tiene que ser otra cosa porque ayer por la noche hemos hablado y estaba bien. Estaba súper contenta de ir conmigo, me decía que nos íbamos a ir de fiesta a buscar un novio para cada una. La verdad que no me interesa tener novio, mi depresión es tan grande que no me da ni para fijarme en los chicos. Además que nadie se fijaría en alguien como yo. Es imposible que alguien me mire con ojos de enamorado si soy repugnante a la vista. Me alegra un montón de que no haya venido Huda, así me libro de todas las cosas que me ha dicho de hacer. ¡Yupi! Me voy a pasar estos días estando tranquila en mi casa, ya que mi padre sigue sin volver de su viaje. He tenido que falsificar su firma para ir a la excursión, aunque él sabe que voy a ir. Cuando se lo dije se puso muy contento, parecía un niño pequeño ilusionado con un juguete nuevo. No sabía que se iba a alegrar tanto si solo es ir a una odiosa excursión, pero según él eso es como salir de mi burbuja, avanzar y cambiar mi actitud. Le di la razón por dársela y su respuesta fue que si sigo con avances como estos se replantearía lo del psicólogo. Me puse feliz por ello, pero no sé si creerle del todo. Creo que es una estrategia para hacer que salga más. Solo espero que siga estando de viaje y no venga a casa estos días, si no me pillaría sin haber ido a ninguna excursión. Y seguro que tampoco le valdrá el decirle que Huda no vino.

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