Capitulo 005. La Familia Silverstain.

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Azula la curaba en un lugar apartado de las miradas, nadie podía escucharla quejar, ya que la dragona de agua colocaba algunos huesos, y reparaba otros, curo varios músculos, y veía que la chica de hace un año no era la misma que tenía enfrente.

—Des, has cambiado mucho —le señaló colocándole unas vendas en el torso y unas cuantas gazas en el rostro—, esta manera nueva de pelear es muy diferente a la de hace unos meses.

—Muchas cosas pasan, Azula —responde algo triste porque era cierto, por el tratamiento—, pero no fue mi decisión cambiar, tan solo que el enemigo que tengo enfrente, Azula... hizo que cometiera algo horrible —le explicó con la mirada en sus pies, casi nadie lo sabía, nadie sabía como murió Invierno—, tuve que matar a alguien en contra de mi voluntad —soltó derramando una lagrima por el simple recuerdo—, por eso... mi manera de pelear cambio, porque ahora no voy a tener compasión con mis enemigos.

—Es muy dura esa guerra la que tienes —empatizó Azula con ella, viendo que asentía ante lo que decía—. Soy una dragona, y aquí los dragones somos guerreros, tenemos tantas guerras, que entiendo por lo que estas pasando, y créeme, yo también tuve que matar a alguien, para salvar a otra persona, el primer asesinato es el mas difícil —concedió.

—Lo sé, pero no mató a diestro siniestro, como mis enemigos —le explicaba para calmarla un poco—, solo cuando es necesario, y solo los quiero asesinar a ellos.

—Lo sé, Des —le extendía una sonrisa llena de amabilidad—, y nadie te va a juzgar, por lo que hiciste, al contrario.

Salieron de donde estaban, todos le aplaudían por la batalla, algunos seguían diciendo lo aliviados que estaban de haberla convertido en de aliada, algunos decían que podía ocupar el lugar de Mirabelle entre las dragonas mas fuertes. Mientras Azula la curaba, se sentía bastante culpable por lo que le hizo, a la madre de Tallulah. Seguía sintiéndose mal, pero no tan mal.

Después de calurosas felicitaciones, llegaba derrotada a su cuarto, negando una proposición de pelea por la hermana de los Pendragons, se tiraba en el largo sofá de la sala satisfecha por la victoria obtenida, miro el techo, y sentía que en algún momento debió pertenecer a ese clan.

Escucho a la puerta, por un momento creyó que era Tallulah.

—Sabes, tal vez y si me deba casar con Zander —le dijo mirando el anillo de compromiso que todavía no había devuelto, aunque amaba a Harry con grandes fuerzas, sabia que no iba a aprobar esa parte suya—, esta clase de batallas podría tenerlas toda la vida.

—Si te casas conmigo, no te dejaría cerca de esas batallas —el alma se le cayo a los pies, viendo a Zander entrar, este se acomodaba a un costado suyo, mientras se levantaba, pero el dolor de costillas, le hizo quejar—, tranquila —la ayudo a enderezarse.

—Lo siento, Zane, tan solo hablaba por hablar —intentó dejarle en claro, evitando la mirada de sus ojos de azul eléctrico.

—No te preocupes, tan solo me duele un poco —esbozo una sonrisa, haciéndola sonrojar aún mas—, sabes que tengo sentimientos por ti, y si en algún momento decides, "Hey, Zander, vamos a casarnos". Te diré que sí, porque hay algo en ti, que tan solo con esta cercanía... todo mi cuerpo se electriza —le explicó tomándola de su barbilla y haciendo que le observase—. Una sensación nueva, y fascinante.

—Pero no me puedes esperar a que yo te pida matrimonio —soltó Destiny evadiendo la mirada del chico, que le afectaban sus sentidos—, habrá otro festival, y ya no será Tallulah, porque es mía, y podrás tener a la amable Azula.

—No, he hablado con mi padre ayer —le detiene Zander se acercó un poco más a Destiny—, y le he dicho, que yo acepto casarme contigo.

—Pero yo no —tercio.

Destiny y las Reliquias de la Muerte [DEH#7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora