•Capitulo 11•

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La voz de Mariana queriendo despertarme retumbaba en mis oidos, todavia no entiendo su afan de gritarme para que me levante. Su molesta presencia seguia intacta.
- necesito que te levantes, Milena, hay cosas que hacer, son las ocho de la mañana.
-dejame descansar un poco mas, si? no me molestes.
-no, señora, mueva ese culo sin gracia y levantese ahora. No me digas que no quieres levantarte porque viste al idiota de Taehyung anoche, no?
El hecho de que le haya dicho idiota hizo que me levante y la mire con cara de odio, no tenia porque decirle asi.
-no vuelvas a llamarlo asi, entendido?
Su sonrisa ladina y burlona me decia que estaba buscando provocarme, y en verdad que le estaba funcionando.
- no me digas que todavia sigues en la idea de seguir llorando por un mocoso.
Esta mujer es el demonio en persona, un dia me alienta y al otro quiere bajarme de un hondazo.
- y a ti que mierda te pasa? anoche decias que me veia increible para el y ahora cuestionas mis actos? jamas te entenderia.
- eres una idiota que anda llorando tras el culo de un idiota que ahora esta feliz con otra mujer, cuando vas a entender que el te supero a los seis meses de que fuiste dada por muerta? deja de vivir en esa burbuja en la que piensas en que todo saldra tal y como lo deseas, Milena. Ya eres una persona adulta, empieza a razonar las cosas como deben ser si de verdad no quieres que te coman los gusanos.
-estoy razonando todo y es por eso que estoy aca, voy a quitarle a Yoona lo que ella me quito a mi.
-seguimos con lo mismo, acaso no te cansas de ser tan patetica?- gritó con fuerza, estaba exasperada, seguramente su noche no fue mejor que la mia. Su amor inconcluso la estaba consumiendo de a poco, podia entenderla, con la diferencia que ella llevaba años en el stand by de esa relacion.
-estoy enamorada, Mariana. lo entiendes, no? el es mi fortaleza y lo unico por lo que pude seguir respirando en estos años que no estuve a su lado - me acerque mas a ella - el es mi mundo, y tu lo sabes muy bien. Yo daria la vida por el nuevamente, no lo dudaria ni un solo segundo, acaso no sientes esto mismo que yo? tu amor por Jungkook no te consume como me consume a mi?
Su mirada se tornaba acuosa pero jamas derramaria una lagrima frente a mi,.
- por lo menos a mi no me cambiaron por otra mujer. - una lagrima cayo de su ojo izquierdo, mientras que en mi corazon se iba rompiendo el ultimo pedazo sano que quedaba. Ella tenia razon, a mi me habian cambiado, suplantado o el adjetivo que fuese que me etiquetaba en ese momento. El me habia olvidado en cierta forma, habia olvidado todo lo que le di apostando a una relacion mas certera.
-ok - fue todo lo que dije.
Rapidamente fui a mi habitacion y me vesti. Mientras cepillaba mis dientes mis lagrimas caian. Ya no deberian de afectarme las palabras de esta idiota pero de alguna manera siempre tenian peso.Sali de alli y me dirigi caminando hacia el parque que tantos recuerdos me traia.
El río Han se convirtió en mi destino elegido esa mañana, el cielo nublado a punto de llover era lo más similar a mi alma. Retomé todos los caminos que había caminado con Taehyung durante nuestra relación. A medida que pasaba por allí podía vernos a ambos siendo felices sin saber lo que vendría después. Cerré mis ojos y me senté en el banco donde una vez estuvimos comiendo ramen. Mis manos vagaron por todo el asiento como tratando de acariciar parte de su presencia. Sentí un gran vacío en mi alma, vacío que siento desde hace años, me siento verdaderamente sola. Sin amigos ni familia. Sin pensarlo agarre mi celular y disqué el numero que me sabía de memoria, no lo había cambiado, gracias a Dios no lo había hecho. Ese era mi miedo cuando pasó todo años atrás, que haya cambiado su número y no poder escuchar su voz.
Mis manos temblaban, aunque lo hacía mínimo una vez por semana, sentia la necesidad imperiosa de saber que estaba bien. 22:30 horas, Ella todavía no estaba durmiendo.
Un pitido, dos pitidos...
-Hola? - la voz de mi mamá se oía tan cerca aunque estábamos a miles de kilómetros de distancia, podía sentir la suavidad de su voz y la dulzura hasta diciendo "hola". No sabes cuánto te extraño, mamá. Te pido perdón por todo lo que te hice sufrir todos estos años.
-Hola?- nuevamente habló, luego de eso siguió una pequeña pausa seguido de un suspiro - Milena? Hija eres tú?- cerre mis ojos fuertemente, mi corazón estaba siendo destrozado por segunda vez en el día- Se que eres tú, hija. Nadie me llamaría desde hace tres años solo para escucharme, se que estás del otro lado. Yo te siento, hija. Te amo, te extraño cada noche desde hace tiempo y se con certeza que la que está enterrada no eres tú, jamás podría ser mi hija.
Mis lagrimas salían como cascadas y ahogué mis gritos con mi mano. Corté la llamada. Dejé el celular a mi lado y lloré desconsoladamente. Sentia como dolía todo mi pecho. Cuánto mal hice a las personas? Porque fui egoísta con quienes me amaban? La primer gota cayó junto con mis lagrimas, si me quedaba aquí mientras llovía, mis lagrimas pasarían desapercibidas. Respiré hondo y me levanté. Al darme la vuelta, mis ojos chocaron con quien me devuelve a la vida cada vez que me siento muerta. Taehyung estaba frente a mi, inmaculado, dejando ser bañado por diminutas gotas de lluvia que humedecían su rostro, aquel rostro que yo tanto amo.
La cantidad de emociones que me habían consumido hizo que al verlo mis ganas de llorar aumentaran, me acerque a él rápidamente mientras no podía contener mi llanto y lo abracé. Recibí gustosa sus brazos que me apretaban fuerte, seguramente el también ansiaba abrazarme o más bien, abrazar a Milena. Nos fundimos en un abrazo sincero por unos largos minutos mientras mis lagrimas caían desconsoladas. Podía oír los latidos acelerados de su corazón, mismos latidos que hace unos años atrás latían por mi amor.

Cartas de una sasaeng (segunda parte) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora