La esposa de mi padre

Sentimientos

(B)
Me quede acostada mirando al techo, que demonios había pasado? Toque mis labios con la yema de mis dedos, me beso? Vegeta, el Vegeta que tanto me odia, me beso? Eso no tiene ninguna lógica, quizás lo imagine, aunque, por que imaginaria algo así, no es como que el me guste o algo, de echo me cae bastante mal y más después de lo que me hizo

Me enrollé en las sabanas de la cama sin saber exactamente que pensar, y mi problema no radicaba en que él me hubiera besado, era natural, soy una mujer hermosa a la que pocos podrían resistirse, tarde o temprano sucedería, lo malo era lo que ese beso me había hecho sentir a mí. Me estruje en las sabanas y mi mente no dejaba de recrear ese momento: La sorpresa inicial, difícilmente había podido imaginarme que él respondiera de ese modo a mi provocación sobre matarme, que significaba, acaso significaba algo? Sus labios, la fuerza con la que se presionaba contra los míos, tan desesperados tan apasionados. Al principio no moví un milímetro de mí pero después no pude evitar ser consiente de tanta pasión y sin pensarlo le correspondí dejándome llevar por el ritmo de su lengua. Cuando se alejó no pude evitar sentirme decepcionada de que todo terminara y así como se separó se fue dejándome con todas las dudas del universo.

(V)
-Que haces tan noche aquí? —Tras de mi escuche la voz de Demaris, yo seguía entrenando, a las tres de la noche todavía sin poder dormir, sin poder tranquilizar mis pensamientos y encontrar una forma de afrontar mis acciones. A Demaris no le respondí pero sentí que se acercó aún más. —Que es lo que te aflige Vegeta —La mire, quizás ella era una salida. La tome de la mano sin más y la lleve hasta su habitación que sabia bien donde era, ella no hizo más que mostrar su sorpresa y dijo algunas cosa que realmente no oí, aun así no se resistió en ningún momento y se dejó llevar. Abrió la puerta y entramos, las luces se encendieron automáticamente pero yo las apague. Rápidamente la lleve a la cama y comencé a besarle el cuerpo como poseído, quite su ropa sin preocupación de romperla y no después de mucho entre en ella con fuerza, con más desesperación que deseo, y la escuche gritar o gemir, quizás ambas cosas, y al fin su voz, su respiración y también la mía hicieron que todo se borrara de mi mente.

(B)
Por más que lo intente no pude dormir, tan solo me movía de un lado para otro y estaba harta, harta de que ese estúpido sayayin no saliera de mi mente y que un simple beso provocara esa turbación en mi mente, maldito él, peor aún, más maldita yo por haberlo permitido.

Salí a tomar un poco el aire, por así decirlo claro, dentro de una nave eso no era posible, pero quizás caminado un poco haría que me despejara la mente, estuve dando vueltas en los pasillos solitarios hasta que se me ocurrió algo

Toque la puerta, adentro se escuchaba algo de ruido aunque no lograba distinguir quien o quienes eran, toque una vez más, silencio. Ok, quizás no fue tan buena idea, ya era muy noche obviamente estaba dormido o algo así, decidí irme pero justo cuando me gire oí la puerta abrirse, voltee, era Raditz con una mano en la puerta y con otra sosteniendo una sábana que cubría la parte baja de su cuerpo.

—Bulma —Lo mire un poco impresionada, no puedo negar que tiene un cuerpo increíble, que estabas haciendo querido?

—Quien es Raditz? —Oí una voz femenina desde adentro

—Perdón, no debí venir tan noche, lo siento Raditz, te veré mañana —Dije bastante apenada y me propuse a irme pero sentí su mano detenerme agarrando mi brazo, voltee

—Raditz —Dije mirando lo que había caído al suelo y obviamente despues mirando a otro lado

—Perdón —Se apresuró a levantar la tela y se la acomodo correctamente un poco sonrojado. —No te vayas Bulma, tenemos que hablar —Me dijo tomando una de mis manos con delicadeza

—Lo sé, pero no es el momento, hice mal en venir a esta hora —Dije un poco sonrojada

—Raditz? —Nuevamente la voz dentro de la habitación