Amigo u Enemigo.

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Las altas paredes casi congeladas estaban vacías y el andar de sus pasos era el único sonido en la enorme construcción, Madara y Toneri  habían tomado caminos separados, el Uchiha había propuesto revisar el castillo para asegurarse de que no hubiera algo que pudiera ayudarlos a saber cuál era el arma secreta de la que tanto se especulaba con respecto al uso de chakra de Urashinki y sus máquinas que ahora sabían pertenecían a una técnica de la arena como había explicado Toneri aunado a la aleación de metal, sin embargo Tenten sabía que aquella elección de parte de Madara tenía mucho que ver -si no era que tenía todo que ver- con respecto a la cura que suponían debía existir, si es que existía aunque la castaña dudaba en realidad de su existencia.

El pasillo frente a ella se quebró hacía dos corredores separados, su mirada se paseó a su lado izquierdo y luego hacia el izquierdo, no tenía ni idea de que caminó tomar pero no importaba demasiado, solo debía perder el tiempo y mientras lo hacía podía hacerse a la idea de morir y aquello no sonaba tan descabellado una vez propuesto.

Se encogió de hombros y se dispuso a seguir el correr izquierdo o al menos se había hechado a andar hasta que escucho el golpetear de un poder al arrasar con la enorme construcción.
Se dió la vuelta y hecho a correr, tenía el corazón desbocado y la respiración agitada.
Los pasillos de pronto se hicieron enormes ¿dónde estaba Madara? Recorrió el primer pasillo y luego el segundo, nada.
Siguió corriendo y entonces un segundo golpe la hizo corregir su camino, aquel sonido estrepitoso llegó desde el gran salón donde había visto a Madara por última vez, un rugido le llegó desde el otro lado, aferró sus manos hasta su pergamino y se adentro en la habitación.

Fue entonces cuando lo vio, ahí dentro debía haber dos contra uno y lo había solo que no era lo que esperaba, nada en realidad lo era.
Tenten miro alrededor, Izuna Uchiha enfrentaba a su hermano y a su lado estaba Toneri, el no parecía en nada afectado con lo que tenía delante, al contrario había una sonrisa triunfal en su rostro, Madara estaba al otro lado, su brazo derecho sangraba y lo habían obligado a retroceder de forma inminente.

— Madara — Tenten dió un paso al frente pero los dos hombres le obstaculizaron el caminó — No se atrevan — rugió el pelinegro desde el otro lado intentando recuperar el aliento.
— No estás en posición de decirme que hacer — Izuna levantó una de sus manos y al instante una docena de las marionetas que Urashinki controlaba se rego alrededor de ellos.
— ¿Toneri? — la castaña lanzó una mirada hasta el que se suponía debía ser su aliado pero todo lo que recibió fue una mirada inexpresiva.

— capturen  a la Shinobi — ordenó Izuna y las marionetas pusieron manos a la obra, un par de ellas atacaron de frente y apesar de que Tenten se libro de ellas, solo habían sido el señuelo para las otras que haciendo uso de una fuerza desmedida logrado estampar a la castaña contra uno de los pilares gigantes que adornaban la habitación.

Lo último que Tenten logro ver fue a Izuna caminando hacia ella mientras Madara se batía en duelo con las marionetas restantes en una vana lucha por llegar hasta ella.
Y luego todo se convirtió en la oscuridad.
Los habían traicionado.

Despertó con un dolor indescriptible sobre su frente y un líquido desparramándose por su frente, el lugar estaba oscuro y más allá de ella podía escuchar el goteo constante, se levantó de golpe.
— ¿Madara?— el silencio recibió su voz y lo convirtió en la nada, no obtuvo respuesta alguna.
Se puso en pie, le temblaron las rodillas y el pecho le dolió, había tenido suerte de no morir en el intentó, avanzó despacio hasta los barrotes que la detenían y los sarandeo con fuerza.
Izuna.
Izuna estaba vivo y quería matar a Madara, no podía permitirlo.

— Detente — gruñó una voz desde el otro lado del pasillo donde una escasa luz se colaba por el pasillo subsecuente — eso no servirá — Tenten busco despacio entre la oscuridad, conocía aquella voz y más pronto que tarde la silueta de Sasuke Uchiha relució en mitad de la celda que tenía delante — solo gastas energía.

Puñetazos de tu ausencia [Sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora