CAPITULO 1- Dulce ilusión

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Estudiar, dormir, pasar hambre, ir a la escuela, llorar en algún rincón, volver a casa, cenar con su familia y caer rendido sobre su cama. Repetición automática del ciclo: Activa.

El alfa Shion Kaito, un adolescente de 16 años, es hijo mayor de una pareja de betas. Tiene dos hermanas: la menor por un año es una beta fémina llamada Kaiko, mientras que su otra hermana menor, pero por una "pequeña" diferencia de 10 años, es una alfa al igual que él y se llama Kaai Yuki.

Sus padres no esperaban tener dos hijos de casta alfa, se suponía que personas de su clase solo podrían tener descendientes betas, era una probabilidad de una en un millón que llegase un bebé alfa a su familia, resultaba imposible e increíble que fuesen capaces de haber tenido un par, al parecer nada es imposible, pues ahí estaban sus cachorros sangre de su sangre: Kaito y Yuki. Ambos siempre dispuestos a sacar las garras por su hermana Kaiko, aunque esta no era una omega que necesitara su protección.

En fin, que la vida cotidiana de este chico de preparatoria solía ser algo exhaustiva para un joven que solo quería cometer tonterías y tener experiencias juveniles además de comer sin engordar. Toda habilidad que era puesta en sus manos terminaba pulida gracias a su naturaleza.

Kiyotero y Aoki Shion (sus progenitores) no eran los padres más estrictos del mundo, aun así, parecía que algo dentro de su ser le exigía ser algo más que un joven vago. No ganó las olimpiadas estatales en natación ni entró en los 10 primeros promedios (quedó número 11), más allá de eso, era un alfa con características las cuales no poseían los de su categoría, como: su cabello de un tono de azul tan único, su lado despreocupado ante una derrota, su calmado temperamento y una voz que te cautivaba.

El timbre que poseía no era tosco ni alarmante como el de la mayoría de alfas, si no que era cantarín, suave e hipnotizante.

Oh, por supuesto que lo señalaban por no ser "fino", pero para alguien que prefiere adoptar perros callejeros en lugar de potenciar la cría forzada de cachorros con pedigrí, enfocarse en la envidia que parecían presentar los demás alfas sobre su actuar resultaba absurdo (Ese era el momento en que sobresalía su lado alfa), a Shion Kaito le habían enseñado algo: a sentirse orgulloso de sí mismo sin importar qué.

Hubo momentos difíciles durante su infancia en los que tuvo que defenderse del odio y rechazo de algunos compañeros, aunque le desagradase hacerlo, hizo falta responder con violencia a las agresiones. Este chico tenia que ganarse el respeto que cualquier otro recibía con total normalidad.  Pero todo esto cambió en su adolescencia, donde conoció a chicos que han sido muy buenos con él.

Un alfa normal que pierde ante otro se destroza a sí mismo... Kaito se premia por intentarlo.
Un alfa normal que no consigue al ligue que quiere sale de sus casillas... Kaito parecía asexual.
Un alfa normal que obtiene lo que tanto ha disputado se hace el inadvertido... Kaito grita de la felicidad y se premia por el logro.

Yuki custodiaba a su hermana mayor con dedicación al no tener un omega que celar (usualmente los cachorros alfa se prendan a los omegas que les han engendrado). La niña parecía tener la casta alfa más presente que su hermano mayor: Olfateaba a todo aquel que se le acercara a Kaiko, les mostraba los colmillos y todo el tiempo se pegaba a ella hasta lograr cubrirla por completo con sus feromonas, las cuales nadie en su hogar podía siquiera notarlas, nadie además de Kaito.

Al principio esto preocupó a sus padres puesto que Kaito nunca actuó de esa manera tan territorial con su hermana beta. Un doctor les aseguró que era normal y tan solo deberían estar pendientes de que la niña no se prendiera de un auténtico omega, ya que al ser algo precoz podría terminar queriendo marcar a uno desde temprana edad.

✨Once upon a dream, my dear✨|KaiLen| •Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora