Samantha creció en un orfanato hasta que la acogió una encantadora familia, sin saber quién es ni por qué es importante. No recuerda nada de su infancia, ni cómo llegó al orfanato. Pero Samantha tiene un don, uno que no comprende y que le impide ser...
Morkvald 2 - ¡Es necesario leer la primera parte antes que esta!
*****
—Ya estás a salvo, Sam... —susurró Arkra, sujetando las manos de la niña con suavidad para apartarlas de sus oídos.
Ella se estremeció por el contacto helado del que había sido su protector los últimos tres años, pero obedeció, abriendo sus ojos verdes.
—¿Cómo nos han encontrado esta vez? —susurró ella, saliendo a rastras de los setos dónde se había escondido mientras Arkra se libraba de sus perseguidores.
—Es por mí, Sam. Pueden detectarme porque soy... ya sabes.
—¿Y qué vamos a hacer? —preguntó Sam, apoyando las manos en la acera.
Se había asustado tanto que le temblaban las piernas y se sentía completamente incapaz de ponerse de pie sola. Arkra vigilaba la calle, por si aparecían más de sus perseguidores.
—Aún son de bajo nivel, Samantha, pero no tardarán en enviar a enemigos más fuertes... Tienes que ir a un sitio..., allí estarás a salvo.
—¿Y tú? ¿Vas a dejarme? —Le temblaron hasta los brazos al pensar que tendría que quedarse sola. Arkra era lo único que tenía.
—No, siempre estaré contigo, aquí. —Señaló la cabeza de la niña, sin llegar a tocarla—. La estación de tren está al lado. Tendrás que ser valiente, Sam. Te daré una dirección, es un orfanato, cuidarán de ti.
—Si tú no vas no quiero ir. —Lloró un poco, aunque quería parecer fuerte para él.
—Yo siempre estaré contigo, Sam. Te prometo que no sufrirás, te olvidarás de mí, igual que has olvidado... —Guardó silencio abruptamente—. Esto te va a doler un poco, pero tienes que aguantarlo, no gritar y recuerda sobre todo ir al tren. ¿Está bien?
Samantha se sentó en el suelo, se secó las lágrimas con ambas manos, sin dejar de temblar, pero intentando mostrarse fuerte. Arkra siempre le decía que con once años ya era mayor para asumir todo lo que tenía que hacer. No sabía por qué huían, ni de quién, pero sabía que no podía dejarse coger. Y si tenía que separarse de Arkra para ello, lo haría con valentía.
—Lo siento, Samantha, pero tendrás que ser mejor que todos nosotros —murmuró Arkra, antes de apoyar sus dedos incorpóreos sobre la cabeza de la niña.
Ella apretó los dientes con todas sus fuerzas para no gritar, pese al dolor que le atravesó toda la cabeza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ya podéis leer la segunda parte de Crónicas de Morkvald!
¡Espero que os guste! Y no os olvideis de votar y comentar si queréis más ^^.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
