Muñeca de trapo.

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Habían pasado algunos minutos desde que Madara había desaparecido en la parte posterior del local junto al dueño cuando Tenten decidió que era el momento de actuar, se dió la vuelta y se hecho a andar hacia la puerta, un par de hombres acompañados por mujeres se adentraron chocando contra ella — ¿escucharon lo nuevo en Konoha?— decía uno de ellos ignorandola por completó — ¿Lo de la nueva traidora? — replicó una de las mujeres.
— ¿Quien creés que tenga el pergamino? — replicó su acompañante — lo que daría por tenerlo en mi poder, sería millonario.
— nisiquiera sabes que hace — el primero esboso una sonrisa.
— pero se que la gente que  quiere tenerlo pagaría bastante bien por el.
Tenten se detuvo con la mano sobre la puerta.
Los hombres con sus acompañantes siguieron hasta una mesa no muy lejos de ahí, donde la castaña aún los escuchaba hablar.
— el caso es que creo que ya lo tienen — hablo de nuevo el primer hombre.
— ¿Cómo? ¿No sé supone que lo tenía esa mujer? — interrogó una de las mujeres.
— parece que ya es historia, escuché a hablar a unos viajeros, según las últimas noticias  dicen que está muerta.
Hubo un ruido como si todos contuvieran la respiración y seguido de ello varias carcajadas de parte de una de las mujeres — que estúpida, después de todo solo pudo durar unas horas ¿Y así es como Konoha se llama asi misma una aldea poderosa ? — los hombres se encogieron de hombros —imaginense estar en su postura, si fuera de su familia ya me habría suicidado — continuo la mujer — todos los shinobis de konoha son unos completos idiotas, todos esos bastardos que murieron en la guerra se lo tenían bien merecido — Tenten había escuchado lo suficientemente, podía aguantar ser insultada pero ¿Que sabía esa mujer de la guerra?

Tenten — la susodicha se giró hacia Neji, ambos tomarían rumbos distintos defendiendo diferentes frentes de la guerra, Neji se quedaría al frente y ella ayudaría más allá de él, el fuego ardía más allá de ellos, la noche había caído y muchos de los shinobis eran atendidos en el mismo campo de batalla así que habían formado grande hogueras para ayudar con la movilidad — cuídate — Tenten sonrió, su equipo se alejaba más allá de ella pero el tiempo se había congelado entre ellos dos.
— tu tambien cuídate Neji — la castaña sonrió y en recompensa recibió una de esas sonrisas que le rompían el corazón, Neji le decía adiós, más tarde recordaría esa momento como su último recuerdo feliz.
Su despedida.

La ira le inundó la piel ¿Que sabía ella del dolor? Del sufrimiento que ocasionaba despedirse de quien más amaste sin siquiera saberlo, se giró de vuelta hacia las mesas, le daba igual perder su oportunidad, le haría cerrar la boca con sus propias manos, le enseñaría que hablaba sin pensar y se aseguraría de que no volviera a hacerlo.
Avanzo a grandes zancadas hacia la mesa y estuvo a punto de alcanzarla cuando una silueta vestida de negro le sostuvo del brazo, no hizo falta mirarlo para saber que era Madara, el Uchiha la arrastró hacia la puerta y la hizo salir a trompicones, en su  mano derecha cargaba un mediano costal con lo que se suponía serían sus provisiones, la arrastró hasta uno de los callejones antes de soltarla — ¿Que hacés? ¿Quieres que te maten? Por qué si es así yo estoy desesperado por cumplir tu deseó...
—¡ ya estoy muerta ! — gritó la castaña arrogando el sombrero al suelo.
— ¿Cómo has dicho? — el Uchiha parecía consternado.
— ¡Cómo lo oyes! Parece que estoy muerta para el mundo — Tenten había alzado en exceso el tono de su voz sin importarle quién podía o no escuchar — esos hombres lo dijeron, para Konoha no existo más ¡Soy una vil traidora y ahora no soy diferente a ti o a tu hermano! — Madara esquivo el primer golpe que la castaña lanzó en su contra.
— ¿Quieres calmarte? — gruñó el  impaciente Uchiha — te has enojado por las estupideces de un cuarteto de simples mortales, que poco control sobre ti misma tienes...que simple me resultas.
— no me enfadé por ello — especto la Shinobi — dijeron que ellos merecían morir... — Madara dió un paso al frente como si no pudiera creer lo que estaba viendo, puso sus dedos sobre la barbilla de Tenten y la obligó a levantar la mirada, Tenten  pensó que la lluvia había comenzado a caer pero pronto descubrió que eran lágrimas las que se escurrían por sus mejillas las que mojaban su rostro —  ¿Lloras por ellos? — quizo saber el Uchiha desde la sombra que resguardaba su intimidad.
— No lo sé — chilló ella — pero duele tanto, estoy sola y muy asustada ¡Dios! — Madara retrocedió un par de pasos cuando la castaña se hecho encima de él para abrazarlo, estaba vuelta un manejo de nervios y lágrimas tanto que el Uchiha no se atrevió a moverse, sin embargo  no correspondió a aquel abrazo y espero a que ella se diera cuenta de su error pero aquello nunca sucedió.

Puñetazos de tu ausencia [Sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora