Un ramo de rosas y la solución a un corazón roto.

146 27 2
                                    

izuna Uchiha limpio su mejilla con el pequeño pañuelo blanco que Urashinki le había tendido segundos atrás — bien hecho— celebró el dios — no lo hiciste mal para tratarse de tu primera vez luchando contra tú hermano a muerte.

— tenías razón — escupió el menor de los  Uchiha — ese hombre ya no es ni la sombra de lo que fue mi hermano, el no haría cosas tan viles en nombre de un honor que el mismo mancillo.

— te lo advertí — sonrió Urashinki — pero te empeñabas en hacer oídos sordos a mis palabras sin embargo ahora que lo sabés espero que sepas de qué lado te conviene estar.
— y lo hago — Izuna se giró una vez más hacia el hombre de aspecto elegante — estoy de tu lado pero tengo una condición.
— y no se me olvida — Urashinki elevó un pequeño frasco a la vista del Uchiha — pero yo te recuerdo que este antídoto tiene un precio y es la cabeza de tu querido hermano.
— y yo soy un hombre de palabra, tendrás la cabeza de Madara y yo la certeza de que salvarás a Tenten.
—siempre es un gusto hacer tratos contigo.

[...]
¿Cuál era la última vez que había sido en realidad feliz?
Tenten se miró las manos una vez más, la sangre de Neji seguía en ellas como un recuerdo constante del mal que le había hecho, no sólo una si no dos veces más.

Minutos atrás había intentado llorar, gritar o hacer cualquier cosa que le permitiera liberar todo lo que sentía pero hasta la última lágrima se había secado negándose a salir, aquello debía ser su final, por qué era justo como se sentía y entonces en contra de si misma volvía aquella imagen, la de un Uchiha extraño, ajeno a ella que huia en medio del caos con su nuevo reemplazo en brazos y aquello le había causado tanto coraje, tanto rencor que se odiaba a si misma, estaba asqueada de su presencia, Neji estaba muerto y sin embargo ella no podía pensar en nada más que un estúpido Uchiha abandonandola por primero o quizás segunda o milésima ocasión ¿Cuántas veces había visto la misma escena para ya no recordar el número?

La castaña llevo sus manos hasta su rostro y se lamentó en medio de una risa histérica, se lamentó por perder al hombre que la amo sin condiciones pero aún más se lamentó por no poder corresponder a lo que el sentía por ella, por volverse una falsa incluso antes el y besarlo fingiendo amarlo incondicionalmente cuando claramente todo había sido una mentira, una más de la sarta incontable de engaños que se habían formado a su alrededor desde que Uchiha Madara había aparecido en su vida, como una tormenta que amenazaba con arrastrarlo todo a su paso.

— Tenten — Temari rozó su hombro con suavidad — ¿Estas bien? — quizo saber la rubia mientras apretaba su agarre para mostrar su cercanía — tienes que cambiarte, tu ropa está ...
—No — Temari alargó la vista hasta la mirada de su amiga— no estoy bien, nunca jamás voy a estar bien por qué yo mate a mi esposo, lo mate con cada una de mis acciones, de mis palabras y si yo no hubiera sido tan ciega, tan tonta el aún estaría aquí... Temari no puedo seguir, no quiero seguir...

— Shh — loa brazos de la rubia se enredaron sobre su mejor amiga —no digas eso, nunca lo digas,  escuchá quizás no seas la mujer más valiente del mundo y quizás no seas perfecta como te gustaría serlo pero por una vez en tu vida quiero que te mires desde los ojos de quienes te amamos, mírate desde mis ojos, desde los ojos de Neji y verás que ante mis ojos y los de quienes te queremos eres tan necesaria como el mismísimo aire que respiramos, tu siempre estás ahí para los demás, tu eres la felicidad de nuestra pequeña familia y si tú estás así no nos queda nada así que deja de pensar en esas cosas y entiende que si Neji eligió esto es por qué te ama y por que apesar de todo siempre lo hará.

— yo... Temari ya lo perdimos una vez, no puedo perderlo de nuevo, no puedo — Tenten llevo sus manos hasta sus mejillas, las lágrimas ahora se escurrían por ellas sin reparos.
—nadie está listo para perder a la gente que amas Tenten, sin embargo síguenos adelante en memoria a ellos, por ellos es que damos todo lo mejor de nosotros.
—pero no es fácil
—nadie dijo que sería fácil pero puedes hacerlo, ve allá y  despídete y está vez hazlo para siempre, asegúrate de decirle cuánto lo amas, por qué si hay algo que es verdad es que el tiempo todo lo cura.
La castaña miro hacia la habitación que estaba al final del pasillo, allí los miembros del clan Hyuga habían depositado el cuerpo de su esposo, quizás Temari tenía razón, todo aquello había iniciado por su negativa a dejarlo ir, a lo mejor aquel siempre había sido su destino, Temari palmeo su hombro una última vez con suavidad — anda — hablo a su lado — haz lo correcto, deja que se vaya, déjalo ir.
Tenten se encaminó hasta la habitación al otro lado, unos segundos después la puerta corrediza llamaba la atención de todos los presentes dentro de esta misma — ¿Qué haces aquí? — Hanabi que había estado llorando levantó la vista hasta la castaña en forma de reprobación a sus acciones — ¿No te bastó lo que hiciste? ¿Ahora vas a burlarte de el, de nosostros? —.

Puñetazos de tu ausencia [Sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora