Me quedas tú.

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Querido Neji:

Ha vuelto esa manía mía de recitarte largas cartas que apesar de saber que nunca conocerás me hacen sentir menos culpable, menos dañada.
Escribo esto desde una ubicación incierta, hace un par de días por la madrugada Madara Uchiha y yo hemos partido a una cruzada incierta, me llamarían loca si supieran pero justo ese es el problema, nadie sabe, nadie supo de mi después de qué te perdí, nadie supo jamás cuanto te voy a extrañar y creo que eso me hace sentir celosa aunque dicen que rias cuando tienes la oportunidad que las lágrimas ya vendrán después.
Pero esa no era la intención de estas palabras, las frases tomaron su rumbo pero es que tú y yo sabemos perfectamente que una vez trazada la primera línea la historia no es como la queremos y no siempre termina bien.
Hace un día hermoso, yo estoy pegada a una ventana, hemos encontrado una ciudad perdida y nos hemos quedado a descansar, Kabuto fue muy insistente en que debíamos recorrer el camino completo sin hacer lo que el denominó como "trampa" pienso que se refería a las habilidades oculares de Madara para desplazarse a su antojo, dijo si queremos encontrar lo que buscamos debemos ser minuciosos aunque la verdad esto es difícil, más de lo que creés.
No puedo ver a Madara a los ojos sin pensar en ti, en mi y un poco más en él.
Y entonces vuelve a mi mente aquella frase tuya, la frase que leí en tus labios cuando la vida te abandonada y el brillo de tus ojos se perdía en el infinito "Vive" ¿Que querías decir con eso? Me cuesta asimilarlo.
Más sin embargo no debes temer salveremos a Konoha y cuando esté hecho quizás estés orgulloso de mí...

—¿Que escribes? — Tenten salto en su posición, delante de ella Madara se erguia imponente, la castaña bajo lentamente los ojos hasta el papel que reposaba delante y arrugó los labios, ahora una mancha causada por la tinta se deslizaba desde la última palabra escrita.
— Seria más amable que evites asustarme así.
— Pero yo no soy un príncipe — El pelinegro ladeó el rostro — así que no esperes más de mi — Tenten dejo a un lado la tinta y doblo cuidadosamente la hoja para meterla dentro de su pequeña maleta de viaje — eso ya lo sé — repuso segundos después — pero no sería malo que respetaras la privacidad de los demás.
— lo hubieras pensando dos veces antes de venir conmigo — Madara avanzó hasta el otro extremo de la habitación donde reposaban algunas cosas que había traído para el viaje, en su mayoría armas blancas, su nuevo pasatiempo favorito.
La castaña se puso en pie, en los últimos días su vida se había resumido en cuatro actos.
El primero de ellos era viajar y el segundo era pelear todo lo que pudiera con Madara y cuando no hacía esta última seguramente ocupaba su tiempo en escribir o escapar de Madara lo más que pudiera.
— iré a caminar — especto mientras se hechaba encima la pequeña bolsa que siempre traía consigo.
— no te alejes demasiado — objetó el Uchiha mientras centraba su atención en sus propios asuntos — Tenemos que seguir con el viaje antes de oscurecer.
— Bien como digas.

El aire fresco le sentó de maravilla, más allá de ella corría un pequeño riachuelo y sobre este el cielo azul se reflejaba sin problemas, Tenten cuido sus pasos mientras saltaba de una piedra blanca a otra hasta lograr atravesarlo sin terminar empapada, al otro lado del agua clara se alzaban algunas ruinas más, la vegetación había consumido la mayoría de los edificios sin embargo si observaba de vez en cuando por las empañadas ventanas aún podía ver algunos utensilios de la vida diaria, mesas desgastadas y polvosas, adornos y algunos juguetes destartalados sobre los suelos.
La puerta de madera apunto de caer crujió cuando la chica se adentro en una de las casas, los pobladores debieron salir corriendo y no pudieron regresar, sobre la mesa aún había una taza, el contenido se había evaporado y ahora solo había más polvo y suciedad aunado a las telarañas, Tenten hecho un vistazo.
Un segundo crujido la puso en alerta, Tenten giró de inmediato — ¿No te dije que no te alejaras? — la silueta de Madara apareció del otro lado.
— ¿Tú esperabas que caminará en círculos fuera de la casa?
—esperaba que entendieras que no puedo protegerte si no eres capaz de seguir una simple instrucción y que además estamos en territorio desconocido, eso también lo esperaba...
Los labios de Tenten se abrieron en una sonora y sinica carcajada — ¿Y quién te dió el papel de protector de mujeres indefensas? ¿Así también proteges a esa peliazul?
— ¿De qué hablas? — los ojos de Madara se enarcaron con desdeñó, Tenten se cruzó de brazos y dejó caer los hombros con desgano intentando restar importancia a lo que acababa de decir aunque para ser sincera con ella misma apenas ahora venía a enterrarse de los celos que creía sentir — ahora crees que soy un casanova— esta vez fue el turno de Madara de sonreír sinicamente.
— si ¿Después de todo que te impide hacerlo? — murmuró ella — eres todo lo que esa mujer quiere e incluso más.
— ¿Y cuál es el problema?
— ¿El problema? — la castaña rodó los ojos — ¿Y por qué me lo preguntas a mí? ¿No debería ser una respuesta que ella te de?
—No pero ... ¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo ? — el Uchiha hizo una breve pausa a la espera de una respuesta que no llego para entonces continuar—  la diferencia entre tú y yo es que yo soy honesto conmigo mismo, no con los demás, si no conmigo, yo hago lo que creo correcto y no espero un aplauso o flores de los demás, yo soy sincero en cada una de mis acciones y si para los demás están bien o mal eso me trae sin cuidado.
— ¿Estás diciendo que soy una falsa?
— Si — respondió el, Tenten soltó un bufido para luego avanzar hacia la salida que fue obstaculizada por el Uchiha impidiendo su huida — ¿Y sabes por qué ? — de nuevo no hubo respuesta alguna así que continuó — por qué te importa demasiado lo que digan de tí, te importa bastante lo que creen correcto los demás y lo asumes como correcto para tu juicio sin siquiera pararte a pensar y odió eso de tí.
— ¿Ah sí? — Madara tuvo que reprimir una sonrisa triunfal cuando Tenten le miró a los ojos, era la primera vez que lo hacía y aunque esa mirada estaba cargada de ira al Uchiha no le importó demasiado al fin y al cabo no esperaba menos de ella — pues yo odio que te comportes todo el tiempo a tu antojó.
— pues al menos yo — interrumpió el Uchiha — puedo mirarte a los ojos y decirte cuánto te deseó, que me arrodillaria si me lo pidieras para que me volvieras a mirar cómo lo hacías cuando te conocí, dejaría todo por qué volvieras a ser esa Tenten libre y rebelde, la misma que por la noche y armada de valor intento terminar mi vida, daría todo por qué volvieras a ser esa mujer y que te olvidarás de los juicios que imponen en ti, te están atando de manos y pies y tú sonríes como si aquello fuese un juego de niños y te limitada a bajar la cabeza y asentir como un animal domesticado y entonces dónde quedó la tu que dijo al diablo con lo correcto y se entrego por qué lo deseaba...
— ¿Quieres saber dónde está? — Tenten dió un paso más hacia él rompiendo aún más la lejanía que los separaba arriesgado el propio espacio que ella misma se había empeñado en marcar — está muerta — escupió con desdén — y tú la mataste, yo estaba bien, antes de tí, yo no figuraba como alguien importante y es por eso que era más libre y entonces llegaste tú, con esa estúpida actitud tuya de niño malcriado y de pronto me ví envuelta en guerras, batallas que no me correspondían y entonces cuando pensé superarte descubrí que ya vivía bajo tu sombra, soportando el peso de tu nombre y aún así intentando sobrevivir...
— entonces ahora mirándome a los ojos niega que no te mueres tanto como yo por besarme...
— No lo hago — Tenten apretó los labios, Madara dió un paso al frente y de pronto sus cuerpos se rosaban peligrosamente — no quiero — chillo ella una vez más para empezar a retroceder hasta chocar con la mesa detrás de ella — no quiero — respondió  cuando Madara volvió a avanzar hasta ella pegando apenas un segundo día labios a los de ella — ¿Que es lo que no quieres? — interrogó el mientras se separaba dolorosamente de ella, Tenten trago en seco al final de todo el tenía la razón del mundo, lo deseaba tanto como a él y no solo por qué el sexo fuese maravilloso en su compañía si no por qué una parte de ella se había vuelto tan adicta a él como al aire que respiraba aunque suponía que eso pasaba con la otra parte constantemente — no quiero que te vayas — gimió al final deslizando sus brazos descuida mente alrededor del cuello del Uchiha, sus labios se pegaron en una batalla constante por devorarse unos a otros y las manos del Uchiha se enredaron por la cintura de la castaña hasta sentarla sobre la mesa que había detenido su huida.

— voy a condenarme por esto — murmuró ella cuando se detuvieron para tomar aire — a mi no me importa hacerlo — respondió el Uchiha dejando una secuencia más de besos sobre la clavícula de la Shinobi — lo único que me queda eres tú así que no tengo nada que temer.
Tenten enredo sus piernas a la cintura del Uchiha mientras volvía a traer el rostro del Uchiha hasta sus labios, si Dios existía tendría que perdonarla pero de eso se ocuparía después.

Pronto la ropa estorbo demasiado y el el Uchiha fue más rápido en deshacerse de ella, Tenten se recostó sobre la mesa, sus codos habían terminado cargando todo el peso de su cuerpo más sin embargo la incómoda postura se esfumó en el aire cuando lo sintió dentro suyo, arqueo su espalda con regozigo presa de la sensación de tocar el cielo y fundió la unión con sus labios sellando en un beso mientras sus cinturas se movían a la par, sincronizadas por el anhelo y el placer.

Cuando Tenten abrió los ojos Madara a un descansaba desnudo a su lado, los brazos del Uchiha se habían aferrado a su cuerpo protectoramente, fuera el cielo se había transformado en un cielo oscuro iluminado por la luna y algunas  estrellas.
"Teníamos que continuar el viaje antes de anochecer, sí claro cómo no" pensó para si misma en medio de una sonrisa fugaz.
Su ropa yacia por doquier así que para vestirse tendría que despertarlo y sacar sus brazos de encima y ahora aquello parecía turbio y estando tan cómoda como no lo había estado en meses decidió que podría darse el lujo de quedarse un segundo más, sin pensar en nada, y  mucho menos en las culpas, y abría tiempo después para eso, debía reír cuando el tiempo lo pedía y llorar cuando fuese necesario.
El aire frío corrió fuera y una rama chocó contra la ventana llamando su atención, quizás una tormenta se acercaba así que cuando se disponía a centrar su total atención a su amante dormido del otro lado de la habitación lo vio, era una silueta casi espectral, Tenten parpadeó un par de veces, quería asegurarse de no estar soñando pero al abrir los ojos de nuevo  el extraño ser transparente seguía allí justo en la misma posición en la que había estado la primera vez, no los miraba a ellos en cambio parado en la mitad del camino en piedrado miraba hacia delante de él y entonces de pronto su mirada se dirigió a la castaña y con una voz casi inexistente murmuró un —ven — y se hecho a andar hacia delante donde Tenten lo perdió por completo.

Puñetazos de tu ausencia [Sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora