El cuerpo sobre él temblaba con el toque de su dedos. Acariciaba aquella piel expuesta para él. Las yemas de sus dedos recorrían con sutileza aquella piel tornándola eriza al paso de sus caricias, estremeciéndolo. Sus ojos hacían el mismo recorrido que sus dedos, desde su cuello, hombros, espalda y subir por este mismo, todo con total parsimonia, no había prisa.
Sus cuerpos se anhelaban, pero eso no acelerará nada, ambos se disfrutarían de buena manera.
Los ojos de TaeHyung estaban cerrados disfrutando el toque de aquellos dedos sobre su piel. Dejó escapar un suspiro cuando unos labios se posaron en su cuerpo, echó su cabeza hacia atrás por el placer de esos labios húmedos sobre esa zona más que sensible. Las caricias no se detenían y los besos tampoco, haciendo que oleadas de placer lo golpearan y enviaran a su cuerpo a moverse en busca de satisfacción.
Empezó a balancearse sobre el alfa creando esa fricción que hizo gruñir al pelinegro. Los besos que eran dados a su cuello pasaron a descender por su pecho y apoderarse de uno de sus pezones, succionando como si de un bebé se tratase, mordisqueando un poco estos, tornándolo rojizo por tal acción y haciendo lo mismo con el otro.
El balanceo se detuvo junto con las caricias, TaeHyung lentamente abre sus ojos y los conecta con los del alfa, ambos tenían sus pupilas dilatadas pero se negaban a entregarse a la locura, querían hacer el amor lentamente. Unieron sus bocas para el deleite de sus labios, un beso apasionado pero sin llegar a lo brusco o desesperante.
Jungkook terminó de quitar la bata que cubría el cuerpo del omega y éste quedó expuesto. No se avergonzaba por ello, deseaba que su alfa lo mirara como lo hacía, con deseo y admiración. Se habían entregado muchas veces y esta por algún motivo era especial. No había por qué avergonzarse.
Ayudando a Jungkook quitó la camiseta que lo cubría y moviéndose se quitó de encima para que el alfa pudiera deshacerse de su pantalón y bóxer, no tardó mucho en quitarlos y estar listo para el omega.
Ninguno quería hablar, con sus miradas se decían todo y de la habitación sólo se podían escuchar sus respiraciones aceleradas y jadeos. Con una mirada fue suficiente para que el alfa supiera que estaba listo y podía seguir.
Volvió a tomar al omega en sus brazos y lo colocó de nuevo a horcajadas sobre él, su sexo chocaba en el trasero del omega, haciendo a ambos suspirar expectantes. Aún no lo penetraría.
Esta vez fue el turno de TaeHyung en besar aquel cuello y marcarlo, dejando esas pequeñas succiones y besos húmedos en este, bajando y llegando a aquellos pezones que lo llaman a mordisquearlos, lo hizo para luego lamerlos teniendo a un alfa gimiendo. Sonrió y pudo sentir su entrada chorreando en lubricante natural.
El alfa lo vio maravillado al sentir aquel líquido cayendo en él, no dudó en llevar sus dedos a aquella entrada, mientras sus belfos se sincronizaban en un beso.
Acarició la entrada de su omega bañando sus dedos en lubricante, mientras el omega se contorneaba buscando el contacto, sintió su miembro sacudirse en expectación. Metió uno de sus dedos el cual no costó en entrar, el omega estaba más que listo para recibirlo, por lo que agregó un segundo dedo, dilatando y de nuevo, no tardando en lograrlo. TaeHyung se deshacía en gemidos y jadeos mientras movía sus caderas en busca del encuentro de aquellos dedos, reposó su cabeza en el hombro del alfa y éste besaba su cuello mientras lo penetraba con sus dedos.
No fue necesario un tercer dedo, los sacó y viendo al omega que se había separado expectante, metió los dedos a su boca probando su dulce néctar a bayas y frutos rojos. TaeHyung jadeó al ver su acción y lo besó, probándose a él mismo.
—Móntame.
Susurra sobre sus labios el alfa. TaeHyung lleva su mano hacia atrás tomando la dura polla que estaba lista para penetrarlo. La guió hasta su entrada y comenzó a descender sobre ésta. Suspiros extasiados por parte de ambos fueron liberados al unirse en uno solo.
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La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]
FanfictionEn un mundo donde los predestinados prevalecen, es importante esperar a que el destino se encargue de unirte a tu otra mitad. Luchar contra el destino es un reto, pero cuando el corazón manda, todo es posible. Dos seres que se unen en un amor que e...