Capitulo 36. El Refugio.

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La casita de Bill y Fleur, de paredes encaladas y cubiertas de conchas incrustadas, se alzaba aislada en lo alto de un acantilado que daba al mar; era un lugar precioso pero solitario. En cualquier sitio de la pequeña casa o del jardín que estuviera, Destiny oía el constante flujo y reflujo de la marea, semejante al respirar de una criatura enorme y apaciblemente dormida.

Durante los días siguientes, en vez de quedarse en la abarrotada vivienda, siempre se inventaba alguna excusa para alejarse y se iba en busca de aquel magnifico lugar, que encontró para poder entrenar, salvo que, al momento de regresar, estaba con una fiebre lo suficientemente alta, para hacer a Hermione quedarse despierta.

Al parecer estaba un poco agradecida, pero al mismo tiempo preocupada, porque Destiny cambio de lugar con ella, para recibir tormentosa tortura.

Regresando de su arduo entrenamiento, utilizando agua, ya que era el que menos utiliza, es su ultima forma animaga que no ha obtenido, aunque la de fuego, no ha podido utilizarla como quisiese, miraba la gema de los dragones, por un momento se pregunto, si alguien le escucho... aunque se alegro de no haberles visto.

Ese estado en el que se encontraba, tan débil... vaya, líder que soy, pensaba, caminando a sentarse a un costado de Harry, sin decir nada, por una cantidad de segundos, cerro la gema entre sus manos, luego admiro la magnífica vista del cielo despejado, del ancho mar desierto que se divisaba desde el acantilado, y de la caricia del viento frío y salado en la cara.

—¿Deberias estar fuera de la casa? —preguntaba colocando su mano en la frente de la chica—. Tienes un poco de fiebre.

—Soy un ser humano después de todo —responde dedicando una sonrisa a Harry, moviendo sus pies—, y después de esa horrible derrota... estar en cama, con la cara de Fleur y Hermione preocupada, no gracias.

—¿No creías que fueses un ser humano? —preguntó Harry desconcertado, notando que estaban por fin, teniendo una conversación significativa.

—No —responde sonriendo a la lejania—, podría decir que comparto el ego de Quien-tu-sabes, con respecto a mis orígenes... durante un largo tiempo, creí que era algo superior... sabes, en algunos lugares me dicen la bruja todapoderosa —comentó como dato curioso, sin soltar esa sonrisa—, en algun momento, me creí ese ser omnipotente, nada podía derrotarme, pero después de esa intromisión en la Mansión de los Malfoy... me siento incompetente.

—Des, eso ha sido mi culpa...

—No —interrumpe con fuerza, observándole a los ojos a Harry—, si hubiese estado pendiente de mi salud, nos hubiésemos librado de esos mortifagos y aquel hombre lobo —soltaba en un gruñido, apretó el puño, haciendo que sus nudiños sonaran—, hasta casi... iba a ir encontra de mi propia palabra —le mostraba la gema de los dragnes que era morada, y tenia orificos en ella.

—¿Para que sirve esa gema? —preguntó Harry curioso.

—Sirve para comunicarme, con personas que reclute, para mis fines egoístas —responde contemplándola a la luz del sol—. La llevo conmigo, para recordarles...

—Ron comentó algo de eso —soltó Harry, recordando que le habló acerca de las extrañas actitudes de Destiny, que se la paso buscando a personas, mientras estaban sin rumbo, aunque, solo logro conocer a una chica, que andaba mas alto que él y tenia una horrenda herida en el torso, al igual que se veía bastante pálida.

—Viendote a ti... a pesar de las circunstancias, sigues firme, con que la misión es para nosotros cuatro —se paraba, mirando con una gran sonrisa el mar. Mientras hacia que la gema brincase en su mano izquierda, supo que se arrepentiría en algun momento—. Yo tambien decidí no involucrar a nadie en mis batallas.

Destiny y las Reliquias de la Muerte [DEH#7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora