Destellos borrosos inundan mis pupilas.
Entre pestañeos logro respirar.
El sol de marzo acaricia tu piel.
Mis manos de oro rebosan anhelos.
Exquisito aroma de la luz de medio día, exquisito aroma de tu esencia con la mía.
En este campo de lilas es donde quiero por siempre existir, dónde mi corazón tiene tantas cosas que decir.
Me esperas paciente, tu mirada rebosa miel. Tu piel canela me hace enloquecer.
Destilas ternura, extiendes tu brazo.
Me acerco a ti, me recuesto en tu regazo.
Enredas en tus dedos mis rizos de seda.
¿Habrá algún pesar que se resista a esta belleza?
El aire seduce tus labios carnosos, vivos, rozados; deseo besarlos.
¡Cómo desearía que al calor se fundiera este momento, que nuestras dulces esperanzas se mantengan derritiendo!
Con placer, amor, nos seguiremos escurriendo,
en esta tarde de marzo, entre besos y destellos.
