Capitulo 13.

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Nuestra habitación.

Después de la propuesta dada por Gabriel, la nueva familia Agreste se encontraban desayunando en el comedor, Nathalie tenía puesto un vestido de tuvo color azul opaco, el collar que Gabriel le regaló como señal de su noviazgo, y en su mano se podía ver el flamante anillo que le otorgaba el tan ansiado apellido Agreste, de forma ilegal, ya que por el momento estaban comprometidos y no casados.

─Bueno pequeño, es hora de ir a la escuela─ comento la mujer terminado de beber su café, el chico sonrió, estaba feliz de volver a clases y poder alardear a su nueva madre

─Si mama─ se levanta, la mujer esboza una sonrisa ladina ─No puedo esperar a ver la cara de mis amigos al saber que ya tengo una madre─ se acerca a su padre ─Gracias─ lo abraza

─¿Acaso soy un trofeo?─ cuestionó cruzándose de brazos

─Vamos ven aqui─ dijo Gabriel y la invito al abrazo

Los tres estaban unidos por un cálido y gran abrazo que ninguno quería terminar, lamentablemente tenían que hacerlo ya que Jessie había entrado en la sala para anunciar que se les hacía tarde, Adrien salio del lugar para buscar su morral, y Nathalie se despidió de su novio con un rápido beso, para luego ir detrás del chico.

─Jessie─ musitó el platinado llamando la atencion de la pelirroja ─¿Podria hacerme un favor?─ pregunto con algo de pudor

─Claro señor, lo que guste, solo tiene que pedirlo─ se acerca sonriendo

─¿Podrías mover las cosas de Nathalie a mi habitación?─ dijo en tono pícaro

─Claro. . .¿empiezo ya mismo o primero organizó su agenda?

─Empieza ya mismo, en un rato te ayudo─ replicó enfocándose nuevamente en su desayuno

La pelirroja se retiró y este aprovecho para pensar un poco en todo lo vivido, si que su vida había cambiado, primero había perdido a su esposa, luego se convirtió en el villano que aterrorizó París durante mucho tiempo, y ahora dejaba todo atrás para entregarse nuevamente al amor, un amor que jamás creyó volver a encontrar, pero que ahora lo tenia, y no quería perder por nada en el mundo.

Luego de terminar de desayunar subió las escaleras para ir y ayudar a Jessie con la mudanza, su novia tardaría bastante en volver ya que este le había sugerido tomarse un día de espa para relajarse de todo lo que había vivido.

─Si que hay mucho para guardar─ comento la mujer apenas vio al hombre llegar

─Quien diría que tenía tantas cosas─ bromeó ─Sabes─ musitó ─En mi habitación aun guardo ropa de Emilie, ¿te gustaría ir a quitarla y ver que te puedes quedar?─ sugirió encaminandose hacía un armario

─¿De verdad?─ pregunto insegura

─Si─ sonríe ─Esa ropa ya no tiene nada que hacer ahí, y ni loco la dejo para que Nath la use─ suspira ─Confeccione yo mismo todos esos vestidos, así que considerelos un regalo mio─ comento con algo de alegria

─Muchas gracias─ replicó ─Haré eso entonces asi podemos ir mudando las cosas.

La chica sale del lugar y se va hacia la habitación principal, Gabriel toma las cajas que esta había traído, y comienza a poner las cosas del armario, había muchos objetos, pero hubo uno que llamo poderosamente su atención, era un cuaderno negro, que tenía una lapicera atada a el, la curiosidad le ganó y sin dudarlo lo abrió.

Era un diario íntimo que su amada escribía en sus ratos libres, leyó las primeras páginas y palideció, en ellas contaba las cosas que él le hacía, y se sintió fatal, nunca creyó que su amada se sintiera así, y ahora que lo sabía no entendía como ella no se atrevió a decirle lo que le pasaba, por su culpa se sintió sola durante mucho tiempo.

Miraculous: Nuestra Vida JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora