Capítulo 27 [2/?]: Devuélvemela

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Abrí los ojos con dificultad, empecé a mirar a mi alrededor, Ben no estaba y mi cuarto estaba oscuro, solo entraba poca luz por la ventana. A un lado mío vi a una mujer sentada en la silla del escritorio, no veía su rostro, solo su silueta. Esa mujer tenía un bebé en brazos, era extraño, pero no me sentía asustada.
Me puse de pie y me acerqué hacia la mujer, mientras me acercaba la luz se iba poco a poco prendiendo mostrándome el físico de la mujer. Era rubia con cabello ondulado, piel blanca y tenía un vestido de seda blanco.

—Nunca más te dejaré sola — dijo aquella mujer.

Su voz era muy dulce y delicada, el bebé no estaba alterado, al contrario, se veía tranquilo mientras veía a la mujer. Viendo más de cerca al bebé, noté que era niña, era muy bonita y tierna.

—Volveré por ti— acarició suavemente su poco cabello y la abrazó.

Miraba tan de cerca a la mujer, pero ella no me notaba.
De pronto sentí como alguien por detrás me jalaba con fuerza, yo intentaba soltarme, pero no lo lograba. La mujer miró a la persona que estaba detrás mío y rápidamente abrazó a su bebé con más fuerza asustada.

—No me la volverás a quitar— exclamó. —Es mi hija, no tuya.

Los gritos de aquella bebé hacían que me asustara más.
Sentí como me dejaban de jalar, me acerqué a la mujer y ella estaba sollozando sin la bebé en brazos.

—Devuélvemela— gritó con fuerza.

Su maquillaje estaba arruinado por las lagrimas y estaba totalmente despeinada.

—Stephanie, despierta— se escuchaba en el eco de la habitación.

Miré a la mujer y ella tenía sus ojos rojos por las lagrimas.

—¿Porqué me la quitaste?— fue lo último que preguntó.

Intenté preguntarle a qué se refería pero ella se desvaneció.
Empecé a buscarla por toda la oscuridad de la habitación pero no la veía, empecé a alterarme y estaba asustada.

—Stephanie despierta.

Abrí los ojos de un brinco y mi pecho se estaba moviendo de arriba a abajo con rapidez, mi respiración estaba agitada y mi frente sudorosa.
Miré a mi alrededor y vi que la televisión era lo único que iluminaba el oscuro cuarto.
Miré a Ben y el parecía estar preocupado.

—¿Qué... pasó?— tartamudee aún asustada.

—Empezaste a mover la cabeza muy extraño y a hacer sonidos, tranquila, solo fue una pesadilla— me rodeó con sus brazos y yo lo tomé con fuerza aún asustada.

Estaba muy asustada, quería llorar, fue tan horrible.

—Ben...—

—¿Si?— me mira.

—Mi mamá no estará y no quiero estar sola, por favor, quédate— lo miré con mis ojos derramando pocas lagrimas y el las limpió con su dedo pulgar.

—Claro que sí—

Los dos nos acomodamos en la cama, al estar acostados me acurruqué a su lado y el me mantenía pegada a él.

La luz me daba directamente al rostro despertándome por completo, miré el reloj y aún era temprano. El brazo de Ben me tenía agarrada por la cintura y su rostro me daba mucha ternura.

—Ben, despierta— le di un beso en la mejilla y vi cómo abrió sus ojos lentamente.

—Buenos días— sonrió.

—Buenos días, si quieres puedes bañarte aquí—

La idea de ver a Ben Stone sin camisa no me molestaba en lo absoluto.

—No te preocupes, me bañé antes de venir ayer y casi nunca me baño antes de ir a la escuela— bosteza.

—De acuerdo— dije algo nerviosa.

—Al parecer me querías ver sin camisa— ríe.

¿Tan obvia soy?

—Obvio no— me defendí aún nerviosa. —Solo que pensé que te bañabas antes de la escuela—

Me puse de pie y me dirigí al baño para bañarme y alistarme ahí.
Al estar lista salí y miré a Ben sentado en mi cama mirando una foto, me acerqué y vi que era la foto que me había tomado con Asher.

—Tu primo ¿eh?—.

—Si— hice una mueca.

Su rostro al ver la foto era extraño, como si algo no le gustara de ella.

—Debió de ser difícil tener una relación prohibida, ¿cierto?— me miró.

Espera, ¡¿Qué?!

No Puedo Así (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora