16. buenas vibras.
Terminamos de comer e hicimos un poco de sobremesa, obviamente Silvia hacia todo lo posible para mantenerme cómoda en el ambiente y que fuera mas llevadero y ameno.
—Bueno, y una vez en la plaza se sacó el pañal y...
—¡Mamá!—se quejó el morocho abriendo los ojos de par en par, provocando la risa de las tres mujeres que estábamos ahí.
—¿Ahora te haces el vergonzoso? Bien que para tirarle el pañal en la cara a un nene no tuviste vergüenza—aportó la mayor haciéndome carcajear y que el morocho la mirara con cara de orto—Dejá de hacerte el hombrecito que te sigo lavando los calzones.
La risa de Agustina y la mía inundó la sala, y ya no solamente me reía por lo que había dicho Silvia sino por la cara que tenía Daniel, estaba rojo y no sabía si era de la vergüenza o de la calentura.
Para dar por zanjado el tema, la mayor se levantó y empezó a recoger las cosas, obviamente yo no tardé mucho en levantarme para ayudarla, era lo mínimo que podía hacer. Por otro lado, Agustina se había excusado con que tenía que seguir estudiando para un parcial mientras que Daniel estaba sentado.
—No hace falta linda, gracias—acotó la progenitora con una sonrisa, y negué para después apartarla a un lado para lavar las cosas que había en la pileta—No, déjame, sos la invitada.
—En serio no me molesta, además Daniel me va a terminar de ayudar. Puede ir a descansar si quiere—informé, ella me sonrió enternecida y módulo un gracias para sobar mi hombro, cosa que me hizo sonreír.
Silvia se despidió de nosotros y mientras yo iba lavando los vasos, el cuchillo y la tabla que habíamos utilizado, Daniel estaba tirando los trocitos de servilleta a la basura y poniendo las gaseosas en la heladera.
Luego de un par de minutos, sentí unas manos rodear mi cintura y una cabeza entre en mi cuello y hombro y por si fuera pocos segundos después dejó un beso en mi hombro.
—Le caíste bien, es muy raro que entre en confianza tan rápido y con eso me refiero a que te cuente lo de la plaza—explicó el dándome en sonoro beso en la mejilla—Con Sol, tardó mucho más y simplemente por el hecho de que no le caía bien pero... perdón.
Fruncí el ceño al no entender porque me pidió perdón y el pareció darse cuenta porque volvió a hablar.
—Te hablé de mi ex y no me parece bien, hacerlo cuando...
—No tiene nada malo, sé que no lo decís aposta—comuniqué dejando el último vaso en su sitio y agarre una rejilla para secarme las manos y darme la vuelta por fin. El seguía mirándome fijamente porque no se le veía muy convencido con lo que le había dicho, así que acuné su cara y le di un beso—No pasa nada, en serio.
Eso se ve que lo tranquilizó un poco porque me miró con una sonrisita mientras sus manos seguían intactas en mi cintura con la única diferencia de que me estaba haciendo unas delicadas caricias.
—A mi también me cayó bien, es un sol—volví al tema para que no creará una tensión en el ambiente que no fuera buena.
Ahora el que se acercó a darme un beso fue el e instintivamente llevó sus manos hasta mi cara para acunarla mientras yo las bajaba hasta su pecho para dejarlas ahí, con mi mano derecha pude sentir como su corazón latía a mil por hora y podía asegurar que el mío estaba igual o peor.
Cuando nos separamos y lo vi a los ojos, observe que los suyos estaban brillosos y tenían un color más intenso de lo normal, segundos más tarde apartó su mano de mi cara para agarrar los mechones rebeldes y ponerlos detrás de mi oreja y a continuación volver a apoyar su mano en mi cachete para empezar a acariciarlo con su pulgar.
—Me gustas mucho—murmuró y se acercó para depositar un casto beso en mi boca.
Al escuchar esas palabras, mi nerviosismo aumentó al igual que toda mi panza se revolucionó y no sentía mariposas sino un zoológico completo.
Sonreí enternecida y le agarré la carita para darle una serie de picos.—Vos también me gustas mucho.
Su respuesta fue sonreír y corresponder a mis besos, para después agarrarme de la mano y prácticamente
arrastrarme hasta su pieza, donde nos tiramos y el no tardó en abrazarme por la cintura para esconder su cara en mi cuello.—Sos hermosa—dijo mientras dejaba un beso chiquito en mi cuello y se separaba para mirarme para hacer caricias en mi cara.
Vos si que sos hermoso.
Me acerqué a besarlo nuevamente y el apoyó su cara en mi pecho mientras buscaba alguna película o seria para mirar, por otro lado yo tenía la mano en su cabeza para hacerle caricias.
Por el bien de los dos puso una película, ya que los dos éramos bastantes colgados para ver una serie y lo más probable era que nos quedáramos dormidos a mitad de la película.
Malas madres, fue la película que habíamos elegido los dos después de estar alrededor de diez minutos discutiendo en cual ver.
Pasó menos de la mitad de la película, cuando vi como Daniel se removió encima mío permitiéndome verle la carita, ya se había dormido.
Tanta discusión al pedo.
Intenté acomodarme un poco sin despertar a Daniel para ser yo la que se durmiera ahora, además de que estaba todo tan tranquilo y corría el aire, por lo tanto se podía pegar una siesta tranquilamente.
Cuando encontré la posición perfecta, cerré los ojos y antes de que pudiera empezar a relajarme y finalmente dormirme, mi celular sonó.
Estiré mi mano hacia la mesita de luz, dónde se encontraba el celular y lo agarré, ni bien lo prendí me sorprendí al ver la notificación.Máximo: nota de voz.
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se viene bardo, muchas lagrimas y peleas, ahre no sé es algo que estoy debatiendo.