Una aliada

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(V)
Cuando volvía a la mesa en donde me encontraba al principio todos en ella me observaban de manera extraña y como no, los mire con molestia y tuvieron que mirar a otra parte y continuar en lo que estaban, todos excepto, la entrometida de Demaris

—Puedes decirlo ya? Me jode que me mires de ese modo Demaris —Ella todavía tardo en responder

—Todos dicen que tienes mucha... química con tu"nueva esposa" —Entorne los ojos antes de beber de mi copa que nuevamente estaba llena

—Si fuera así a quien mierda le importa? —No la voltee a ver pero puedo imaginar su reacción, la oí azotar algo en la mesa y levantarse e irse, bueno, al menos algo bien me salia esa noche.

(B)
Entre a la habitación, ni siquiera me fije si aún me seguía Kakaroto o si acaso Raditz estaba por ahí. Me quite la ropa dejándola en el suelo, entre al baño, llene la tina y no bien estaba a su punto me sumergí en ella, quería ahogar en el agua todas las ideas y pensamientos que pasaban por mi cabeza.

(V)
Ignoraba la hora que era en ese momento, había bebido lo suficiente como para comenzar a ver algunas cosas borrosas. Donde carajos estaba la habitación que preparo esa mujer?

—Es por aquí Vegeta —Identifique la voz de Bardock y después sentí su mano sostenerme del brazo, lo quite

—Puedo hacerlo solo Bardock, no es la primera vez que bebo de más. —De hecho no solía hacerlo muy a menudo. Me detuve un instante para aclarar mis ideas y me dirigí al lugar.

—Buenas noches majestad —Oí tras de mi antes de abrir la puerta de la habitación, Bardock me había seguido, no le respondí.

Al entrar y cerrar la puerta tras de mi me golpeo con toda fuerza la esencia del lugar, maldición, tendría que soportar eso cada noche? No, solo unos días, después me iré a otra habitación. Mire a mi alrededor, el lugar era grande aunque no se veía todo claro, las pocas luces aun encendidas estaban muy tenues. Avance para identificar el lugar, tres puertas, cuatro enormes ventanales, ya, ese lugar lo conocía, era un salón y la mujer lo había adaptado. Busque el armario y efectivamente, ahí estaba mi ropa, tome alguna y me metí a bañar, odiaba dormir sucio, además, así se me bajaría el mareo infernal.

Era momento de dormir, eran de echo las tres de la mañana, no era tan noche como pensaba, aún podría dormir bien y despertar temprano para entrenar. Me seque el cabello y me dirigí a la cama.

Había olvidado que no estaba solo en esa habitación al principio fue muy molesto el aroma pero después de un rato me había acostumbrado, supongo que también había sido el alcohol pero ahora que salía del baño, nuevamente la ola del aroma había inundado mis sentidos. Acaso la mujer estaba dormida? En todo ese rato no había dicho ninguna palabra, me acerque a la cama, esta, era amplia y tenía cortinas a medio correr. Ahí estaba, acostada boca abajo, sus pelos estaban esparcidos por toda la almohada y solo se distinguía hasta la mitad de su espalda. Mire a mis pies, una toalla, la levante, aún estaba húmeda, la mire nuevamente a ella, sería posible? La vi removerse en su sitio. Si, estaba, desnuda, trague saliva, esta mujer sí que era descarada, somos esposos pero apenas nos conocíamos y ella ya se dormía así? Alguien podría entrar y ella... ok, ignóralo Vegeta, me fui al otro lado, tome la cobija que estaba más arriba y empuje la que la cubría a ella directamente, por fortuna la cama era lo suficientemente grande y entre nosotros además de las cobijas había casi un metro de distancia.

Tuve aun que luchar con el aroma que estaba por todas partes con recuerdos e imágenes que ese mismo aroma evocaban, si no fuera por que realmente estaba agotado me tendría que levantar para darme otro baño de agua fría a ver si así podía dejar de pensar tanta estupidez. La mire, podía sentir su Ki, su respiración, no fingía estar dormida, lo estaba y profundamente, podía sentir su calma. Por un momento estuve tentado a acercarme quizás un solo un poco, lo suficiente para poder sentir un poco de calor, un poco de ese aroma directamente de su piel desnuda, tocar quizás un poco su piel clara y suave o su pelo, no! que estupideces piensas! debería darme vergüenza estar pensando estas cosas! dejar que esa mujerzuela se meta en mis pensamientos y me perturbe.

La esposa de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora