•Capitulo 2•

68 3 0
                                    

Frankfurt, Alemania... 5 meses después.

Estoy sola en esta habitación, sus colores cálidos me transmiten una sensación extraña. No me siento incómoda pero me siento ajena a todo. Hace varios meses estoy aquí, postrada en esta cama con la compañía de esa loca de mierda de Mariana. Si, ese es su nombre, es la mujer que según ella me salvó aquel día que decidí acabar con mi vida.
La caída me había dejado muy mal, terminé con varios huesos rotos, perforaciones en el cuerpo, estado de coma durante casi 30 días y lo peor de todo, me había dejado sin la posibilidad de caminar.
Hacia unos meses ya había empezado con la rehabilitación, los días pasaban y no tenía ningún indicio de mejorar, cada momento era más frustrante que el anterior. En esos momentos odiaba a Mariana por devolverme a la vida. La recuerdo burlándose de mi frente a mi cama sin yo poder moverme, riéndose a carcajadas mientras me decía que si no ponía un mínimo empeño en progresar Taehyung se follaria a Yoona, recuerdo querer pararme para romper su cara a golpes y no poder hacerlo.
Lo intentaba, realmente lo hacía, en estos meses lo que más deseaba era volver a caminar, asomarme a la ventana en los días grises y llorar junto a la lluvia. Pero no podía. Empezaba a desistir de la idea de volver a hacerlo alguna vez.
-Hoy tienes rehabilitación otra vez, mueve ese horrendo culo aplastado que tienes y empieza a dar esos benditos pasos, mujer. - la voz de Mariana interrumpió mis pensamientos.
-Lo intento cada maldita vez, hija de puta. Acaso me tratas de floja? Ponte un minuto en mi lugar y piensa si para mi es tan fácil como lo dices.
-Es ser constante, Milena, y eso es lo que tu no eres. Constante. Te quedas en la primera, vez un problema y huyes. Ya veo porque te quisiste matar, querías huir y te salió mal. - diciendo esto último soltó una carcajada, esa mujer era muy odiosa para mi gusto.
-No era huir de los problemas, era huir del dolor que me provocaba saber que había perdido lo que más amaba. - dije con total franqueza.
-Si si lo que digas, mueves las putas piernas de una vez, si? No te me vayas a hundir en el tarron de miel en el que vives.
Todos los malditos días eran así, desde que me salvó hasta hoy. Yo sabía que estaba loca, nadie en su sano juicio hacía lo que ella había hecho.
La noche que intenté suicidarme ella estaba abajo, esperándome. Suni la había mandado a seguirme durante bastante tiempo, sabía que la red de sasaengs era turbia pero no me imaginé cuánto hasta que descubrí todo.
(Flashback)
Mariana es psiquiatra y sasaeng de un integrante de la misma banda que integra Tae. Puedo asegurar que ella esta muchisimo mas loca que yo, su estado no pasa por el emocional sino mas bien una especie de locura que hasta el punto que yo conozco, la estaba devorando por completo.
La maldita habia llamado a una ambulancia esa noche, confirmando con los demas doctores que habia muerto en la caida. Pero yo no habia muerto o eso creia, ella habia inyectado en mi cuello una especie de suero que bajo mis pulsaciones a dos por minuto, haciendo que cada persona en el mundo, incluyendo los medicos me dieran por muerta. Saco mi cuerpo del hospital diciendo que iba a devolverme a mi pais de origen, pais que teniamos en comun, cosa que resulto mas creible por ser argentina igual que yo. Envio a Argentina un cuerpo con las mismas caracteristicas que la mia, la joven que pensaban que era yo habia muerto en un accidente automovilistico, me dijo que mi madre me dio un entierro digno y que ahora si, Milena habia muerto. En ese momento me imagine a mi madre y el dolor que sentia de haber perdido a su unica hija. Me la imagine llorando desconsoladamente y eso me rompio en mil pedazos, lo que menos queria era que ella sufriera por mi pero las cosas se me fueron de las manos.
Me habia dicho que apartir de ahora Milena no existia para las demas personas, que mi identidad debia ser otra por todos los crimenes que habia cometido.
-Escuchame Milena, tengo un colega en Alemania que puede tratarte, lo bueno es que puede tratarte ya de ser posible, lo malo? si sales de Corea como Milena Olivera, automaticamente vas presa.
-Entonces no salgo.
-No, sales pero con otra identidad. Porque yo tengo que pensar por ti, eh? eres demasiado idiota para este mundo, debi dejarte desangrar en el piso.
-Yo no pedi tu ayuda, lo hiciste porque tu quisiste y aun asi te quejas? porque no te vas a la mierda, Mariana. Eres la hija de puta mas grande del universo.
-No, mi ciela. La hija de puta mas grande eres tu, recuerda que alguien mato a un hombre y quiso arrojar al vacio a una muchacha y ese alguien no fui yo.
Ella estaba ahi para sacarme en cara todos mis pecados y para hacerme la vida imposible, esto ultimo encajaba a la perfeccion con ella. La vi irse y regresar al poco tiempo arrojando sobre la cama un sobre que contenia documentos y un pasaporte.
-Milena se muere hoy, ahora eres Sofia Blanchart, naciste en Francia y eres una idiota. Saldras conmigo desde un vuelo privado dada tu condicion, nos alojaremos alla por tiempo indefinido, todo lo que haz hecho en Corea queda aqui, ahora te quiero concentrada en ti y en aprender frances a la perfeccion.
-Frances?
-Si, frances. Si eres francesa quieres hablar español? Dios mio.
-Y como mierda aprendo frances postrada en una cama?
-Tengo todo solucionado, Milena. Perdon, Sofia.
Su gesto burlon era una caracteristica que ella tenia a flor de piel. Saldria de Corea bajo una nueva identidad, seria una persona nueva, pero la realidad era que la persona debajo de esa mascara estaba rota completamente.

Cartas de una sasaeng (segunda parte) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora