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MinJae soltó un jadeo de sorpresa, esto era muy malo. Le había advertido de ello, pero tal parece no le dio importancia y ahora todo estaba llegando sin freno.

—Quítate la camisa, v-voy a revisarlas. —Dijo con notorio miedo.

TaeHyung con temor empezó a despojarse de ella. Tenía miedo de lo que le dijera o viera, él no se había atrevido a mirar, sabía que sería ver la realidad de lo que no quería aceptar aún.

La exhalación que el doctor soltó lo tensó, sabía lo que significaba, estaba perdido y no quería aceptarlo.

—Lo que me temía está sucediendo, Tae. Tienes que tomar cartas en el asunto o ya sabes lo que ocurrirá.

El castaño asintió con su rostro bajo, mientras una pequeña lágrima resbalaba por su mejilla. Su mundo esta vez sí se estaba derrumbando.

.

.

Tocó el timbre de aquella casa y en segundos unos pasos se escucharon acercarse, y en nada la puerta estaba abierta, dejando ver a aquella mujer con un bebé en brazos. TaeHyung quiso llorar por la imagen.

—¡Oh! —Expresó sorprendida—, ¿sucedió algo, cariño? no te esperaba tan temprano. Pasa.

Con un poco de temor el castaño entró, pero sabía que él no estaría ahí, lo que no se imaginaba era, que había alguien más dentro.

Antes de entrar por completo agarró a su bebé en brazos, arrullandolo, el cual al sentir aquella protección de su padre sonrió y TaeHyung lo imitó. Su sonrisa se borró al ver quién estaba en la sala.

¿Por qué le pasaba a él? 

¿Era su castigo? sí, eso era.

—Vaya..., lo que menos quería, suficiente tenía con ese crío. —Dijo con enfado. El corazón del castaño se estrujó, dolió.

—¡Jin! ¡no hables así! —Exclamó su madre, molesta ante la actitud de sus hijos.

—¿Qué? —responde su hijo, con un encogimiento de hombros—, Es lo que se merece después de lo que le hizo a mi hermano, no sé porque te empeñas en ayudarle, él se lo buscó.

Se levantó del sofá y se dirigió escaleras arriba, dejando a un TaeHyung con el corazón destrozado ante aquellas palabras, que aún le afectaban. Su rostro estaba bajo, mirando a su bebé, encontrando fuerzas para seguir de pie, sus pequeños merecían que siguiera firme.

—Lo siento, él... —Expresó la mujer.

—Descuide, yo lo siento aún más, por eso no ocurrirá esto, mañana sólo Jung Ahn vendrá. —Un clic se hizo en su cabeza—. Por cierto..., ¿dónde está mi cachorro? —Indagó buscándolo. 

La mujer aún más apenada, pasó saliva y miró con cariño a TaeHyung quien se inquietaba al no ver a su pequeño hiperactivo.

—Bueno... Jungk..., su padre vino temprano y se lo llevó a... "una salida entre padre e hijo" —Le comunicó la mujer. Por un momento creyó que era algo más serio por la cara de la mujer.

—Bien..., seguro más tarde lo va a dejar a casa, le agradecería que le dijera.

La mujer asintió, era triste ver que ni por el teléfono se comunicaban. Ahora lo único que los unía era su pequeño cachorro de cuatro años.

TaeHyung se despidió, agradeciéndole infinitas veces a la mujer por cuidar de sus hijos y se dirigió a casa.

Una vez en ésta, se condujo directamente a su habitación, colocando a su pequeño dormilón en el centro de la cama, rodeándolo con las almohadas por si se rodaba y así no caer. Se deshizo de su ropa que lo incomodaba, llevar siempre camisas con cuello de tortuga era una pesadilla, pero es algo que le toca soportar. Dejó al descubierto sus marcas, que ardían con forme el tiempo pasa, al acariciar dolía. Suspiró y colocó una camiseta que sólo dejaba ver parte de ello.

La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora