02. todo en sintonía y así tiene que ser.
Agarre el vaso de fernet entre las dos manos mientras me sentaba como un indio y observé cómo jugaban a la botella.
No me apetecía jugar y mucho menos después de lo que había pasado con Daniel en la cocina, me sentía incómoda y mal porque ya se había llevado una mala impresión de mí y era lo que menos quería. Y por si fuera poco, el morocho estaba sentado enfrente mío mirándome fijamente con un semblante bastante serio, haciéndome sentir más chiquita de lo que era.
—Dale Mori, jugá—insistió mí amiga sacudiéndome el brazo, dirigí mis ojos hacia los de ella y luego a Daniel, quién me dio una mirada rápida y después siguió prestando atención al juego.
—No Lola, no quiero...—contesté un poco desganada, la castaña me miró un poco confundida y sin que nadie se diese cuenta, me señaló con los ojos al morocho, asentí.
—Después hablamos de eso.
Hice una mueca y bajé la cabeza, Lola no tardó en acercarse para abrazarme con cuidado de que no se me cayera el vaso y realmente lo necesitaba.
Normalmente no era de esas chicas inseguras, pero cuando me gustaba alguien o andaba en algo con alguien, las inseguridades aparecían de la nada y era lo peor del mundo. Además de que la situación con Daniel me dolía, y mucho; el hecho de que me mirará mal y me tratará de manera indiferente, me lastimaba y aunque a el le pareciera una mina del montón para mí el no era un chabón más. Desde siempre había tenido un enamoramiento hacia Daniel, aunque recién hoy lo conociera en persona, por como se daba a ver en las batallas o en las entrevistas; parecía un chico simpático, jodón a veces y muy educado, sumándole que Valentín me había comido un poco la cabeza con que era un buen pibe cuando lo conocías bien, que costaba un poco pero que era muy buena persona y quería creer que el era así, porque lo habían convertido así, porque lo habían lastimado como a mí en el pasado y se había encerrado en si mismo cuando aparecía alguien nuevo en su vida.
Me quede un rato más mirando como algunos hacían retos bastante zarpados y como algunos de los presentes chapaban, mí hermana hacia menos de diez minutos había llegado y ya se había chapado a tres personas. Adoraba que ella fuera la más suelta de las tres, aunque también era las más apartada pero porque mis papás se habían encargado de hacerla así o más bien mí abuela, la cual siempre tuvo locura con Nala y conmigo pero siempre dejo medio de lado a Agus, mí hermana al principio se ponía mal al ver que alguien de su propia familia la excluía, por eso capaz era la más liberal y rebelde de las tres. Pero con el tiempo y con ayuda de nosotras, superó aquello y no le empezó a importar nada.
—Morita—habló una voz masculina que reconocí al instante y me hizo salir de mí trance para mirarlo con una sonrisa—¿Querés algo más para tomar y comer? Aprovecha que me levanto eh.
—Si me traes unos sándwiches de miga, más que perfecto Tín—contesté y este se rió para después negar y levantarse a buscar lo que le pedí.
El celular me empezó a sonar y al ver que era mí mamá, me levanté rápidamente y salí al patio para poder hablar más tranquila con ella, y que el ruido de la música no molestara tanto.
Una vez estuve en un lugar en el que podía hablar bien, deslice la pantalla y me lleve el celular a la oreja;
—Hola ma, ¿todo bien?—pregunté un poco preocupada, era raro que mí mamá me llamara y más cuando estábamos de joda.
—Sí, está todo bien Mori, quería saber si estaban bien, como no está Nala para cuidarlas y avisarme como va, te llamé a vos porque sabes que Agus es un desastre—explicó del otro lado de la línea mí progenitora.
—Sí, está todo bien—mentí, estaba todo mal, lo único que quería era llegar a casa y hablar con ella, con Nala o Agus del tema de Daniel o simplemente que me escuchará quién sea—En un rato nos vamos.
Después de hablar un rato más con mí mamá, colgué y me guarde el celular en el bolsillo del pantalón.
—¿No tenes frío vos?—interrogó una voz detrás mío.
Esa voz.
Me giré encontrándome como campo de visión al morocho con un semblante serio, con una ceja alzada y me dio una vista rápida de arriba abajo.
Estaba con un short tiro alto engomado, un top y unas zapatillas, hacía mucho frío pero con las prisas no pude agarrar una campera, y la verdad es que tenía frío pero me la estaba bancando como la mejor.
—No—mentí y puse una voz bastante cortante, y no sabía si era por el frío por como me había tratado en la cocina y ahora se la estaba devolviendo.
El ni se inmutó.
Se me quedó mirando por un par de segundos y luego se sacó una de las camperas que tenía para extendermela. Lo miré con el ceño fruncido, y negué.
—Ponetela Mora, no me obligues—contestó firme, y un escalofrío paso por mí espalda al escuchar como pronunció mí nombre o más bien estaba sorprendida porque se supiera mí nombre. De todas formas, negué:—No me la compliqués.
Rodé los ojos y finalmente termine agarrando su campera y poniendomela, tenía que admitir que estaba calentita, era grande y tenía un rico olor a su perfume.
El cual iba a ser mí nueva droga.
—Gracias, antes de irme de la devu...
—No entendés nada vos—me interrumpió mientras le daba otro trago a su vaso, del cual desconocía su contenido. Me miró un par de segundos—Nos vemos.
Nada más decir aquello, se dio la vuelta y volvió a entrar en la casa dejándome con mil dudas en la cabeza y con su perfume impregnadose en mí ropa.
• • •
ya sé que Dani la está tratando indiferente a Mora pero es que en eso consiste, es un sol pero con cara de orto (?)
Espero que les esté gustando bebés, les amoooo❤️❤️☺️✌🏻
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distinto ; daniel ribba
Fanfiction❝ que entre tanta gente en el mundo contigo me quedo ❞